En contexto de campaña electoral, con prisas, tramitaciones de urgencia y con un empeño cuestionable de tratar de forma conjunta dos marcos legales diferentes -la Ley de Protección de los Derechos y Bienestar de los Animales y la reforma del Código Penal-, se llegó el pasado jueves 9 de febrero a las votaciones en pleno del Congreso. Un proceso de meses que ha estado contaminado por la confusión creada, los bulos y las medias verdades.
Se dice que, cuando uno afirma que hace sol y otro sostiene que está lloviendo, la labor del periodismo no es reflejar lo que dice cada uno, sino abrir la ventana, mirar hacia afuera y contar qué tiempo hace. Abramos pues hoy una ventana para escuchar a profesionales, algunos expertos en derecho animal, sobre lo ocurrido la pasada semana tras las votaciones del pleno del Congreso. ¿Hace un sol radiante y tenemos algo que celebrar, como afirman el Gobierno y los cazadores? ¿O nos ha caído un jarro de agua fría con consecuencias nefastas para los animales, como sostienen aquellos que aplican día a día las leyes en los tribunales?
Eduardo Olmedo es fiscal de Medio Ambiente de Valencia y ha llevado decenas de casos de maltrato animal, entre ellos la reciente e histórica condena a los responsables de una tienda de animales: “Creo que las personas que celebran la aprobación de la Ley de Bienestar Animal y la reforma del Código Penal sencillamente no tienen experiencia en la aplicación de los delitos de maltrato animal en España”, explica. “No saben lo que están aprobando, es un calco de lo acontecido con otras leyes, con una deficiente técnica legislativa y una nula voluntad de acabar con este problema”.
Una ley perrogatista que excluye a los perros más maltratados
Llueve sobre las cabezas de todos los animales, no ya omitidos -como los considerados de producción, los silvestres, los toros, los cetáceos, los gallos usados para pelear, las palomas torturadas en el tiro al pichón, etc.-, sino explícitamente excluidos de una ley administrativa que nació perrogatista y que para colmo deja a los perros más vulnerables desamparados. Y no solo eso, también abre coladeros para una gestión nada respetuosa de los gatos que viven en la calle.
Para Olmedo, la exclusión de algunos perros es lo más lesivo de lo aprobado por el Congreso. “El ámbito de protección de esta ley es básicamente muy positivo. Sin embargo, el excluir a los perros más expuestos a maltrato hace que la bondad intrínseca de la ley de bienestar animal quede en agua de borrajas. Yo te diría que para hacer esta ley, más valdría no haber hecho ninguna”, explica el fiscal.
“Hay una cuestión que se está infravalorando por parte de los grupos políticos y es la cuestión del precedente”, señala María G. Lacabex, abogada experta en Derecho Animal y miembro del equipo legislativo de INTERcids, con el que ha participado en la tramitación de ambas normas. “Es algo inédito que la primera ley estatal de protección animal, que se supone que iba a servir para armonizar, avale la exclusión de una parte de los animales que se consideran jurídicamente de compañía. Creo que los grupos políticos y parte de la sociedad no han llegado a comprender realmente el peligro que supone sentar un precedente jurídico así”.
La abogada Cristina Bécares, asimismo especializada en Derecho Animal y miembro de INTERcids, también considera inadmisible la eliminación de la protección a estos animales, que tendrá consecuencias incalculables para ellos: “No solo son los perros de caza, es que también son los perros utilizados para otras actividades profesionales, funciones de seguridad, funciones de terapia; todos estos quedan fuera del paraguas de la Ley de Bienestar Animal”.
“Llevamos años tratando de que exista en España una ley que los proteja, como ocurre en otros países, y la sorpresa es, no solo que no va a haberla, sino que la que se ha aprobado los excluye”, denuncia Rosa Chamorro, presidenta de Héroes de 4 Patas, ONG que busca hogar a los perros de servicio policial que, por jubilación u otros motivos, ya no pueden seguir realizando esa labor. “Para nosotros es un retroceso que esperamos tenga una pronta solución. Los consideramos compañeros y debemos velar por su bienestar. Su trabajo hoy en día es imprescindible: para muestra, lo necesarios que han sido para localizar personas con vida en el terremoto de Turquía”, añade.
En lo que se refiere a los supuestos avances de esta ley, podríamos mencionar el sacrificio cero o el listado positivo, que regulará qué especies son adecuadas para tener como animales de compañía. Sin embargo, se trata de dos medidas de calado y de nada sencilla aplicación, sobre las que habrá que estar muy atentas para que se asignen los recursos adecuados y no se queden vacías.
