El pasado 21 de octubre el ejército marroquí entró en una franja desmilitarizada cercana a Mauritania para romper el bloqueo de una protesta pacífica de saharauis en una conocida ruta de mercancías. Según el Frente Polisario esta acción violó el alto al fuego pactado en 1991 y declaró el estado de guerra. Sigue sin resolverse uno de los conflictos más largos de la historia, 45 años sin que el pueblo saharaui pueda hacer un referéndum acordado hace años y siendo oprimido por los militares de Marruecos.
Kentaui Mohamed-Salem que vive en Huesca desde 2003. “Marruecos nos ha humillado durante años. Han hecho desaparecer a muchas personas, han maltratado y violado a mujeres, han hecho barbaridades. Atacar a un pueblo que estaba ahí antes que tú y que esa zona es suya. Es normal la respuesta después de tantos años oprimidos”, señala el joven.
Hace referencia, por ejemplo, a los bombardeos con Napalm y fósforo blanco que sufrieron los civiles saharauis durante el proceso de exilio a Argelia, donde murieron más de 3.500 personas. O al muro de arena que divide el Sáhara Occidental de norte a sur: 2.720 kilómetros de largo, 2 metros de alto y rodeado de campos minados con fortalezas cada 5 kilómetros resguardado por más de 100.000 soldados marroquíes.
El compromiso de los adolescentes con este conflicto es total, ya que muchos de ellos viven en España y han crecido viendo cómo se incumplen promesas de la comunidad internacional. “Los jóvenes están pidiendo aviones para poder ir ahí a ayudar. A mí me gustaría viajar porque creo que la guerra no se va a parar. Si no hay un referéndum o se saca a los políticos encarcelados. Son cosas que tanto la ONU como España o Francia han callado. Lo que ha hecho Marruecos al Sáhara no tiene nombre”, destaca Kentaui.
La Asociación de Amigos del pueblo saharaui del Altoaragón (Alouda) denunció estos actos en una concentración en la plaza Navarra de Huesca el pasado 13 de noviembre. “Pedimos al Gobierno de España que tome partido, defina los intereses de los saharauis y den a conocer lo que ha ocurrido en las últimas semanas”, indica Ruth Franco, presidenta de la asociación. Leyeron un manifiesto en el que solicitaban, además de un plebiscito de autodeterminación, la libertad de los presos políticos y el cumplimiento de los derechos humanos en este territorio “ilegalmente ocupado por Marruecos”.
Cuando comenzó la guerra en 1975 la mayor parte de la población tuvo que desplazarse a los campos de refugiados en Argelia. “Son una sociedad muy bien organizada con su propio gobierno, sus escuelas, hospitales y tienen centros de discapacitados en cada campamento. Pero el desánimo es enorme. Hay muchos estudiantes que han salido a estudiar fuera. Vuelven ahí y ¿qué les espera? Se quedan viéndolas venir, ahí pueden aspirar a muy poco”, explica Ruth.
Desinformación
La vinculación del Sáhara Occidental con España llegó al punto de que el territorio africano era provincia española. “Las cosas no se hicieron como debían, siempre ha habido ocultismo para que no se conociera bien lo que ocurrió. Marruecos tiene muchísimo poder en los medios de comunicación y cuesta mucho informarse sobre el conflicto. El bloqueo informativo es una pasada y lo que ocurre en las zonas ocupadas es tremendo. También hay jóvenes españoles que tienen un desconocimiento enorme de lo que ocurre con el pueblo saharaui”, insiste la presidenta de Alouda.
Su vinculación con este pueblo empezó hace unos años cuando participó como familia de acogida para estos niños. “En el momento que te cuentan su historia se ganan el corazón de todo el mundo. Como su causa es tan justa y está tan claro el derecho que tienen, consigues que la gente se implique rápido. Cada año viajo a los campamentos y supervisamos todos los proyectos. Ves que es que están viviendo una injusticia tan grande que no lo puedes evitar. Hay que difundir para que todo el mundo lo sepa”, declara.
Proyectos de Alouda
La Asociación de Amigos del pueblo saharaui del Altoaragón lleva a cabo varios proyectos en el Sáhara Occidental para prestar apoyo y ayuda a los más necesitados. Cada año mandan material escolar a los campamentos de refugiados en Argelia para que los niños puedan aprender en perfectas condiciones. “Participamos en el plan ‘Vacaciones en paz’ a través del cual traemos a niños y niñas a Huesca durante los meses de verano. También hay otro relacionado con la discapacidad. También en verano vienen varios niños para que tengan sus tratamientos, revisiones médicas y se puedan volver con un diagnóstico. Por último, un proyecto veterinario para hacer campañas de vacunación y desparasitación a las cabras y ovejas de sus rebaños”, concluye.