Investigadores aragoneses descubren un nuevo marcador para detectar el riesgo cardiovascular en pacientes con apnea del sueño

Investigadores aragoneses han identificado un nuevo biomarcador que permitiría la identificación temprana de pacientes que en un futuro podrían sufrir una enfermedad cardiovascular grave como un infarto. Este hallazgo se enmarca dentro de la investigación internacional impulsada por el grupo ‘Medicina de Precisión en Enfermedades Respiratorias’ del IIS Aragón, liderado por José María Marín Trigo y David Sanz Rubio, para comprender cómo la apnea obstructiva del sueño afecta al corazón y los vasos sanguíneos.
La relación entre este trastorno, en el que se producen colapsos repetidos de las vías respiratorias durante el sueño, y el mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares era conocido. No obstante, los mecanismos exactos que lo provocaban son “un misterio”, afirma David Sanz. Por ello, estos investigadores decidieron focalizar su análisis en los exosomas, unas pequeñas partículas que actúan como mensajeros entre células. “Estas partículas contienen microRNAs (miRNAs), unas moléculas que regulan procesos clave en el cuerpo”, detalla este científico aragonés, quien especifica que en este estudio se centran en aquellos relacionados con la aterosclerosis subclínica, una etapa temprana de la enfermedad cardiovascular que se caracteriza por la acumulación de placas en las arterias antes de que aparezcan síntomas.
Así, se ha descubierto que uno de estos miRNAs, llamado miR-320a-3p, tiene una gran presencia en los pacientes con apnea del sueño que también tenían aterosclerosis subclínica. “Este hallazgo es importante porque el miR-320a-3p no solo ha mostrado ser un indicador temprano de riesgo cardiovascular, sino que su presencia también está relacionada con un mayor engrosamiento de las arterias carótidas tras un año de seguimiento”, puntualiza Sanz. En este sentido, subraya la utilidad potencial del miR-320a-3p como un biomarcador para identificar a pacientes en riesgo antes de que sufran un evento cardiovascular grave.
Además, los investigadores del grupo del IIS Aragón han evaluado el impacto del tratamiento estándar para la apnea del sueño, conocido como CPAP (presión positiva continua en la vía aérea), que permite mantener las vías respiratorias abiertas durante el sueño. Aunque el uso de esta máquina corrige la hipoxia intermitente, los niveles de miR-320a-3p permanecen elevados y los daños vasculares han continuado progresando en muchos pacientes. “Esto sugiere que, aunque el CPAP es efectivo para tratar los síntomas de la apnea del sueño, podría no ser suficiente para revertir los cambios perjudiciales en las arterias que se inician debido a la enfermedad”, concluye Sanz, quien, además, incide en la importancia del estudio de estas patologías, coincidiendo con la semana en la que se celebra el Día Internacional del Sueño, mañana 14 de marzo.
En el estudio, que ha sido financiado por el Instituto de Salud Carlos III y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), también han colaborado investigadores de la Universidad de Marshall (EEUU).
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