Barbijaputa es el seudónimo de la articulista que encontrarás bajo estas líneas. Si decides seguir leyendo darás con artículos y podcasts sobre el único feminismo sensato que existe: el radical.
Gracias, compañeras
En poco más de 48 horas conocíamos que una menor de 17 años había sido degollada por su pareja, de 19, en Reus. También que el violador de su sobrina de 13 años había intentado quemarla en Valencia. Y, entre otras noticias más, leíamos horrorizadas que la reparación del ordenador de un hombre mostraba que violaba también a una sobrina de 14 años, en una localidad valenciana.
Sabemos que ocurre constantemente. Que el goteo de asesinatos nunca se detiene, que nadie hace lo necesario para cerrar el grifo. Sabemos también que las denuncias por maltrato o violación son sólo unas pocas en comparación con las reales.
No son pocos los días en los que se agolpan las noticias que narran asesinatos, violaciones, abusos o maltratos. Días como ayer, en los que cuando no te has repuesto de una, sale otra. Y te preguntas cómo de efectivo está siendo el feminismo para acabar con la misoginia que nos aplasta, cómo de efectivo es ahora que la reacción machista intenta echar por tierra todo el trabajo que se lleva haciendo durante años.
Pero luego hay noticias como que las denuncias por violación han pasado de una cada 8 horas a una cada 5. Y eso significa que las mujeres se sienten más legitimadas para denunciar, muchas más chicas sienten que pueden ser creídas, y que la sociedad no va a juzgarlas con la dureza que ha venido aplicando toda la vida. Sienten que otras muchas vamos a creerlas, y a defenderlas, y a salir a la calle por ellas.
Y tras eso, el CIS muestra que la preocupación por la violencia machista en la sociedad ha pulverizado su propio récord del año anterior, pasando rápidamente del 1'8% al 4,6 en pocos meses, y plantándose en el 7% este mismo enero. Es el indicador que más ha crecido.
Los asesinatos no han aumentado, pero sí la preocupación por ellos al ser reconocida como un tipo de violencia execrable que se basa en el género de la víctima. Esto es trabajo del feminismo. De las feministas.
La lucha feminista nos despierta, nos informa, nos desgrana los motivos y nos explica las causas. Nos enseña a identificar el machismo es todas sus formas y señalar al machista sin pudor. El feminismo es más efectivo de lo que crees en días como ayer, mucho más. Y sigue su camino día a día, mes a mes, manifestación a manifestación. Y va llamando a todas las puertas, entrando en las casas, arrojando luz a las preguntas que se hacen internamente todas las mujeres.
No hay reacción machista que pueda parar este trabajo. No hay partido político que pueda enfrentarse a esta lucha y a las que la llevan a cabo. No hay forma de detener la riada de mujeres hablando con otras mujeres, de chicas que estudian y leen sobre feminismo, de asambleas y organizaciones feministas que cada 8M o 25N reúne a más y más niñas, adolescentes y mujeres. Y la reacción machista al auge de las mujeres que no se dejan controlar sólo nos da más energías, más fuerza, más rabia que canalizar.
Cuanto más lejos llegamos, más combustible tenemos. Cuantos más obstáculos encontramos en el camino, más pisamos el acelerador.
Gracias, compañeras, porque estáis haciendo historia y hacéis que todo merezca la pena.
Escucha el último programa de Radiojaputa
Cada lunes, un nueva entrega del podcast de Barbijaputa, en eldiario.es.
En poco más de 48 horas conocíamos que una menor de 17 años había sido degollada por su pareja, de 19, en Reus. También que el violador de su sobrina de 13 años había intentado quemarla en Valencia. Y, entre otras noticias más, leíamos horrorizadas que la reparación del ordenador de un hombre mostraba que violaba también a una sobrina de 14 años, en una localidad valenciana.
Sabemos que ocurre constantemente. Que el goteo de asesinatos nunca se detiene, que nadie hace lo necesario para cerrar el grifo. Sabemos también que las denuncias por maltrato o violación son sólo unas pocas en comparación con las reales.