PZSB, el 'pozu' minero asturiano que acoge exposiciones de vanguardia

Alba García Mateos

Turón —
23 de diciembre de 2023 09:06 h

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Recorrer el Valle de Turón, en el concejo de Mieres, es adentrarse en un paisaje cargado de historia. El Pozu Santa Bárbara, ubicado en la Rebaldana, es uno de los tantos pozos mineros que salpican el entorno, hace décadas bullicioso, ahora en silencio. No es uno cualquiera, fue uno de los más importantes y grandes de la cuenca del caudal.

Su actividad comenzó en 1913 y hasta 1995, cuando dejó de producir, pasaron por sus oficinas, casa de aseo, jaulas y galerías miles de trabajadores del carbón que labraron su historia. Una historia que no termina con el cese de actividad. El Pozu Santa Bárbara fue el primer pozo asturiano que fue declarado Bien de Interés Cultural, en el año 2008. Un reconocimiento que ahora se pide para toda la cultura minera asturiana.

Pero el verdadero impulso para este espacio, antes industrial y ahora cultural, llegó el 15 de octubre de 2021, cuando el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Mieres, de la mano del entonces concejal de cultura Juan Ponte, convirtió el pozu en un referente de la vanguardia artística internacional. Lo hizo por todo lo alto, con la intervención 'Solid light' de Anthony McCall, que constituyó un gran éxito. Fue un antes y un después en la vida de la explotación minera que desde entonces es mucho más que un museo y tiene su marca propia PZSB.

Por su antigua sala de compresores han pasado intervenciones del artista asturiano Herminio, que el año pasado montó 'Voladuras', o de la alemana Regine Schumann que en marzo de este mismo año presentaba su montaje 'Innerlight'. Nueve meses después, desde el 5 de diciembre hasta el 28 de enero de 2024, el PZSB alberga la exposición 'Visual Bird Sounds' del artista australiano Andy Thomas.

Luz, color y cantos

Es toda una explosión de color. Un proyecto audiovisual, impulsado conjuntamente por la concejalía de cultura de Mieres en colaboración con el L.E.V. (Laboratorio de Electrónica Visual), que proyecta formas abstractas acompañadas del sonido de diversas aves que habitan en diferentes espacios naturales del planeta: la Amazonia, Finlandia, Australia y Nueva Zelanda...

También hay piezas únicas para esta presentación en la que recoge el canto de las aves del entorno en el que se encuentra la mina, una zona de especial conservación declarada paisaje protegido. Es el caso de los canarios, con los que se hace un guiño a la cultura minera, ya que antiguamente estos pájaros se utilizaban para bajar a las galerías y detectar así la presencia de gas (grisú) y evitar accidentes.

Inspirándose en la fauna y la flora, el autor quiere con sus composiciones hacer una crítica medioambiental, una declaración sobre el impacto de la tecnología en el planeta y de cómo los avances están afectando a los ecosistemas.

Al entrar a la sala, la proyección atrapa al espectador de manera que parece que está en un bosque con todos sus sonidos. Guarda mucha similitud con el verde de las montañas que la rodean en el exterior. La luz es otro competente fundamental, contrasta con la oscuridad del entorno, el negro de la mina y el carbón.

Desde la plataforma de L.E.V., dirigida por Nacho de la Vega y Cristina de Silva, destacan de la exposición su intención de llegar a todos los públicos y conseguir la visualización del sonido. “Al analizar la obra te das cuenta de que el sonido de los pájaros te acompaña constantemente. Una manera muy bonita de abordar el espacio y el contexto en el que está. Nos gusta trabajar en espacios como este, espacios que no son convencionales, donde no te esperas encontrar una intervención artística”, afirma De silva, comisaria de L.E.V.

Unir la creación digital con el patrimonio industrial supone un aliciente de interés diferente para De Silva, “el venir a una exposición al Pozu Santa Bárbara tiene una intención muy clara. Es una experiencia en sí misma. Que tengas que llegar hasta aquí viendo el paisaje o incluso, disfrutando de la gastronomía, lo dota de una significación muy poderosa y lo diferencia de otros proyectos”.

Además la comisaria de la muestra destaca que “el Laboratorio de Electrónica Visual siempre está posicionado en cuestiones sociales y esta muestra envía un mensaje sobre la importancia de preservar la biodiversidad. Ojalá sirva para darnos cuenta de la importancia que esto tiene”.

El Pozu como metáfora

Convertir el Pozu Santa Bárbara en centro artístico supuso todo un ejemplo de adaptación a los nuevos tiempos y un impulso para el entorno. “Es como una metáfora. Esto era un centro de trabajo y ahora es un centro para todo el mundo, abrimos las puertas para ser un símbolo de la transformación del territorio”, dice la actual concejala de cultura del Ayuntamiento mierense Rocío Antela.

En menos de 20 días de apertura ya han pasado por la exposición personas de diferentes partes de Asturias pero también turistas de otras comunidades autónomas o incluso otros países. Las visitas ayudan a dinamizar una zona profundamente afectada por la crisis demográfica. Al igual que Cristina, Antela reconoce que “cuando vienes a esta instalación ya te prepara el recorrido, te vas adentrando en un valle con autenticidad, que no se olvida del pasado pero que no quiere quedarse paralizado en la nostalgia si no crear riqueza de todo tipo, también cultural y de vanguardia”.

Como minera de interior que fue y actual trabajadora del Laboratorio de Combustibles de Hunosa (Hunosalab), Antela lo tiene claro, “apuesto por el territorio, tiene muchas oportunidades y su mayor valor es el humano, el de sus gentes” y añade que aunque para ellos el paisaje plagado de castilletes es algo habitual “cuando se lo enseñas a la gente de fuera se sorprenden. Nosotros no vamos a recuperar la minería pero sí crearemos una nueva industria y la cultural, lo es”.

Para todo el que quiera a pasarse por el Pozu Santa Bárbara a disfrutar de 'Visual Birds Sounds' el ayuntamiento de Mieres ha planificado visitas guiadas en estas semanas navideñas. No disfrutarán tan sólo de una inmersión en las formas de vida sonoras de Andy Thomas también de la fusión de patrimonio y vanguardia que desde hace ya dos años conviven en el valle de Turón.