Varón y mayor de 45 años, el perfil más común de las personas sin hogar en Zaragoza

Las calles de la ciudad de Zaragoza son para cerca de 150 personas el único lugar donde pasar la noche, donde dormir. No tienen un hogar. La cifra de personas que carecen de una vivienda en la capital aragonesa asciende hasta casi 500 si se suman aquellos ciudadanos, hombres y mujeres, que hacen uso de los servicios que instituciones y fundaciones como el Albergue o la Hermandad del Refugio ofrecen durante todo el año, servicios que en estos meses de frío se refuerzan, ampliando el número de camas. Varón, mayor de 45 años y en situación de desempleo son tres rasgos que componen el perfil tipo de estos ciudadanos, según informan desde la Coordinadora de Centros y Servicios para personas sin hogar de Zaragoza.

Los hombres siguen siendo el colectivo mayoritario de las personas sin hogar (88%). No obstante, aumenta el porcentaje de mujeres, que pasa del 7 al 12,5%. Estos datos son un avance del estudio que Cruz Roja realiza, cada dos años, sobre este colectivo vulnerable y que verá la luz antes de 2020. Otro de los aspectos destacados de este informe es que, por primera vez, los ciudadanos españoles abocados a dormir en la calle representan el 50% del total.

La pérdida del empleo es la principal causa (60%) que lleva a los ciudadanos a quedarse sin hogar. No obstante, hay otros “fenómenos más complejos”, como explica Susana Royo, subdirectora de intervención social de Cruz Roja Zaragoza. “El alcoholismo, la salud mental y otros factores llevan a las personas a esta situación. En muchos casos, se juntan dos o más motivos”, asegura.

Las calles y plazas del centro de la capital aragonesa son los lugares donde más personas sin hogar se concentran para dormir por las noches, junto con las zonas próximas a los albergues. “La calle da frío, pero también mucho miedo. Por eso es lógico que grupos de dos o más personas elijan situarse en estos sitios céntricos”, indica el portavoz de la Coordinadora de Centros y Servicios para personas sin hogar de Zaragoza, Goyo García Carpinteros.

El acompañamiento, un paso para salir de la calle

El 36% de las personas sin hogar en Zaragoza llevan entre uno y tres años en la calle, según datos de Cruz Roja. Sin embargo, desde esta entidad alertan de aquellos casos crónicos, los de hombres y mujeres que carecen de un hogar desde hace más tiempo y que se ven sumidos en la falta de esperanzas para encontrarlo. “Actualmente, acompañamos a 20 personas a través de un equipo social y sanitario. Realizamos curas y les vacunamos de la gripe, ya que en muchos casos encontramos un rechazo por su parte a acudir a los hospitales y centros de salud”, destaca Susana Royo.

Una labor similar realizan desde Cáritas Zaragoza, donde Goyo García ejerce como trabajador social. El año pasado ayudaron a 64 personas a salir de la calle. “Trabajamos centrados en mejorar su calidad de vida, que obtengan unos ingresos mínimos y que puedan tener una ocupación útil del tiempo, más allá de fomentar su empleabilidad”, explica.

Este último aspecto, el de ocupar el tiempo libre en un ocio cultural y con valores, es fundamental para evitar los casos de recaída en aquellos fenómenos que les han llevado a perder su hogar. “Somos conscientes de que existe ese riesgo, pero estamos contentos porque el 70% de quienes han participado en este proceso han logrado acceder a una vivienda o un piso compartido”, añade.

Voluntarios para abrigar a las personas sin hogar

El frío es uno de los peores enemigos de este colectivo durante los meses de otoño e invierno. Aunque el Albergue de Zaragoza ha aumentado su número de plazas en cerca de 40, hay gente que se ve obligada a dormir en la calle. Con el objetivo de arroparlos y visibilizar la realidad del sinhogarismo, el Voluntariado Express regresaba este pasado viernes a la capital aragonesa, a través de Bokatas Zaragoza, ONG que acompaña varios días a la semana a las personas sin hogar desde 2015.

Cerca de cien voluntarios participaron en Zaragoza en esta iniciativa, que en menos de 24 horas recaudó fondos de organizaciones y particulares, y repartió kits contra el frío, compuestos por sacos de dormir y ropa térmica, entre quienes duermen en la calle. El año pasado arroparon a un total de 58 personas.

“Es así como nos acercamos a una realidad desconocida que nos hemos acostumbrado a ver en nuestras calles. Las personas sin hogar son gente normal que, simplemente, han tenido más problemas que nosotros y no se han visto con los apoyos suficientes para salir de esta situación”, señalan desde la organización.