El ex director general del Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer, Natalio Grueso, está en paradero desconocido. Así se lo ha trasladado la Unidad Adscrita de la Policía Judicial de la Guardia Civil a los magistrados de la Sala de Vacaciones de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Asturias que acaban de emitir un auto donde decretan su búsqueda, detención e ingreso en prisión para el cumplimiento de los ocho años de condena que le impusieron por los delitos continuados de malversación de caudales públicos, falsedad en documento mercantil y societario.
A través de un auto, al que ha tenido acceso elDiario.es, los magistrados han adoptado esta decisión a la vista de las numerosas gestiones realizadas por los agentes para su localización, entre otros consultando al círculo más cercano de Natalio Grueso, y que han terminado con un resultado negativo.
Los agentes han contactado con varios establecimientos hoteleros en los que se ha registrado el ex director general durante este año: Castellón, Sevilla, Málaga, Almería, Cádiz, Jerez de la Frontera, Córdoba y el último hace apenas un par de meses de nuevo en Cádiz. En ninguno de ellos tenían noticias de él. Tampoco en la dirección del domicilio que Natalio Grueso facilitó como habitual en Madrid.
En la capital española constan dos domicilios del ex director general y a sus direcciones se le remitió la documentación por parte de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid para que se practicasen las gestiones pertinentes. La contestación de la Unidad fue la misma: el resultado era negativo.
Visitas en días y horas diferentes sin resultado
Los agentes se personaron en varias ocasiones, diferentes días y en horarios distintos en el domicilio oficial de la capital madrileña. Tampoco obtuvieron respuesta y en el buzón correspondiente a su vivienda no consta nombre alguno.
Según consta en el informe que la Guardia Civil ha trasladado a la Audiencia Provincial, también se hicieron gestiones entrevistando a varios vecinos, pero no lo conocen ni recuerdan que viva alguien allí. Además, señalan que su vecino de pared contigua no escucha ruido alguno en ningún momento.
Otro de los domicilios que figuran en esta documentación, facilitada por el propio Natalio Grueso durante el procedimiento, se corresponde con oficinas de despacho de abogados. Pero tampoco se sacó nada en limpio. La Guardia Civil relata a los magistrados de la Sala de Vacaciones que también se realizaron diversas llamadas al teléfono móvil de contacto de Natalio Grueso y se encuentra siempre apagado o fuera de cobertura.
Las gestiones han ido más allá. Según este informe, realizaron una llamada a su abogado defensor y contestó en una ocasión afirmando que se iba a comunicar con él.
“El abogado sólo posee el mismo número de teléfono que nosotros. Tras llamarle posteriormente en varias ocasiones, ya no responde a nuestras llamadas”, afirma textualmente el responsable de la Unidad Adscrita de la Policía Judicial de la Guardia Civil.
Una conducta reincidente
La última gestión policial fue incluso más explícita ya que los agentes trataron de contactar con la ex mujer de Natalio Grueso, Judith Pereiro, que fue juzgada como una de las principales beneficiarias de la trama del 'Caso Niemeyer' y que fue absuelta por la Audiencia Provincial, en una sentencia confirmada por el Tribunal Supremo (TS). En ninguna ocasión, la ex esposa de Natalio Grueso cogió el teléfono para responder a los agentes.
Ante todas estas gestiones negativas, la conclusión a la que llegaron es que Natalio Grueso sigue en paradero desconocido, como ocurrió ya en una primera ocasión cuando días antes del inicio del juicio la Audiencia se vio obligada a decretar su busca y captura e ingresó en prisión al notificar domicilios donde nunca fue posible entregarle las citaciones.
El auto dictado este jueves por la Sala de Vacaciones de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial no es firme y contra el mismo cabe interponer un recurso de súplica.
