¿Representa una mujer arrodillada a las víctimas de la violencia machista?

  • “Es como si para luchar contra el cáncer ponen una escultura de un niño pelado e intubado en la cama con un gotero”, apunta Ariadna Marco, de Somos Más

En el momento de su elección ya generó una buena dosis de polémica. Tras su colocación definitiva, el pasado jueves, era previsible que se multiplicara. Víctima es una escultura, homenaje a las mujeres que sufren o han sufrido violencia machista, que el Ayuntamiento de Zaragoza ha colocado en la céntrica plaza César Augusto de la capital aragonesa.

El memorial representa a una mujer arrodillada, con la que el autor pretende mostrar la situación que atraviesan las víctimas de violencia machista. Tiene la cabeza agachada para ocultar su rostro, marcado por las heridas, y con los mechones de cabello lacio con la apariencia de mojado.

Desde el Consistorio se pretendía que este memorial fuera un lugar de encuentro y unión para honrar a las víctimas. Pero el efecto, de momento, ha sido antagónico. Asociaciones de víctimas y organizaciones feministas se concentraron este lunes alrededor de la escultura, pero para pedir su retirada inmediata.

Ariadna Marco, presidenta de Somos Más (asociación que organizó la concentración), asegura que la escultura representa la sumisión, “cuando debería mostrar todo lo contrario: una mujer alzando su voz, tomando conciencia de su vida y levantándose, una mujer que no esté sola; es decir, la antítesis”.

La violencia de género, dice, “es terrorismo ejercido por unos varones que quieren que estemos de rodillas, llorando, no creo que el peor momento de nuestra vida se pueda reflejar así”. Para ella, es como si para luchar contra el cáncer ponen una escultura “de un niño pelado e intubado en la cama con un gotero”.

“Se centra en la expresión del dolor que genera la violencia machista”

La obra es de Fernando Clavo Sanz y fue la ganadora del concurso creado por el Ayuntamiento de Zaragoza. El jurado estaba compuesto por el concejal de Cultura, Fernando Rivarés; la concejala Leticia Crespo (CHA) -partido del que partió la iniciativa-; el jefe del Servicio de Cultura, Rafael Ordóñez Fernández; un/a representante de la Asociación de Artistas Plásticos; otro/a de la Asociación de Galerías de Aragón; y también dos personas en representación de la Casa de la Mujer y de la Coordinadora de Organizaciones Feministas.

Ante las reproches, desde el Consistorio argumentan que es el resultado de un concurso, con un jurado, y, por tanto, con validez legal. Precisamente una de las críticas de Ariadna Marco es que no hubiera ninguna superviviente en el jurado. La concejala de Igualdad, Arantza Gracia, apuntó que el memorial se centra “en la expresión del dolor que genera la violencia machista”, y próximamente integrará intervenciones artísticas que recojan la capacidad de las mujeres para empoderarse y salir de esta situación.

El objetivo de este espacio, explica, es visibilizar esta problemática social y sensibilizar a la población sobre la lacra que supone la violencia machista. Además, “se pretende poner en valor la fortaleza de las mujeres que cada día salen de la situación de violencia, así como el apoyo y el compromiso por seguir avanzando hacia la igualdad real”.

En la escultura se puede leer este mensaje: “En homenaje a todas las mujeres que sufren y han sufrido la violencia machista. Zaragoza reconoce el coraje de las que enfrentan el miedo para alzar su voz y empoderarse y declara su compromiso para acabar con el machismo”.

Informan también desde el Consistorio de que “próximamente está prevista la realización de un mural artístico en ese mismo entorno, que acompañe a la escultura y que recoja la idea de que es posible salir de la violencia y reconocer a todas las mujeres que se ponen de pie”.

“Representa a una mujer humillada, rendida, débil, sola y hundida”

Quién sí formaba parte de él era la Coordinadora de Organizaciones Feministas, que está englobada por numerosas entidades, entre ellas, CHA, Podemos o IU.

Desde esta organización también son muy beligerantes contra el memorial. Apuntan que, “para las mujeres víctimas de violencia machista, es una humillación y ofrece una imagen vejatoria”. Las mujeres supervivientes, dicen, “son un ejemplo y hay que mostrarlas como tal”.

Señalan que este memorial debería recordar a todas las mujeres que han conseguido salir, que fuera inspirador para otras, que sirviera para “reconocer la capacidad, la lucha y la valentía de todas las mujeres que se han levantado y que se siguen levantando cueste lo que cueste”. Sin embargo, afirman, “el resultado es una escultura que solo ver el nombre lo indica todo; que representa a la mujer humillada, rendida, con la cabeza agachada, débil, sola y hundida, inerte e indefensa”.