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Carta abierta tras la decisión del PSOE de abandonar a los perros más vulnerables

El Caballo de Nietzsche

17 de septiembre de 2022 06:01 h

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Hace unos días el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de Ley de Protección, Derechos y Bienestar de los Animales, que debe afrontar ahora el trámite parlamentario en el que puede ser modificada en innumerables sentidos. El texto, impulsado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, ya ha encontrado su primer gran obstáculo en el socio mayoritario dentro del Gobierno, el PSOE, que ha anunciado una enmienda para dejar fuera del ámbito de aplicación de esa Ley a los perros usados para cazar, justo los que más necesitan esa protección.

El PSOE ha cedido a las presiones de los cazadores, esos que dicen amar a los animales a los que tirotean, esos que dicen cuidar a sus perros aunque las imágenes de galgos y podencos hacinados en zulos, encadenados en cuchitriles, ahorcados, arrojados vivos a zanjas y barrancos, o simplemente abandonados en campos y cunetas, sean el pan cotidiano de quienes seguimos gritando que la caza es violencia en todas sus formas.

El PSOE ha decidido que dos perros, aunque sean iguales, misma edad, misma raza, aunque tengan unos mismos miedos y unos mismos intereses (ya no deberíamos tener que explicar que los perros son capaces de procesar emociones y, por tanto, de sufrir) estarán protegidos o no por la Ley en función de si (mal)viven con un cazador o si tienen la suerte de vivir en familia. Es decir, si viven con una familia que los cuida y los protege, la Ley también lo hará. Si son usados y explotados durante toda su vida y abandonados, en el mejor de los casos, cuando ya no son útiles, entonces la Ley tampoco estará de su lado. No suena ni coherente ni socialista.

Ante este escenario, decenas de colectivos de protección animal se han unido en la convocatoria, el próximo 24 de septiembre, a la una de la tarde, de una concentración a las puertas del Congreso de los Diputados y están difundiendo una nueva versión del logo del PSOE, cuyo puño, además de agarrar la rosa, sostiene una soga que ahoga a un perro. La consigna es tan clara como simple, aunque los socialistas no lo vean: #MismosPerrosMismaLey. Además, el próximo 30 de septiembre, aprovechando una jornada sobre protección animal organizada por la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Derechos de los Animales (APDDA), entidades como FAPAM llaman a una concentración a las puertas del Congreso a las 14.30 horas. Son solo algunas de las acciones que se están organizando para pedir al PSOE una rectificación.

Muchos de esos colectivos han enviado a todos los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados, los mismos que tendrán que decidir sobre cada artículo de esa Ley, una carta abierta en la que explican que se habían “alegrado” de ese paso del Consejo de Ministros, aunque “la gran noticia” será su aprobación definitiva.

“Queremos una ley estatal decente de protección animal que nos iguale a otros países europeos en las políticas públicas de protección animal en España” y por eso, añaden, “hemos aceptado, queriendo mucho más”, que algunas medidas se hayan suavizado. Sin embargo, “sabemos que ciertos lobbies han intentado e intentan hacer descarrilar esta ley con controversias falsas y en ocasiones absolutamente inconsistentes”.

El texto es “mejorable”, dicen, pero “aplaudimos que por primera vez en la historia de este país los animales ocupen una ley” que llegue al Congreso. Ahora hay que garantizar “mínimos” como que se contemple la gestión de colonias felinas mediante el método CER (captura, esterilización y retorno), que “no existan” las listas de PPP (perros potencialmente peligrosos) y que incluya a los perros usados para cazar.

“Lo que en absoluto esperábamos era una traición al pacto de gobierno de protección de absolutamente todos los perros, por dejarse el PSOE manipular por las presiones de un lobby cuyos presidentes de federaciones de caza están mayoritariamente en Vox”, aseguran, lo que les hace parecer no solo “cobardes” sino además “poco inteligentes, pues éticamente proteger a una élite corrupta que hace negocio de estas barbaridades corresponde a un partido de derechas”. “Nos tiene bastante preocupados”, añaden, que en el PSOE no parecen ser conscientes de “quiénes son sus votantes”.

Aseguran hablar en nombre de las protectoras que cada año absorben los “despojos” de los cazadores, esos que dejan “camadas o cachorros 'no aptos' para la caza colgados de árboles o abandonados”. Esos perros son “los más maltratados”, insisten, “mantenidos en zulos inmundos llamados 'rehalas' sin ver la luz del sol ni salir más que el día de caza, desesperados; bajo la lluvia o a 40º atados 24 horas, a veces a cuerdas de menos de 40cm, hambrientos, enfermos, sedientos y criando sin control, montándoles buscando 'la perfección cinegética' de su hobby.

“Estamos hartos de la impunidad con el maltrato y abuso de la clase trabajadora, (que también dicen representar) pero más aún del abuso de estos animales usados como herramientas o mercancías”, cuya “cría descontrolada” provoca, además, “un trabajo esclavo en las protectoras que voluntariamente asumen trabajos nunca valorados que les solucionan el problema mientras ayudan y subvencionan con dinero público a quienes de forma infame crean este problema que nos avergüenza frente al mundo”.

Además de todo ello, denuncian que con esa enmienda el PSOE se salta las directrices de la Unión Europea, que pide protección de la biodiversidad y cuidado del monte, ya que el plomo y las granjas cinegéticas usadas para justificar su actividad en nada contribuyen a esos objetivos.

“Si no quieren perder más credibilidad”, dicen al PSOE, “exigimos una rectificación pública” y el anuncio de eliminar esa enmienda “porque ninguna justificación ni científica ni de ningún tipo (menos después de considerarse a todos seres sintientes en el Código Penal) puede dar derechos a unos sí y a otros no, siendo incluso de la misma especie” solo para evitar a los cazadores tener que implicarse como los demás en el cuidado de esos perros y colocarlos “por encima de la ley”.

“Quienes nos ocupamos de los animales a los que afecta esta ley somos colectivos que no solemos salir a las calles, más que nada por la carga de trabajo que tenemos encima siempre. No tenemos tiempo para nada más que para cubrir nuestros trabajos y cuidar en nuestro tiempo libre de muchos trabajos que significa la protección animal, incluso burocráticos. Pero tenemos claro que queremos la ley, que somos muchos y que representamos una fuerza que bien puede afectar a la economía de este país, que votamos, y nunca votaremos a quienes se olvidan de los colectivos y animales vulnerables”, concluyen, alertando además de lo que ocurriría si todas esas protectoras dejaran de hacer ese trabajo y lo dejaran en manos de las Administraciones, a las que “realmente siempre ha correspondido” hacerse cargo de los animales abandonados o incautados, curarlos, atenderlos y buscarles una nueva oportunidad.

Hace unos días el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de Ley de Protección, Derechos y Bienestar de los Animales, que debe afrontar ahora el trámite parlamentario en el que puede ser modificada en innumerables sentidos. El texto, impulsado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, ya ha encontrado su primer gran obstáculo en el socio mayoritario dentro del Gobierno, el PSOE, que ha anunciado una enmienda para dejar fuera del ámbito de aplicación de esa Ley a los perros usados para cazar, justo los que más necesitan esa protección.

El PSOE ha cedido a las presiones de los cazadores, esos que dicen amar a los animales a los que tirotean, esos que dicen cuidar a sus perros aunque las imágenes de galgos y podencos hacinados en zulos, encadenados en cuchitriles, ahorcados, arrojados vivos a zanjas y barrancos, o simplemente abandonados en campos y cunetas, sean el pan cotidiano de quienes seguimos gritando que la caza es violencia en todas sus formas.