Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.
Es la economía de los pobres... y el relato, estúpido
El “es la economía de los pobres, estúpido (eldiario.es) decretado por Pedro Sánchez tras el batacazo electoral de la izquierda en las elecciones autonómicas andaluzas de junio pasado está llegando estos días a uno de sus momentos de máxima expresión. Más de nueve millones de pensionistas vieron hace unas semanas que su paga subía un 8,50% en enero gracias al Gobierno de coalición PSOE - Unidas Podemos, frente a los 0,25% de subida cuando gobernaba el PP de Rajoy. Este martes, el Consejo de Ministros subía el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a los 1.080 euros mensuales, con lo que ya está un 47% más alto que cuando Sánchez llegó a la Moncloa. Los funcionarios han visto que su retribución también empieza a repuntar. Las personas con hasta 27.000 euros de renta anual y un patrimonio inferior a 75.000 euros ya pueden pedir el cheque de ayuda de 200 euros para familias vulnerables...
Otros asuntos -la ley del solo sí es sí, la reforma jurídica sobre la sedición y la malversación…- son objeto de mayor controversia, pero la gestión económico-social del Ejecutivo es aprobada, incluso con buena nota, por buena parte de la opinión pública española y aplaudida por organismos internacionales poco sospechosos de izquierdistas. Además de todo lo mencionado, el Gobierno ha arrancado el año con unas cuantas buenas noticias económicas. El PIB creció un 5,5% en 2022. Tenemos la inflación más baja de toda Europa. La afiliación a la Seguridad Social y el número de trabajadores con contratos estables está en récord histórico...
¿Ya pueden los partidos del Gobierno de coalición confiar en que llegarán a los exámenes electorales del año -las autonómicas y locales de mayo y las generales de finales de 2023- con los deberes económicos hechos? Ni muchísimo menos. Primero, porque las incertidumbres económicas no están despejadas: la inflación, la guerra en Ucrania, la subida de los tipos de interés oficiales y su impacto en la economía doméstica de millones de familias hipotecadas... Segundo y no menos importante: ni PP ni Vox ni sus terminales mediáticas van a reconocerle al Ejecutivo ninguno de sus logros económicos y sociales, y van a hacer todo lo que esté en su mano para que su electorado, el de derechas, no se entere. Harán una dura oposición desde el relato, construirán en cada caso un relato alternativo forzando los datos con medias verdades o con mentiras flagrantes para que ni el Gobierno ni los partidos que lo forman ganen reputación de buenos gestores económicos y sociales.
El lunes de esta semana, tras un tuit en el que Pedro Sánchez sacaba pecho por la subida del SMI, uno de los economistas de cabecera de la derecha le replicaba así: “Explíqueles que gracias a las políticas intervencionistas España tiene la tasa de paro juvenil más alta de la UE”. No mentía en esto último el economista de derechas, somos el farolillo rojo europeo en paro juvenil. Lo que no decía es que la tasa de desempleo juvenil ahora está por debajo del 30% y en épocas de Rajoy estaba casi en el doble, por encima del 55% en 2013. Este y muchos otros 'relatos' similares me recuerdan un viejo chiste de periodistas. Cuenta que en los años sesenta compitieron en una prueba de natación el entonces presidente estadounidense, John Fitzgerald Kennedy, y el de la URSS, Nikita Jrushchov. Ganó el primero, que era 23 años más joven. La prensa estadounidense tituló así: «JFK, campeón. Jrushchov, último». Y la soviética así: «Nikita, subcampeón; Kennedy, penúltimo». Es un chiste, pero además de sonrisas provoca algunas reflexiones. ¡El relato! ¡La pugna por el relato!
Ya lo hemos comentado otras veces. Hay pocos eslóganes electorales o políticos tan legendarios como el de “The economy, stupid”. Se ha contado por lo general como una frase que le espetara Bill Clinton a George Bush padre en la campaña electoral de 1992 por la Presidencia de los Estados Unidos. “Es la economía, estúpido”. Pero no, no fue exactamente así. La frase nació en aquella campaña y fue clave en la victoria de Clinton, pero se popularizó no porque Clinton la usara sino porque el consultor James Carville, uno de los estrategas de la campaña del candidato demócrata, la imprimió en un cartel que pegó en las oficinas centrales de Clinton, hasta entonces gobernador de Arkansas, para que ni al candidato ni al equipo se les olvidara la estrategia que les iba a llevar a la Casa Blanca: “The economy, stupid”. Los asesores de Pedro Sánchez y de Yolanda Díaz en los próximos procesos electorales deberían imprimirse este otro cartel en sus respectivos cuarteles generales: “Es la economía de los pobres... y el relato, estúpido”.
Sobre este blog
Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.
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