Guara: sin agua del grifo por nitratos en un parque natural
“La Hoya es un sitio paradisiaco donde cada vez hay más bichos y huele peor”, explica una vecina de Banastás, uno de los pueblos de la comarca en los que por los grifos no sale agua potable como consecuencia de la contaminación que los nitratos, mayoritariamente de origen ganadero, han provocado en los acuíferos.
Banastás se encuentra en las inmediaciones de la sierra de Guara, una cadena montañosa situada al norte de la ciudad de Huesca por la que discurren los ríos Alcanadre y Guatizalema, declarada parque natural en 1990 por su riqueza ambiental y paisajística.
Sin embargo, como ocurre en otras muchas zonas rurales de Aragón, su geografía no ha evitado la extensión de la ganadería industrial y de las macrogranjas de cerdos que están generando problemas ambientales en buena parte de la comunidad, hasta el punto de que once pueblos van a ser declarados saturados de cuadras por la incapacidad para acoger más animales, al mismo ritmo que animan la renta agraria.
De hecho, a los pies de Guara se encuentra también Loporzano, cuya plataforma contra la ganadería intensiva se ha convertido en un referente de ámbito estatal.
Cuando el agua triplica los nitratos tolerables para la salud humana
Banastás es uno de los pueblos que se encuentran con ese problema. El agua que circula por su red de suministro supera holgadamente los 50 miligramos de nitrato por litro en los que las autoridades sanitarias sitúan el límite de tolerancia para la salud humana.
Hace unos días, según los datos del Sinac (Sistema Nacional de Agua de Consumo), alcanzaba los 140, mientras poblaciones cercanas como Lierta llegaban a 83, Alerre subía a 99, Chimillas se situaba en cien, Plasencia del Monte alcanzaba 93 y Quinzano registraba 102.
En ninguna de ellas el agua de boca es apta para el consumo humano, una situación que también se da en otras localidades de la zona.
“El problema es que tenemos los acuíferos contaminados, y es muy difícil recuperar el acuífero”, explica una vecina, que critica que “La Hoya está completamente contaminada y siguen abriendo granjas mientras en las casas no podemos beber agua del grifo”.
En algunos casos, como ocurre en Chimillas, las últimas granjas autorizadas se encuentran más cerca del núcleo urbano del municipio vecino, en este caso Banastás, que del propio. Ocurre lo mismo en otros términos.
4 de mayo: Día del Agua de Boca con Nitratos
Existe un plan para llevar agua potable a Chimillas, Alerre y Banastás, aunque su ejecución se retrasará al menos tres años en el mejor de los casos.
“Vivimos encima de un acuífero que sigue contaminándose sin que nadie se haga responsable de ello y, sobre todo, sin que las integradoras que abren las granjas paguen por contaminar”, señala una vecina, que pone sobre la mesa una de las paradojas de la zona: esa masa de agua subterránea tiene recursos suficientes para abastecer a todo el área afectada por los nitratos, pero una parte de ellos se utilizan para cubrir la demanda de las granjas.
“Dentro de un tiempo, además de un acuífero contaminado tendremos un acuífero seco”, anota.
La situación ha llevado a la plataforma Hoya Viva a organizar, para el próximo 4 de mayo, el Día del Agua de Boca con Nitratos en Aragón, cuyo programa incluirá varias charlas y mesas redondas para tratar de dar visibilidad a la problemática que sufren los vecinos de la zona.