¿Qué tienen en común leones, canguros, jirafas y chimpancés? La colección infantil del grupo RBA 'Mis animales del zoo' lo deja claro: todos son animales “del zoo”.
Esta colección de RBA, empresa líder en la publicación de revistas, coleccionables y libros, consiste en entregas semanales de sonrientes figuras de animales exóticos (o animales “del zoo”) acompañadas por libros ilustrados donde las niñas y los niños supuestamente aprenden sobre las diferentes especies. El coleccionable puede complementarse comprando una alfombra en la que niñas y niños pueden diseñar y construir su propio zoo, donde mantener encerradas a sus figuritas. También pueden descargarse una App en la que “explorar y divertirse con todas las acciones que pueden hacer los animales del zoo”, véase comer un pedazo de carne, perseguir una mariposa o rugir.
¿Qué aprenden las niñas y niños con este coleccionable?
Esta “educativa” colección lanza distintos mensajes a los niños y niñas. El zoo parece un lugar ideal para los animales, un sitio donde son felices. Un hogar. La información que se les da en los libros es contradictoria: en el caso del león Lumba, por ejemplo, la figurita vive feliz con su manada en el zoo; sin embargo, en el libro se explica textualmente que “los leones viven en un espacio muy grande, con árboles y rocas, pero lejos de las visitas porque son muy feroces”. ¿Cuál es, pues, la verdadera realidad de los leones? Se genera confusión y acabaremos por creer que el hábitat natural de los animales son las ciudades, los zoos.
El juguete fomenta también la disonancia cognitiva, es decir, actuar conforme a creencias mutuamente incompatibles: amar a los animales y disfrutar del zoo, y mantenerlos encerrados lejos de sus hábitats e impidiendo que se comporten de forma natural.
Esto nos recuerda a uno de los mensajes de la nueva campaña de comunicación del Zoo de Barcelona: “Si un niño aprende a querer a los animales, cuando sea adulto querrá a los animales”. ¿Es eso posible con un modelo de zoo mercantilista y colonialista, como es el Zoo de Barcelona? Resulta una campaña engañosa.
¿Cómo aprenden niños y niñas a respetar a los animales?
La especie humana nace con una empatía natural hacia el resto de especies, necesitamos estar en contacto con el resto de seres vivos, plantas o animales. Una educación basada en la empatía hacia los animales es el mejor regalo que podemos dar a niñas y niños, y qué mejor que hacerlo desde aquellos centros dedicados a la naturaleza: los zoos.
La plataforma ZOOXXI, asesorada por asociaciones como PRODA, CoPPA, el Santuario Equidad o ERAH, propone un nuevo modelo educativo para los zoológicos del mundo, un modelo que eduque en la empatía hacia los animales y avance en la creación de una cultura de paz. Educar en la especie para poder conocer su naturaleza, pero también en el individuo, como un ser con emociones, capaz de sufrir y disfrutar. Un ser con derechos; entre otros, el derecho a la libertad.
ZOOXXI es una plataforma social y académica, impulsada por la Fundación Franz Weber y la ONG Libera!, que trabaja por la reconversión de los zoos de todo el mundo. Pretende hacer un cambio en la filosofía de estos centros y adaptarlos a la sensibilidad y los conocimientos científicos del siglo XXI, dejando atrás las prácticas del modelo de zoo actual, que se han quedado estancadas en el pasado. Ha recogido una gran cantidad de apoyos de personalidades del mundo científico y académico.
ZOOXXI busca pasar de un zoo que estudia y conserva a los animales en cautividad a un zoo que actúe hacia fuera, capaz de proteger los hábitats y de ejercer presión para cambiar las políticas medioambientales. Dejar atrás la visión mercantilista de los animales de un zoo que los reproduce sistemáticamente, con nulo efecto en la repoblación de hábitats naturales, para crear un zoo que pueda dar cobijo a animales rescatados del tráfico ilegal, decomisados o maltratados, así como a la fauna autóctona herida. Busca pasar de la exhibición a la observación, el respeto y la cultura del silencio, pasar de un zoo pensado para el visitante a uno que busque el bienestar del habitante. ZOOXXI quiere un zoo transparente, para conformar, con la presencia de universidades, ONG y asociaciones vecinales y educativas, una Fundación capaz de tomar decisiones basadas en la ciencia, la ética y el bien común.
