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Cuatro superficies comerciales empezaron a probar este sábado en Francia el “índice de reparabilidad” de la marca Spareka. Por primera vez, se ha colocado una etiqueta a determinados aparatos eléctricos con un índice del 1 al 10 que informa al consumidor de lo que cuesta reparar esos productos. Esta valoración tiene en cuenta la facilidad y el tiempo para reparar el aparato, la disponibilidad y el precio de las piezas de recambio, las herramientas necesarias y el acceso a la documentación técnica del producto.
En concreto, el testeo de este nuevo etiquetado se ha realizado con distintas sierras mecánicas en cuatro establecimientos de Leroy Merlin. La empresa Spareka –que está especializada en piezas de recambio y autoreparación de aparatos– lanzó su índice de reparabilidad el pasado mes de junio, utilizando de muestra distintas marcas de lavadora, pero ahora ha querido probarlo en tiendas para analizar la reacción de los consumidores.
Según la Hoja de Ruta de la Economía Circular puesta en marcha por el Gobierno francés, a partir de 2020 será obligatorio en este país que los aparatos eléctricos y electrónicos lleven una etiqueta con información sencilla “sobre la duración de su vida a través de un índice que integre criterios de su reparabilidad y durabilidad”. Una medida que Francia espera llevar también a la normativa europea.
Ahora mismo existen varios grupos de trabajo dentro del Ministerio de Transición Ecológica de Francia para definir cómo sería este etiquetado. Al mismo tiempo, en los últimos meses se han presentado dos propuestas de índice de reparabilidad, este de la marca Spareka y otro del grupo Fnac Darty muy similar para ordenadores portátiles.
“Spareka participa en los grupos de trabajo, pero a la vez está desarrollando por adelantado su propio índice”, explican desde la marca francesa. “Hay cuestiones sensibles como el precio de las piezas de recambio, pues hay fabricantes que no quieren que este criterio sea tenido en cuenta. Nosotros luchamos para que el futuro índice de reparabilidad francés y europeo sea eficaz y justo para los consumidores”.
Como explica esta compañía, en su propuesta de índice el nivel de dificultad de la reparación representa el 65% de la nota, mientras que las piezas de repuesto suponen el 35%.
El pasado mes de junio, Spareka lanzó su sistema de medición aplicándolo en seis modelos de lavadora de marcas diferentes: Selecline WFS5-1206 (de 169 euros), FAR LF612BE18W (de 199 euros), Samsung WW70J3283KW (de 399 euros), LG F82J53WH (de 449 euros), Bosh WAW28750FF (de 1.099 euros) y Miele WKH122WPS (de 1.599 euros). Como pudo comprobar, existen diferencias muy importantes a la hora de reparar estos aparatos y algunas de las lavadoras entre las más difíciles de reparar eran justamente de las más caras. La que peor nota sacaba (3,8/10) era la de Selecline y la que mejor (7,4/10) la de Samsung.
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