El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.
La Unesco debe declarar a los grandes simios 'Patrimonio Vivo de la Humanidad'
Muchos científicos ya consideran personas no humanas a aquellos seres que, según el concepto de persona, han superado con creces la definición establecida oficialmente por nuestros filósofos
Los grandes simios (bonobos, orangutanes, chimpancés y gorilas) se encuentran en inminente peligro de extinción. Sus poblaciones están siendo diezmadas por numerosas causas. Entre otras, y la más principal, por la deforestación masiva de las selvas tropicales donde ellos habitan. Esta destrucción, sin precedentes en la historia de nuestro planeta, está haciendo además que aumente de forma alarmante el cambio climático y la emisión de CO2, al desaparecer las grandes reservas de este gas que son retenidos por los bosques tropicales.
Además de esta gran pérdida de ecosistemas, fundamentales para la vida de la Tierra, los grandes simios están incluidos dentro de la familia de los homínidos y comparten con los seres humanos, además de un mismo ancestro común, numerosas capacidades cognitivas iguales a las nuestras.
Muchos científicos ya consideran personas no humanas a aquellos seres que, según el concepto de persona, han superado con creces la definición establecida oficialmente por nuestros filósofos. Hace años, Joseph Fletcher (1905-1991), uno de los fundadores de la moderna bioética, ofreció un exhaustivo y bien conocido conjunto de quince atributos para definir la personalidad humana: inteligencia mínima, autoconciencia, autocontrol, sentido del tiempo, sentido del futuro, sentido del pasado, capacidad para relacionarse con otros, preocupación y cuidado por los otros, comunicación, control de la existencia, curiosidad, cambio y capacidad para el cambio, equilibrio de razón y sentimientos, idiosincrasia y actividad del neocórtex. Hoy sabemos que todos los grandes simios, y no sólo los seres humanos, poseemos estos quince atributos de la personalidad (aunque en diferente grado).
En el terreno judicial, existe una reciente sentencia histórica en Argentina, donde una jueza reconoce que una orangután llamada Sandra, y que se encuentra cautiva en el zoológico de Buenos Aires, tiene derechos propios y, por consiguiente, el calificativo de “persona no humana”. No debemos olvidar que el término chimpancé o humano es biológico y nunca podrá cambiarse, pero el término “persona” es filosófico y, como tal, si cumple con las definiciones oficiales, puede perfectamente ostentar ese calificativo otra especie diferente a la nuestra. Aunque los grandes simios y nosotros no somos tan diferentes, ya que sólo nos separa entre un 1 y un 3% de la totalidad de los genes.
Continuamente, numerosos informes científicos nos hablan sobre la conducta de nuestros hermanos evolutivos y cómo los humanos tenemos numerosos patrones de comportamiento iguales a los suyos, por no hablar de la utilización de herramientas para diversas actividades (comer termitas, usar palos para medir la profundidad de un río por seguridad, crear esponjas para beber agua, fabricar lanzas entre varios chimpancés para utilizarlas en la caza de monos pequeños, vivir en cuevas para escapar de los agobios del calor y de los mosquitos...).
Ya muchos científicos consideran que el chimpancé y el bonobo, los más cercanos a los humanos -con tan solo un 1% de diferencia genética-, han entrado a vivir en su periodo de la Edad de Piedra. Verlos en el Parque Nacional de Tai sentados en el suelo, cascando nueces con un yunque y un martillo de piedra, es ver a nuestros antepasados en la misma circunstancia, retroceder millones de años y vernos a nosotros mismos, cómo éramos, con qué intensidad se vivía y se luchaba para sobrevivir y evolucionar.
Por todo ello, la organización Proyecto Gran Simio ha lanzado a nivel internacional una campaña de recogida de firmas y apoyos de personas relevantes de las diferentes ramas de la ciencia, para pedir a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) que declare a los grandes simios como Patrimonio Vivo de la Humanidad.
Reconocemos que el término “vivo” no está contemplado dentro de la Unesco, pero no hay mayor monumento y más hermoso que la propia naturaleza y sus habitantes, por lo que consideramos que este Organismo Internacional debe incluir el citado concepto por petición de las sociedades humanas. Una ciudad, un monumento, un lugar pueden ser Patrimonio de la Humanidad; con más motivo unos seres tan especiales, que han compartido con nosotros un mismo camino evolutivo y se encuentran incluidos dentro del propio linaje de los homínidos.
Esta novedosa iniciativa, recientemente lanzada, cuenta ya en España con el apoyo de numerosos académicos, científicos, escritores, asociaciones, periodistas y profesionales de distintas ramas de la ciencia y del mundo laboral. Se ha abierto un blog donde se irán introduciendo noticias y el seguimiento de esta campaña a favor de los grandes simios, así como todas aquellas novedades que se produzcan en torno a esta petición internacional.