Los zoos tienen la responsabilidad de educar a sus visitantes acerca de la naturaleza y los animales, pero no únicamente a través de aspectos cognitivos sino también emocionales. Solo así se podrá modificar la conducta.
Con el modelo ZOOXXI se educará a las niñas y niños en la capacidad de ponerse en el lugar de individuos indefensos con los que no comparten las mismas técnicas de comunicación. Tras varios proyectos piloto, se ha demostrado que este modelo educativo redunda tanto en la reducción del bullying escolar como en el aumento de comportamientos cooperativos y prosociales. Como afirma la psicóloga Mariví Vaquer, presidenta de PRODA, “está demostrado que los niños que crecen relacionándose con animales, considerándolos seres sintientes dignos de respeto, son más responsables y empáticos”. Según las expertas en violencia Rosario Ortega, Virginia Sánchez y Ersilia Menesini, los agresores tienen mayor probabilidad de desconexión moral y falta de empatía. Los profesionales en el ámbito escolar constatan que los agresores muestran unas características comunes que se alejan del respeto hacia cualquier ser sintiente. Varios estudios, como los del profesor Frank R. Ascione, han demostrado también la relación que existe entre la violencia doméstica y el maltrato animal, que puede llegar a ser un indicador por sí mismo.
No olvidemos que en España una cuarta parte de escolares adolescentes sufre agresiones por parte de sus compañeros. Una educación basada en la empatía podría dar una respuesta preventiva. Con este modelo educativo estaremos ofreciendo a las nuevas generaciones una capacidad mayor de desarrollar el altruismo e inhibir las conductas agresivas, así como de aumentar la autoconciencia y mejorar las habilidades comunicativas.
Hay que avanzar hacia una verdadera educación para el siglo XXI y dejar atrás todas aquellas prácticas que se han quedado estancadas en el siglo XIX, que claramente incluyen el modelo actual de zoológicos y sus planes educativos para la infancia.
Por eso resulta sorprendente que un grupo como RBA, que dice caracterizarse “por su afán de innovación y crecimiento continuo”, publique también este tipo de colecciones infantiles. Colecciones que promueven un modelo de zoo que ha quedado demostrado que no funciona. Que promueven una educación para las niñas y los niños que sigue mercantilizando la vida animal, definiendo a las jirafas como “una de las principales atracciones del zoo”. Que siguen promoviendo la idea de dominio del ser humano sobre el resto de la naturaleza.
¿Por qué no educar a los niños y niñas con la verdadera realidad de los animales en libertad? ¿Por qué no hablar de animales de la sabana, del ártico, de las selvas, en vez de hablar de animales “del zoo”? ¿Por qué no enseñarles los kilómetros que recorren los elefantes a diario? ¿O las diferentes culturas de los delfines? ¿Por qué no hablarles de los chimpancés como seres gregarios, en vez de hablarles de cómo pueden imitar las muecas de los visitantes de los zoos?
Esperamos que grupos como RBA empiecen a adaptarse a la ética del siglo XXI e innoven de verdad, pues la consigna, como afirma Virginia Portilla, coordinadora de ERAH, es clara: “Hay que desaprender todas las formas discriminatorias con que nos han inculcado a tratar a los animales, identificar cuándo son explotados en espectáculos de entretenimiento, cuándo son exhibidos en zoológicos, cuándo son vendidos como mercancía en tiendas, etc. Establecer una nueva relación de solidaridad que se extienda hacia los demás, reduciendo toda forma de violencia escolar y social”.
La empatía es el ingrediente básico para la sabiduría, pues, ¿quién puede querer a alguien sin conocerlo? ¿cómo sentir compasión hacia alguien que no entiende? ¿y cómo hacerlo si no es capaz de ponerse en su lugar?