Para la abogada María G. Lacabex es difícil hablar de avances en este contexto. “Las valoraciones sobre aspectos positivos o negativos se pueden hacer si estamos hablando sobre logros conseguidos y otros que se han quedado en el tintero. Las reformas se hacen para avanzar; si no es para avanzar, ¿para qué vamos a reformar? Los retrocesos invalidan el sentido de las leyes. No puedo comparar un aspecto positivo de la ley con un retroceso, porque los retrocesos después son muy difíciles de revertir”.
Código Penal: abuso sexual, multas y mayor sensación de impunidad
También llueve sobre los animales cuyo maltrato, tras esta nueva reforma del Código Penal, quedará impune o se castigará con multas ridículas. Jarro de agua fría sobre aquellos cuyo abuso sexual no podrá ni será nunca denunciado por no poder probarse lesiones, y sobre aquellos que, incluso después de un proceso, e incluso con condena, tendrán que volver con su maltratador.
“La pena de multa como alternativa en el Código Penal es una cosa que no me acabo de explicar”, señala el fiscal Olmedo. “Va en contra de todos los precedentes de la legislación española, supone un paso atrás de años y años de lucha contra este tipo de delitos. Por experiencia en otros tipos de delitos con penas alternativas, la multa va a ser la pena que se imponga sistemáticamente”.
María G. Lacabex añade que este rechazo a la multa como pena alternativa a la prisión es muy generalizado entre los operadores jurídicos. “No es una opinión aislada, el propio Consejo Fiscal, en su informe sobre esta reforma, aludió al riesgo de que estas penas pierdan su efecto disuasorio”.
Respecto a la grave cuestión del abuso sexual, despenalizado ahora en la práctica por la obligación de demostrar lesiones, Lacabex recuerda que la tipificación de la explotación sexual de animales fue uno de los grandes logros en la anterior reforma del Código Penal en 2015. “Lo que ha ocurrido ahora no es solamente un retroceso en sí, sino un retroceso en algo que en su momento fue muy importante y muy positivamente valorado. En el actual trámite, INTERcids y CoPPA presentaron una propuesta de enmienda que varios grupos parlamentarios recogieron literalmente, solo requería un ajuste en la terminología para evitar problemas de interpretación. No entendemos cómo con esta reforma se ha decidido despenalizar estas conductas”.
“Si ahora mismo ya tenemos sensación de impunidad, con esta reforma vamos a tenerla más aún”, alerta Cristina Bécares. “Al final queda todo en una cuestión meramente económica, y en el orden penal la cuantía de la multa se impone en función de la capacidad económica que tenga la persona. Yo he llegado a ver situaciones en que se impone una multa de 3 euros diarios”.
¿Qué pasa entonces con las reformas que nos están vendiendo como avances en el Código Penal? “En la práctica no los hay, son la eliminación de determinados términos que no tenían problemas prácticos, y la introducción de la peligrosa pena de multa, que va a suponer un retroceso absoluto en la lucha contra el maltrato animal en España”, añade el fiscal Olmedo.
Y ahora, ¿qué?
En los próximos días, ambas normas llegarán al Senado, donde podrán ser vetadas, enmendadas o definitivamente aprobadas. ¿Hay opciones de que la Cámara Alta, con mayorías más conservadoras que el Congreso, mejore en algo el redactado de ambas, como vienen pidiendo desde los inicios de la tramitación las y los operadores jurídicos? ¿O debemos estar atentas de que no nos cuelen alguna enmienda que empeore la situación?
Eduardo Olmedo no es optimista en este sentido: “Siempre queda la esperanza de que haya algún senador valiente que se oponga a la dinámica de su propio partido, pero opciones realistas entiendo que no las hay”.
¿Y qué debemos hacer las y los activistas? Rosa Chamorro nos pide que sigamos presionando para conseguir que, al menos, la ley administrativa cuente finalmente con todos los perros. “Esto no ha terminado y hay que seguir trabajando por ellos”.
Toca no bajar la guardia, ser responsables, creativas y mantener a los animales en el centro del debate. Lo que no podemos permitir es que esta lluvia que cala hasta los huesos divida aún más a un movimiento animalista tan cansado y decepcionado que no resulta ninguna amenaza real para aquellos que maltratan impunemente a los animales y que, estos días, están de celebración.