Considerar Patrimonio Vivo de la Humanidad no significa ser dueño, tener a nuestro servicio o que estén para nuestras necesidades. Significa protegerlos precisamente de la posesión humana y que sean Patrimonio de la Tierra, de la Vida, del Universo que nos ha tocado vivir. Es por ello que tenemos una gran responsabilidad para con todos los seres vivos y ecosistemas que existen en nuestro planeta y, por supuesto para, nuestros hermanos evolutivos, una obligación para que ellos continúen con su camino y para evitar que sean cautivos o maltratados. Significa que les sean concedidos sus derechos fundamentales y lanzar un llamamiento a las Naciones Unidas para que se promulgue una Declaración de los Derechos de los grandes simios
Entre los beneficios que podrían afectar a los grandes simios en caso de ser declarados Patrimonio Vivo de la Humanidad, se destaca los siguientes:
Protección de las poblaciones de grandes simios que aún están en libertad.
Protección de su hábitat y, por consiguiente, de las selvas tropicales donde habitan, poniendo fin a la explotación de los recursos naturales y la deforestación.
Protección de las poblaciones locales e indígenas que habitan en zonas donde campean también los grandes simios.
Apoyo a las poblaciones indígenas y locales para la conservación y protección de los grandes simios.
Mejores condiciones y más dignas para todos aquellos grandes simios que se encuentran en cautividad.
Apoyo indispensable para formular leyes de protección y leyes de los grandes simios, sin que puedan quedar archivadas por los políticos.
Incentivar la construcción de santuarios donde puedan ser llevados los cautivos y puedan vivir en paz sin que ningún ser humano influya en sus vidas hasta el fin de su existencia.
Fin de la experimentación con grandes simios en todas las naciones del mundo y prohibición total de espectáculos circenses o circos donde son utilizados en contra de su voluntad para divertimiento de los humanos.
Fin de los traslados continuados a los que son sometidos los grandes simios en todos los zoológicos, rayando incluso, en ocasiones, en explotación sexual de los mismos, al objeto de tener bebes que nacen entre rejas.
Fin de los Programas de Especies en Peligro de Extinción con los grandes simios en los zoológicos, ya que jamás se ha reintroducido a ninguno de ellos o solo se mueven por intereses no muy claros. Donde hay que actuar para evitar su extinción es en la protección de las poblaciones en libertad in situ.
Una herramienta indispensable para que las Naciones Unidas puedan formular una Declaración de los Derechos de los grandes simios.
Por todo ello, la declaración de los grandes simios como Patrimonio Vivo de la Humanidad supondría una herramienta de gran valor para conservar las poblaciones existentes en libertad y reconocer, de una vez por todas, que ellos y nosotros tenemos un mismo ancestro común, un mismo tronco, nacimos de un mismo ser y emprendimos caminos paralelos pero siempre juntos. La Unesco tiene obligación por el respeto a la vida y a la historia de la humanidad, por lo que debe protegerlos y otorgarles el apoyo que se merecen para su superviviencia.
Ya lo dijo Kofi Annan, el que fue Secretario General de la ONU: “Los grandes simios son parientes nuestros. Como nosotros, se transmiten el conocimiento, tienen vida social y fabrican herramientas y medicinas. Se comunican con la gente y se reconocen. Sin embargo, no los hemos tratado con el respeto que se merecen”.
Richard Leakey, antropólogo mundialmente conocido, ha declarado que “beberíamos extender a nuestros hermanos los chimpancés, gorilas, orangutanes y bonobos, derechos básicos para cerrar la brecha que nunca debería haber existido”.
Algunos genetistas de renombre, como Richard Goodman, el padre de la genética -que ya nos ha dejado-, declaró en 2003 que estas especies de grandes simios (chimpancé y bonobo) deberían estar encuadradas dentro del propio género homo.
José María Bermúdez de Castro, Premio Príncipe de Asturias y codirector de Atapuerca, cuyos yacimientos se encuentran entre los más importantes del mundo y han sido declarados Patrimonio de la Humanidad y Lugar de Valor Excepcional Universal por la Unesco, asegura: “La información que nos ofrecen los homínidos, nuestros parientes vivos más próximos en términos filogenéticos, es inestimable. Ellos son una referencia y un modelo imprescindible en todos los estudios que se realizan sobre el ser humano. Solamente por este hecho, deberíamos proteger su hábitat natural y respetar su vida. Las diferencias genéticas que nos separan con los homínidos actuales son muy pequeñas. Compartimos con ellos una historia evolutiva común de varios millones de años. ¿Por qué hacer desaparecer sin escrúpulos las pocas especies de nuestra propia familia evolutiva? Se debe de reconocer a los grandes simios como miembros de nuestra propia genealogía”.