Los entresijos de la trama del 'caso Niemeyer'
El caso Niemeyer da nombre a la trama sobre la emisión de facturas falsas o manipuladas durante la gestión de Natalio Grueso al frente de la Dirección General del Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer, ubicado en la localidad asturiana de Avilés. Unas irregularidades contables por las que el Tribunal Supremo (TS) le ha condenado a ocho años de cárcel por los delitos continuados de malversación de caudales públicos, falsedad documental y societario.
En 2020, el tribunal de la Sección Tercera hacía pública la sentencia: imponía una pena de ocho años de cárcel a Natalio Grueso: cinco años por un delito continuado de malversación de caudales públicos en concurso medial mercantil y oficial y otros tres años por un delito continuado societario. Además se acordaba su inhabilitación para la contratación con las administraciones públicas o entidades del sector público durante ocho años.
A través de 355 páginas, la Sala relataba, paso a paso y factura a factura, cómo operaba. La sentencia ratificaba como hechos probados que Natalio Grueso, director general de la Fundación de 2006 hasta 2012, generó gastos ajenos a los fines de la Fundación Niemeyer durante todo el tiempo que duró su relación laboral, “disponiendo de sus fondos en beneficio propio, de sus familiares, amigos y terceros de su entorno, como si de su propiedad fueran, en detrimento de la Fundación Niemeyer”.
Con el apoyo de Vigil, a quien unía una relación de amistad, también ocultó gastos de desplazamientos y estancias hoteleras de familiares y allegados con facturas falsas o alteradas a nombre de trabajadores de la Fundación o por conceptos ficticios.
Tras recurrir en casación, el Tribunal Supremo (TS) confirmó el relato de hechos. Ratificó la pena de ocho años de prisión impuesta en 2020 a Natalio Grueso, los dos años de cárcel impuestos al exsecretario de la Fundación, José Luis Rebollo, por delito continuado societario, y rebajó de siete años y seis meses a seis años de prisión la condena que le había sido impuesta al tercer condenado en la causa, José María Vigil, exagente de Viajes El Corte Inglés, por malversación, falsedad y estafa.
La Audiencia Provincial absolvió a la exmujer de Grueso, Judith Pereiro, y al exjefe de Producción del Centro Niemeyer, Marc Martí, de un delito continuado de malversación en concepto de cómplice y un delito de malversación respectivamente.
De la petición de indulto a la de suspensión de entrada en prisión
Con la sentencia firme, Vigil decidió ingresar voluntariamente en el Centro Penitenciario de Asturias, donde cumple actualmente la condena. Rebollo logró la suspensión de la ejecución de la pena durante tres años y Natalio Grueso emprendió una nueva batalla judicial para evitar su prisión por una doble vía: por un lado, presentó una petición de indulto ante el Ministerio de Justicia refrendado por numerosas personalidades del ámbito cultural y por otro empezó a recurrir ante la Audiencia Provincial para pedir la suspensión en tanto se resuelva el indulto.
En su recurso de apelación, argumenta que tiene “razones de peso” entre las que resalta la “utilidad y conveniencia pública y la protección de la vida e integridad física y mental” dado que la inmediata ejecución de la pena “haría ilusoria la finalidad perseguida por la gracia solicitada”.
En este recurso de apelación, al que ha accedido elDiario.es, la defensa incide en la “contribución al desarrollo y el impulso de la esfera cultural española” de Natalio Grueso y recuerda que ya hizo frente a la responsabilidad civil y a las multas. Además, asegura que el perjuicio económico ocasionado a la Fundación Niemeyer ascendía a 78.819 euros, que ya ha abonado y que, según la defensa, “supone el 0,17 por ciento del gasto total gestionado” por el exdirector general, que superó los 50 millones.
Una cantidad económica –78.819 euros– que apenas es significativa, para su letrado defensor, frente al “impacto positivo” de su gestión a nivel nacional e internacional.
Con el auto dictado este jueves por la Audiencia Provincial ya el tema del recurso pasa a un segundo plano porque la prioridad ahora es localizarle, detenerle e ingresarle de forma inmediata en prisión como decretó inicialmente el tribunal de la Sección Tercera.