Investigadores asturianos aportan nuevas claves para comprender el envejecimiento de las células madre musculares

Un grupo de investigadores de la Universidad de Oviedo ha descubierto las razones por las que las células madre de los músculos pierden su capacidad de regeneración según vamos envejeciendo.

La importancia de este estudio radica en que su hallazgo podría tener implicaciones en la comprensión y tratamiento de la pérdida de masa muscular asociada a la edad.

Investigadores del grupo cROS, perteneciente a la Universidad de Oviedo y miembro, a su vez, del grupo OSKAR, del Instituto de Investigación del Principado de Asturias (ISPA) han realizado este trabajo que ha sido publicado en la revista “Cell Death and Disease”.

La Universidad de Oviedo ha hecho público este jueves el estudio donde se aportan nuevas claves en la comprensión del envejecimiento de las células madre musculares.

En una nota de prensa, los investigadores recuerdan que el mantenimiento del organismo en estado saludable requiere del funcionamiento de un conjunto de células responsables de la renovación celular.

Son las denominadas células madre, que se encargan de la renovación de los órganos y tejidos sustituyendo las células dañadas, por una lesión o envejecimiento, por células plenamente funcionales.

Para lograrlo, las células madre tienen que activarse y diferenciarse, dando lugar a nuevas células que reemplazan a las que ya no son operativas. Sin embargo, con el paso del tiempo, las células madre ven disminuida su capacidad de diferenciación y, por tanto, de regeneración.

Senescencia irreversible

Las células madre musculares, a medida que envejecemos, entran en un estado prematuro de senescencia irreversible que les impide reparar el tejido frente a una lesión, lo que acaba contribuyendo a una importante pérdida de masa y fuerza muscular con el paso del tiempo. Las personas mayores se convierten, de este modo, en más frágiles y vulnerables.

El grupo de investigadores de la Universidad de Oviedo ha descubierto por qué las células precursoras de músculo pierden esta habilidad.

El trabajo, realizado por Yaiza Potes y liderado por Ana Coto Montes e Ignacio Vega Naredo, profesores del Departamento de Morfología y Biología Celular de la institución académica asturiana, muestra que las células madre musculares envejecidas no son capaces de activarse y diferenciarse correctamente debido a dos motivos. Primero, por un fallo en la vía de señalización p66Shc y, segundo, por la pérdida de la capacidad autofágica. Las investigaciones sobre p66shc revelan que desempeña un papel regulando los niveles de radicales libres y la esperanza de vida.

Los investigadores apuntan que este trabajo tiene implicaciones en el campo de la medicina regenerativa y antienvejecimiento, ya que la regulación de la autofagia y de p66Shc podría constituir una herramienta para el desarrollo de nuevas terapias que aseguren el correcto mantenimiento de las células madre musculares a lo largo de la vida.