El Ayuntamiento de Zaragoza ha recibido por tercer año consecutivo el reconocimiento como “ciudad excelente” por su inversión en servicios sociales. El último informe publicado por la Asociación de Directores y Gerentes en Servicios Sociales ha situado a Barcelona, Cádiz, Zaragoza y Granada -en este orden- como las cuatro capitales de provincia que más dinero dedican por habitante en acción social. Zaragoza es además la única capital de provincia que ha sido reconocida los tres años que se ha elaborado el estudio.
El informe, realizado con datos publicados por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas en el portal de la Oficina Virtual para la Coordinación Financiera con las Entidades Locales, relativo a los 404 municipios de más de 20.000 habitantes, explica que el Consistorio zaragozano dedicó en 2017 un total de 111 euros por habitante (44 euros más que la mediana de las ciudades), lo que representa un 11,6 % del presupuesto municipal.
El presupuesto de servicios sociales, apuntan fuentes municipales, ha crecido de manera ininterrumpida durante toda la legislatura pasando de 41.639.697 euros en 2015 a 53.724.347 euros en 2018. Esto supone un incremento de casi el 27 % en estos últimos 3 años. La propuesta de presupuesto para 2019 es de casi 58 millones de euros.
Los criterios que se deben cumplir -todos a la vez- para acceder a la excelencia son: un gasto acreditado de la partida de 'Servicios Sociales y promoción social' superior a 100 euros por habitante y año, que no se haya reducido el importe del gasto por habitante respecto al pasado ejercicio, que el gasto social represente por lo menos un 10 % del presupuesto total y, por último, que se pueda verificar en la web de transparencia del Ayuntamiento el desglose presupuestario y el detalle del gasto social imputado. Únicamente 31 ayuntamientos de los analizados, cumplen estos requisitos.
Según ha destacado la consejera de Derechos Sociales, Luisa Broto, “estos datos muestran el compromiso del Gobierno de Zaragoza con la inversión social, pero nuestro modelo va mucho más allá y se centra en un nuevo modelo de mejora en la atención desde los servicios sociales y en las políticas de acción social basado en la calidad de los servicios y en la centralidad de las personas como portadoras de derechos”.