“Les y los periodistes amamos les llingues, porque son la nuestra ferramienta de trabayu”. Así arranca el manifiesto que este martes ha presentado el periodismo asturiano, en el Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo, rubricado por más de 80 profesionales de medios regionales y nacionales, para reclamar que las llinguas asturianas (asturiano y eonaviego) sean lenguas cooficiales, junto al castellano, en el Principado.
Destacan los firmantes que en Asturias “tenemos el privilegio de contar con tres lenguas: castellano, asturiano y eonaviego o gallego-asturiano” y lamentan que solo el castellano tenga estatus de lengua oficial, pues las tres son reflejo de la sociedad asturiana “bayurosa y plural”.
La labor de los profesionales del periodismo ha hecho mucho a lo largo de los últimos años por la normalización de las dos llinguas, según señala el manifiesto, así surgieron medios que publicaban en asturiano y en los que este se empleaba con absoluta normalidad, si bien la presencia del gallego-asturiano continúa siendo meramente testimonial.
Aún así, este proceso de normalización iniciado en el mundo de la comunicación debe seguir dando pasos, tal y como se señala en el manifiesto, y que queda por dar es el decisivo, y es que el asturiano y el eonaviego merecen el estatus de lenguas cooficiales “para puedan seguir vivas y afianzándose en la sociedad a la que pertenecen”.
Quienes firman este manifiesto, entre los que se encuentran reconocidos nombres del periodismo y la comunicación a nivel nacional como la escritora y presentadora del Telediario, Ángeles Caso; el ex corresponsal de TVE en Bruselas, José Ramón Patterson o la presentadora de Noticias Cuatro, Marta Reyero, señalan que la cooficialidad en ningún caso supone obligatoriedad ni imposición, si siquiera es “la panacea para la supervivencia de las lenguas”, aseguran, pero no dar ese paso sí supondría que acabasen muriendo.
Por todo ello, periodistas de diferentes medios, ideologías y hasta generaciones piden a los representantes del poder legislativo en la Junta General del Principado que inicien el camino para que todo esto sea posible, pues “bien nos prestaría informar de una noticia histórica, positiva y esperanzadora p' Asturies”, concluyen.
El debate político continúa enzarzado
En la arena política el debate sobre la oficialidad del asturiano sigue enroscado en las mismas zarzas: la bancada de la izquierda continúa adelante con la tramitación parlamentaria que podría desembocar en la reforma del Estatuto de Autonomía para declarar cooficial al asturiano y eonaviego. Un proceso que sigue su curso a sabiendas de que no llegará a buen puerto, en tanto en cuanto la derecha y ultraderecha, en el caso de la Junta General del Principado, PP, Vox y Foro Asturias, siguen rechazando dar este paso, cada vez que tienen oportunidad.
Cuando el pasado mes de mayo el presidente del Principado, Adrián Barbón, afirmaba que llegaría hasta el final para conseguir la oficialidad del asturiano no iba de farol, aún sabiendo que no tenía los votos y que la estrategia pasaba por colocar la pelota en el tejado de la derecha, aprovechando el fin de semana de profundo sentimiento asturianista que había tenido el portavoz del PP asturiano, Álvaro Queipo, declarando que el asturiano era “nuestra lengua propia”.
Con estos mimbres, los grupos parlamentarios del PSOE, Convocatoria por Asturies (IU) y Mixto (ex grupo parlamentario de Podemos) presentaron una iniciativa para reformar el artículo 4 del Estatuto de Autonomía y poner en marcha de una vez el debate parlamentario que podría acabar en el reconocimiento del asturiano y el eonaviego como llinguas oficiales en Asturias junto al castellano. Aunque para eso necesiten una mayoría cualificada del hemiciclo, es decir, 27 votos.
En estos momentos el debate está a la espera de que el parlamento asturiano vote si la toma o no en consideración la iniciativa de la izquierda, paso para el que sí dan los votos, pues basta una mayoría simple, y pueda comenzar entonces la verdadera tramitación parlamentaria de la reforma estatutaria para lo que la derecha ya ha dicho que no cuenten con ella, devolviendo la ficha a la casilla de salida.
Manifiesto del cine asturiano
A mediados del pasado mes de julio el mundo del cine asturiano quiso sumarse al debate por la oficialidad presentando su propio manifiesto que secundaban 35 cineastas de la región, entre ellos, Ramón Lluis Bande, Elena Cepedal o Pablo Casanueva, promotores de la iniciativa.
El manifiesto del mundo del cine fue presentado en la Academia de la Llingua Asturiana y en él explican que el idioma es una de las herramientas más importantes que tiene el cine para subrayar la pertenencia a una comunidad cultural concreta. Por ello, las lenguas propias de Asturias (asturiano y eonaviego) les ayudan en el proceso creativo de conseguir un retrato más exacto del territorio en sus películas.
Demandan el reconocimiento legal del asturiano tanto en lo personal como en lo profesional. En lo personal, exigen el cumplimiento de los derechos lingüísticos de todas las personas que quieran utilizar las lenguas asturianas en su vida cotidiana. Mientras, desde el punto de vista profesional, como cineastas aseguran que debido a la falta de oficialidad parten con desventaja, por ejemplo, a la hora de buscar financiación para sus trabajos fuera de Asturias.
Este escrito también explica que la oficialidad lleva aparejada un desarrollo económico y social de los territorios en los que se implanta, como viene sucediendo en comunidades vecinas como Galicia o el País Vasco, y otras como Comunidad Valenciana, Cataluña o Islas Baleares.
Comunidades autónomas en las que se ha podido desarrollar un sector cinematográfico de mucha calidad, remarcan los cineastas asturianos, gracias a la utilización de sus idiomas propios, con proyectos que han llevado a sus respectivas comunidades culturales a espacios internacionales de “gran prestigio”.
Consideran que se ha dado un paso importante la decisión del Principado de introducir la llingua asturiana en el segundo ciclo de Primaria, a partir del próximo curso, sin embargo es “insuficiente” que sea una materia optativa, dicen, pues “nadie cuestiona la obligatoriedad de otras materias como matemáticas o lengua”.