Soraya Malwick siempre recordará su primer día de clase. Pero no lo hará por lo que aprendió. El pasado 21 de septiembre esta chica musulmana esperaba en su sitio a que comenzara la clase de Contextos Diversos del curso 1º del Grado de Magisterio, en la Facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza. Nada más acceder el profesor al aula le conminó a que se quitase el hijab (velo islámico) que portaba. Ella se negó y fue expulsada de clase.
Así lo contaba en su Twitter:
Recurrió entonces a Decanato que, al amparo de los artículos 4 y 158 del reglamento interno de la Facultad de Educación, que rechazan cualquier tipo de discriminación, instó al docente a que rectificara.
Fue el jueves 24 cuando Soraya volvió a la clase de Contextos Diversos, y lo hizo acompañada por representantes de la Asamblea de Educación y de otros colectivos estudiantiles que permanecieron en el pasillo. Cuando llevaban 20 minutos de clase, según han informado a eldiario.es otros estudiantes, el profesor se dirigió a la alumna y le dijo que estaba en clase porque le obligaban pero que “no era bienvenida”.
Eso generó una respuesta inmediata de todos sus compañeros, que se levantaron y dejaron el aula vacía. Posteriormente, estos alumnos, junto con otros estudiantes, redactaron un escrito calificando de intolerable la actitud del profesor. El texto se entregó en Decanato firmado por aproximadamente 60 estudiantes.
La familia de Soraya Malwick se ha puesto en contacto con el abogado Iván Jiménez-Aybar, que fue quien defendió a otra joven musulmana, Najwa, después de que el Instituto Camilo José Cela de Pozuelo de Alarcón impidiera su entrada en clase por llevar velo.
A pesar de que Soraya ha recibido muchos apoyos, también hay personas que están de acuerdo con el profesor, y así se lo han hecho saber a la implicada a través de Twitter:
Jorge Remacha es el secretario general del Sindicato de Estudiantes de Izquierdas (SEI), uno de los colectivos que apoya a Soraya. Asegura que actitudes como la de este profesor son el fruto de la “islamofobia que hay en España”. Lo sucedido con esta estudiante musulmana coincide en el tiempo con el inicio de una campaña del SEI con el lema Bienvenidos refugiados. OTAN no.
Un mensaje que, para este colectivo, tiene mucho que ver con el triste episodio vivido por su compañera.