El proyecto de una nueva carretera que cruzará el norte del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, en Huesca, levanta las suspicacias entre los ecologistas, que dudan de su viabilidad medioambiental y la consideran un “atentado” contra “el corazón de una de las zonas más extensas y singulares de Aragón, de indudable valor ambiental, tal y como lo avalan las numerosas figuras de protección que supuestamente deberían protegerlo”. Sus impulsores creen, en cambio, que supondrá una mejora en las comunicaciones de otra de las zonas azotadas por la despoblación.
El Patronato del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara apuntó en la presentación del proyecto, en noviembre, que ya estaba aprobada por parte del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) la declaración de impacto medioambiental. Sin embargo, Ecologistas en Acción subraya que esta no se ha publicado todavía en el Boletín Oficial de Aragón (BOA) y tampoco se ha respondido a sus alegaciones a la construcción de una pista forestal asfaltada de tres kilómetros que unirá las localidades de Bara (Sabiñánigo) y Las Bellostas (Aínsa), con el consiguiente ahorro más de una hora de viaje.
El expediente permanece abierto y ya existe un borrador de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) que resulta compatible a los efectos ambientales, sostiene esta agrupación. Ahora, busca otras formas de cuestionar un proyecto que saldrá adelante en todo caso con el apoyo de comarcas, ayuntamientos y Diputación de Huesca. “Cuando deja de ser analizado técnicamente y se convierte en una cuestión de control político como es el caso, todo esta ya vendido”, lamentan los ecologistas.
La actuación, para la que falta que se concrete la inversión, consiste en asfaltar y ampliar las curvas en un tramo de pista de 15,137 kilómetros de los que 2,99 serán de nueva construcción. Se tendrá que levantar un puente de unos 50 metros de longitud sobre el río Alcanadre para facilitar el acceso a los ganaderos, trabajadores de las fincas, senderistas y usuarios. El presupuesto calculado hace dos años era de 3,3 millones de euros. La velocidad en el nuevo tramo sería de 30 kilómetros por hora con una pendiente máxima del 10% que puntualmente alcanza el 15% y hasta cuatro metros de ancho y seis en algunas de las curvas. Sale hacia el sur de Bara y atraviesa el río Alcanadre.
Unirá los valles de Nocito y el Biello Sobrarbe y, según sus impulsores, hará más fácil el acceso a varias localidades de las cuatro comarcas y va a permitir llegar con vehículos de emergencia a zonas hasta ahora inaccesibles. Asimismo, permitirá el auge de la ganadería extensiva y sobre todo a facilitar la llegada de posibles nuevos moradores a uno de los territorios más despoblados de la sierra de Guara y de la provincia de Huesca, aseguran sus defensores.
José Luis Bergua, presidente del Patronato del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guarase se refiere a que la carretera atiende una “reivindicación histórica” que ya aparecía en el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque hace 30 años. Llega tarde, porque “hay pueblos ya vaciados y con tres y cuatro habitantes” que hallarán el mismo destino; a la vez, “habrá nuevas oportunidades de emprendimiento, trabajo y asentamiento de población”, lo que permitirá que no se cierren los que están en situación más precaria o que vuelvan a la vida algunos de los pueblos que se han deshabitado“.
Ecologistas en Acción, por su parte, se refiere a “zancadillas” a la participación ciudadana “para que no haya contrastes con los grandes beneficios sociales con los que se les llena la boca cuando hablan con los medios”. Replican que se hace referencia a documentos normativos del Parque Natural, “donde se señala de manera ambigua la pertinencia de la consecución de la nueva carretera, que no pista forestal como se vende”. No se tiene en cuenta “que dicha normativa es antigua y que la evolución del espacio natural en el que se desarrolla el proyecto, debe atenerse a la realidad actual. La aprobación del parque natural data de 1990, que su PORN (Plan de Ordenación de los Recursos Naturales) data de 1997 y su PRUG (Plan Rector de Uso y Gestión) de 2014, sin contar que estos dos últimos hoy requerirían de una Evaluación Ambiental Estratégica”.
Denuncian que no hay justificación alguna para la construcción de esta infraestructura. “No se han hecho estimaciones de número de vehículos o personas que puedan transitar, no se ha analizado el número de personas de los pueblos de Bara o Las Bellostas que puedan emplear dicho acceso para mejorar sus condiciones de vida, ni los tiempos necesarios para franquear distancias; no se hace referencia a la posibilidad de dar acceso a pueblos actualmente abandonados ni a si el proyecto objeto de este trámite podría conllevar o tener por objeto la rehabilitación de pueblos, desarrollo de nuevas actividades económicas en la zona de influencia”, enumeran al tiempo que reivindican la restauración de tramos ya existentes.
Se da a entender “de manera totalmente falsa”, que se va a dar acceso a pueblos actualmente abandonados, ubicados en la cercanía de a la nueva pista forestal. Sin embargo, “el proyecto contempla únicamente un eje, no se proyecta ninguna mejora a los accesos y ramales hacia los pueblos, ni se expresa la previsión de ellos”. El estudio de impacto ambiental recoge que se estudiará la posibilidad de cerrar al tráfico las pistas que se dirigen hacía la zona del macizo de Guara,“ mostrando claramente que estos accesos no forman parte del proyecto, y que no hay ninguna intención de hacer que estos pueblos sean más accesibles”. Concluyen que se trata de “mentiras para ocultar lo que realmente es: favorecer el desarrollo económico de unos pocos a costa de la puesta en juego de valores ambientales”.