La actividad en los pozos de Hunosa se ha paralizado este martes y más de 200 mineros se han movilizado frente a la sede central de la empresapública, en Oviedo, para exigir un plan de empresa que garantice empleos de futuro, estables y de calidad para sus 600 trabajadores, entre fijos (430) y subcontratados (170).
La mayor parte del empleo se concentra en el pozo San Nicolás, el único de la compañía en el que aún se extrae carbón para abastecer a la térmica de La Pereda, en Mieres, cuyo cierre posiblemente se lleve a cabo a finales de este año o principios del próximo, según fuentes sindicales, aunque la dirección de la empresa aún no les ha comunicado una fecha concreta.
Con la transformación ya en marcha de La Pereda en una central que se abastecerse de biomasa forestal y combustible procedente de residuos de vertedero, dejará de quemar carbón y, por tanto, dejará sin actividad al último pozo operativo de Hunosa.
En el San Nicolás trabajan unos 200 mineros de Hunosa y otros 130 de empresas subcontratadas, más de la mitad de una plantilla que se dedica también a labores de mantenimiento en otros pozos como el Sotón o Santiago, al funcionamiento de la térmica (40) o que forman parte de la Brigada de Salvamento Minero (20).
Interlocutores válidos
Para garantizar la estabilidad en el empleo, sindicatos y dirección de Hunosa iniciaron hace nueve meses la negociación de la segunda fase del plan de empresa (2019-2027) que, según los sindicatos, permitió alcanzar hace unas semanas un principio de acuerdo que, sin embargo fue rechazado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) a la que pertenece el Grupo Hunosa.
“Ha habido una rotura absolutamente desleal de los acuerdos alcanzados que muestra el desinterés de la SEPI por garantizar el futuro de Hunosa y una transición justa”, ha asegurado el secretario general de la Federación de Industria de CCOO de Asturias, Damián Manzano, durante el corte de tráfico que los empleados han protagonizado este mediodía frente a la sede de la compañía, en el que hay convocado hoy un paro de 24 horas.
Para Manzano, es imprescindible que la SEPI ponga un interlocutor válido para consensuar “alternativas reales para cerca de 600 trabajadores” y aclarar qué va a pasar con los del pozo San Nicolás porque el presidente de Hunosa, Enrique Fernández, “está totalmente desautorizado”.
Su homólogo del SOMA-FITAG-UGT, José Luis Alperi, ha coincidido en que no sabe si tendría que dimitir de su cargo, pero que, “cuanto menos, su credibilidad ha quedado muy mermada” después de decir un día que hay un acuerdo y desdecirse al día siguiente, por lo que es preciso que la SEPI disponga de interlocutores válidos.
“No queda otra que salir a la calle”, ha añadido al denunciar la falta de coherencia y descoordinación entre la dirección de Hunosa y la SEPI, y la “falta de compromiso del Gobierno de España” con el futuro de una compañía en la que sí se pueden crear empleos de futuro y calidad.
Según Alperi, el principio de acuerdo alcanzado como base para la firma del plan de empresa contemplaba, entre otros puntos, abordar proyectos como un centro nacional de entrenamiento en rescates, que generaría unos 50 empleos con una inversión de entre cinco y siete millones.
También recogía la creación de un parque de energías en el San Nicolás, con generación minihidráulica y fotovoltaica, y las posibilidad de que Hunosa pasase a ser reconocida como medio propio de la administración, al igual que lo es Tragsa, para, por ejemplo, poder aplicar su experiencia para restaurar minas a cielo abierto.
El principio de acuerdo, según los sindicatos, también contemplaría bajas no traumáticas para varias decenas de trabajadores y la incorporación a la plantilla de personal de las subcontratas.
Tras la protesta que el día 2 llevaron a cabo en Madrid ambos sindicatos para exigir que se retome la negociación con un interlocutor válidos, fuentes de la SEPI consultadas por EFE expresaron su respeto a las empresas del grupo en materia de negociación colectiva y consideraron que ese es el “ámbito legítimo de diálogo”.
Por su parte, fuentes de Hunosa aseguraron que “no ha existido acuerdo con la dirección de la compañía”, sino “un planteamiento razonado de los sindicatos, fruto de un grupo de trabajo, que ellos entendían razonable y que ahora interesa llamar acuerdo”.