30 megas para unir por videoconferencia a los 288 habitantes de Used con Nueva York

Educación, sanidad, transporte, sí, pero también Internet. A las reivindicaciones habituales del medio rural se ha añadido otra de la que apenas se hablaba hace 20 años. Conectarse a la red se ha convertido en algo imprescindible para el futuro de los pequeños municipios, cada vez más desolados por la pérdida de habitantes. Internet se presenta como una oportunidad de futuro, una herramienta para asentar población. Lo saben bien en Used, un pequeño municipio de 288 habitantes ubicado en la comarca de Campo de Daroca, una de las más despobladas de la provincia de Zaragoza. Hasta allí han llegado 30 megas que han sido recibidos con los brazos abiertos por parte de sus vecinos, también por los que solo pasan el verano en la localidad.

De repente, el trabajo se ha hecho más fácil casi por arte de magia. Los médicos del centro de salud, que cubren también los municipios de alrededor, acceden sin problema a los informes de sus pacientes, gestionan la receta electrónica o consultan al momento los resultados de las analíticas o de las pruebas realizadas en el hospital de referencia, en Calatayud, a 43 kilómetros de distancia.

También el Ayuntamiento de la localidad puede aplicar una política de transparencia y gestionar la administración electrónica y la escuela rural acceder a un contenido nuevo para sus alumnos. “Antes teníamos 3 megas, que en realidad era 1, y podíamos hacer muy poco. En el Ayuntamiento, por ejemplo, nos costaba muchísimo subir todos los documentos a la web, se quedaba colgado y teníamos que volver a empezar, era desesperante”, relata la alcaldesa del pueblo, Carmen Sánchez. Esta conexión parte del plan ‘Conectados’, firmado por el anterior Gobierno de Aragón (PP – PAR) con Movistar en diciembre de 2014, y se completó con el plan TODOS Banda Ancha Aragón ejecutado por la actual Administración autónoma (PSOE – CHA).

Desde Used al Empire State Building

Pero además de los servicios básicos que operan en Used, sus vecinos también se han beneficiado de esta conexión. Alberto Sánchez es uno de ellos. Tiene 29 años y este verano ha trabajado desde esta pequeña localidad aragonesa para la ‘World Monuments Fund’ (WMF), en Nueva York. Cada semana ha tenido reuniones de trabajo por videoconferencias, que han ido desde su casa en Used al Empire State Building.

Este joven que fue beca Fullbright de Arquitectura en 2014-2015, una de las más prestigiosas a nivel mundial, estudió en la escuela rural de Used, su pueblo. En los últimos años ha trabajado en la WMF en Nueva York y en septiembre comenzará una nueva aventura en la Universidad de California en Berkeley (EEUU), donde hará el doctorado. ¿Y después? Volver a Used está entre sus opciones. Los 30 megas con los que ha podido seguir trabajando este verano para la fundación, han hecho que se lo replantee seriamente. “Sin los 30 megas no me plantearía vivir aquí, sería imposible. Sin embargo, ahora no lo descarto en absoluto”, sostiene. De hecho, este verano ha comprado una casa histórica del siglo XVIII en el pueblo, con el sueño de abrir una escuela de verano de arquitectura en un futuro a medio plazo.

Es solo una idea, que todavía está “en el aire”. De momento, ha empezado por el primer paso y ha comprado con el dinero ahorrado durante años, –incluso con una parte de la comunión que aún tenía–, una casa que se encontraba en ruinas y en riesgo de derrumbe.

“Como usedano y arquitecto tengo la obligación moral y ética de implicarme, me daba miedo que pasara como con otras casas, que se derrumbaran por dentro y solo se conservara la fachada”, explica. Sobre la vida en los pueblos, Alberto Sánchez apunta que a veces se proyecta una visión extrema del medio rural. O demasiado dramática o demasiado idílica, y ninguna, a su juicio, se corresponde con la realidad.