Una Asturias para el turismo o para quien vive en ella: la campaña que pone el foco en la “turistificación” del Principado

Leticia Quintanal

Oviedo —

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“¿Una Asturies pal turismo o una Asturies pa quien vivimos nella?”, es el mensaje que puede leerse en cinco vallas publicitarias colocadas estos días en puntos estratégicos de las tres principales ciudades asturianas, en lo que a número de habitantes se refiere (Oviedo, Gijón y Avilés) y también en Villaviciosa, municipio costero que da entrada al oriente de la región.

Fue precisamente en Villaviciosa donde este planteamiento no gustó nada, hasta el punto de que el gobierno de la localidad, del Partido Socialista, ordenó su retirada a las pocas horas de haber sido colocado el cartel, hace ahora una semana. Consideraba su ayuntamiento que una campaña de este tipo podía “dañar” el turismo que recibe la zona.

Quizás si la reacción del gobierno maliayo no hubiese sido tan “drástica”, esta desconocida campaña no hubiese recibido el foco mediático ni hubiese concitado todos los apoyos que concitó. Sin embargo, lo que sí es cierto es que ha conseguido poner sobre la mesa un asunto que, si bien en la calle comienza a ser un “runrún”, aún no estaba en la agenda política como tal.

Desde Aína Asturies, autores de este campaña, no pretenden luchar contra el turismo, ni tampoco lo rechazan, sencillamente buscan abrir un debate “sereno” sobre el tipo de turismo que quiere la región y alertar sobre las consecuencias que el “turismo de masas” tiene sobre las personas y los territorios porque, en algunas zonas de Asturias, “la situación comienza a ser preocupante”.

Integrada hasta el momento por algo más de doscientas personas, Aína Asturies es un proyecto político con poco más de un año de vida, “de izquierdas, feminista y soberanista”, tal y como lo definen sus portavoces, Claudia González y Esteban González Corteguera, que tiene a Asturias en el centro de sus políticas y que nació como relevo de la iniciativa cultural 'Conceyu Bable'.

Esta campaña nace de una preocupación, que es la progresiva turistificación de Asturias y la apuesta de su gobierno, denuncia Esteban González, por hacer del turismo uno de los sectores básicos de la economía de la región, “con continuos llamamientos a acudir a Asturies como refugio climático”.

Rechazan la promoción de la “turismofobia”, pues reconocen el turismo como un sector más dentro de la economía, sin embargo, sí luchan contra el turismo masivo que tiene “consecuencias perjudiciales para los habitantes de los territorios y solo genera riqueza a unos pocos”, denuncian en su manifiesto.

Esteban González señala un problema transversal que supone el encarecimiento del precio de la vivienda, la saturación de los servicios púbicos y el empeoramiento, en general, de la calidad de vida de las personas pues los precios de todo se disparan, los recursos se agotan y hay una saturación global, según denuncia. A ello hay que añadir el perjuicio medioambiental que conlleva la masificación turística con contaminación o “espolio medioambiental”.

Desde Aína reconocen que la costa asturiana es la que se lleva la peor parte, pero también ponen el foco en otros espacios del interior de la región que “se venden como tranquilos y no sobresaturados, llevando a Asturias a un modelo insostenible”.

A falta de cifras oficiales de visitantes, Asturias vive un verano en el que se está rozando el lleno total, tanto en ocupación hotelera como en alojamientos rurales. Con una patronal hotelera y hostelera que aplaude estos números, muy superiores a los registrados el pasado verano, y unas consecuencias que comienzan a ser visibles y a pasar factura a vecinos y vecinas.

Así, el decrecimiento del turismo masificado es la solución para una Asturias más justa y equitativa, tal y como explica Claudia González, y donde la sostenibilidad sea la base de un futuro digno. En definitiva, asegura, una Asturias para la gente que la vive, en la que el desarrollo económico y social no perjudique a nadie.

Una ecotasa turística para proteger los servicios públicos

La polémica en torno a la saturación turística en el Principado está servida. Si bien las cifras en Asturias distan, y mucho, de las que se registran en otras zonas de España como Baleares, Catalunya o la Costa del Sol, la sensación de quienes habitan, por ejemplo, la costa del Principado, o, sin ir más lejos, los habituales de determinadas zonas de la montaña asturiana, a donde escapan los detractores de la playa, es bien distinta.

Y es que el hecho de ser una región considerada desde hace tiempo como “refugio climático”, y haberse erigido como “zona segura” durante la pandemia del coronavirus, ha acabado generando un flujo turístico al que asturianos y asturianas no estaban nada acostumbrados y que cada verano va “in crescendo”.

Esto es lo que ha acabado por abrir el debate sobre las tensiones originadas por una incipiente turistificación que ya se deja ver en algunas zonas del Principado y cuyas consecuencias, constatables, comienzan a hartar sus habitantes pues afectan a su día a día.

Así, mientras por un lado hay quienes apuestan por el “cuantos más, mejor”, otros consideran que ha llegado el momento de abordar este debate, y hacerlo desde la serenidad y el reconocimiento de que el turismo no debe, en ningún caso, abrazarse a costa de los vecinos y vecinas.

Una de las propuestas de la que estos días se habla, a pesar de que ya ha sido rechazada por el Gobierno, es la implantación de una “ecotasa” o impuesto al turismo, como desde Aína prefieren por aquello de huir de eufemismos, y que es la propuesta de IU- Convocatoria por Asturies, marca regional de Sumar.

Así su diputado, Xabel Vegas, pedía estos días recuperar el debate sobre la implantación de esta tasa que vendría a proteger el medioambiente y también los servicios públicos. Una reivindicación que este grupo parlamentario realiza debido a la “gran afluencia turística”, que sería “simbólica, en ningún caso disuasoria” y que debería ir acompañada de un estudio sobre la carga turística en Asturias.

La aplicación de este impuesto al turismo, que también solicita la diputada del Grupo Mixto (ex diputada de Podemos), Covadonga Tomé, ya ha sido rechazada por el presidente asturiano.

Adrián Barbón se refirió al concejo más pequeño de Asturias para explicar su rechazo a la ecotasa: “no tiene ningún sentido cobrar a quien va a dormir a Yernes y Tameza”, asegurando que no todos los municipios asturianos registran la misma presión turística.

A lo que sí se ha abierto Barbón es a facilitar a los alcaldes y alcaldesas de municipios asturianos tensionados por el turismo, la aplicación de estas tasas en sus respectivos ayuntamientos. Algo que en ningún caso sucederá a nivel autonómico.