Desde hace años, dentro del Proyecto Gran Simio venimos denunciando la destrucción de millones de hectáreas en numerosos países tropicales a causa de plantaciones masivas de palma de aceite, cuyo destino es el llamado biocombustible pero que tiene una repercusión directa contra los pueblos indígenas, los campesinos, los grandes simios y otros seres vivos. Indonesia está ardiendo a causa de miles de incendios declarados, quemándose los últimos santuarios salvajes de los orangutanes y poniendo en peligro la seguridad de nuestro planeta. Los pueblos indígenas son expulsados de sus tierras y las multinacionales continúan arrasando la vida y las selvas con el silencio y la complicidad de la comunidad internacional.
Esto es un indicador más de que en diez años las poblaciones de grandes simios habrán sido diezmadas o habrán desaparecido, como hicimos en su día con otros homínidos semejantes y lo estamos haciendo en la actualidad con miles de especies y con cientos de pueblos indígenas, en una extinción sin precedentes en la historia de la Tierra.
Es por ello que se hace indispensable buscar un catálogo especial de protección para nuestros hermanos evolutivos, y qué menos que recurrir a la Unesco, cuna de la cultura y de la paz. Ellos se lo merecen y nuestra es la responsabilidad para que evolutivamente sigan su camino en la senda de la vida.
. Entre los personajes que están apoyando por el momento esta Declaración dirigida a la Unesco se encuentran:
ESCRITORES: Joaquín Araujo, Alberto Vázquez-Figueroa, Rosa Montero, Elvira Lindo, Carmen Méndez, Ruth Toledano, Cristina Martín.
PERIODISTAS: Rosa Quintana, Montserray Ubach y Antonio Marcos.
CIENTÍFICOS: Mary Biruté Galdikas, primatóloga, Santuario de Orangutanes (Indonesia); Jose María Bermúdez de Castro, coodirector Yacimientos de Atapuerca y Premio Príncipe de Asturias; Xavier Pastor, biólogo y conservacionista; Peter Singer, escritor y filósofo; Begoña Vidal Carrascosa, primatóloga.
POLÍTICOS: Silvia Barquero Nogales, presidenta del Partido Animalista (PACMA); Chesús Yuste Cabello, escritor, ex diputado por Chunta Aragonista (CHA) y coordinador de la APDDA; Josep Maldonado i Gili, ex parlamentario por CiU; Hugo Alfonso Morán Fernández, ex diputado del PSOE por Asturias; ; Francisco Garrido, ex diputado; Juan López de Uralde, diputado por Podemos (EQUO); Carolina Punset, portavoz y diputada de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana; Ester Capella i Farre, senadora de ERC; Jordi Guillot Marivet, senador ICV Cataluña; Isabel Salazar Bello, médica, diputada y socia fundadora del PSOE.
ACADÉMICOS: Gustavo A. Llorente, Rector de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona; Francisco Antonio Tamarit, Rector de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina); Jorge Riechmann, Profesor Titular de Filosofía Moral, coordinador del Grupo de Investigación Transdisciplinar sobre Transiciones Socioecológicas (GinTRANS2), Universidad Autónoma de Madrid; Alicia Puleo, catedrática de Filosofía Moral y Política de la Universidad de Valladolid; Francisco Garrido Peña, Profesor titular de la Universidad de Jaén, ex diputado; Joaquín Valdivieso, profesor titular de la Universidad de Baleares; Marta Tafalla, Profesora de Filosofía de la Universidad Autónoma de Barcelona; Mercedes Hernández Domínguez, maestra de Primaria, Pedagoga y Delegada del PGS en Canarias; Sonia Colantonio, Doctora en Ciencias Naturales y Antropóloga de la Universidad Nacional de Cordoba (Argentina); Tania Rodríguez González, bióloga; María Luisa Martínez Fernández, geógrafa; Roberto Ascani, ingeniero aeroespacial y Profesor de Ingeniería Aérea; Jose López Fuster, bióloga, coordinadora de doctorados de la Facultad de Biología de Barcelona; José Luis Molinuevo, neurólogo.
ASOCIACIONES: Fundación Félix Rodríguez de la Fuente; Asociación para la Defensa de los Derechos de los Animales (ADDA); Fundación Española para el Bienestar Animal (FEBA); Fundación phi; Federació d´Entitata Pro Drets del Animals i la Natura (FEDAN); Ecologistas en Acción España; Greenpeace España; Santuario del GAP en Sau Paulo, Brasil; Fundación Medio Ambiental de Valencia; Fundación Darwin; Bonobo Conservation Initiative, Estados Unidos; Bonobo Hope, Estados Unidos; Amigos de la Tierra España; Educación Contra el Maltrato Animal, Argentina; Asociación de Productores y Editores de Obras y Grabaciones para Adulto.
El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.