A los cachorros Kiko y Kira trataron de matarlos arrojándolos a un río en Cádiz con días de vida, pero fueron rescatados. Unos meses más tarde, los asesinaron (sí, uso la palabra asesinar de forma consciente) ahogándolos en un embalse en Teruel. ¿Con cuántos monstruos pueden encontrarse unos seres tan inocentes en una vida tan corta?
El destino de estos hermanos parece sacado del delirio de un guionista de películas de terror. Una de esas en las que el círculo se cierra y no hay salvación posible, por mucho que héroes y, en este caso, heroínas se esfuercen por tratar de cambiar el rumbo de la historia.
Cádiz: rescate en el río Iro y primera denuncia a la Guardia Civil
Era el 27 de febrero de 2019. David y su pareja de entonces estaban dando una vuelta por la orilla del río, a las afueras de Chiclana. David es aficionado a los coches de radiocontrol y quería practicar un poco. Eran las cuatro de la tarde. Un todoterreno Toyota Land Cruiser que circulaba por la zona llamó la atención de la pareja, ya que iba “haciendo cosas muy raras”. De pronto, algo que parecía una caja salió volando por la ventanilla del vehículo y cayó al río. “Ni siquiera se paró, los tiró en marcha”.
David salió de su coche y comenzó a inspeccionar el río. “El todoterreno se había parado, mi novia estaba intranquila y me decía que tenía miedo. Yo ya tenía la sospecha de que allí había algún ser vivo en peligro, aunque al principio no veía nada”, relata. “Y de pronto lo vi, allí estaba un cachorro flotando. No lo dudé, me quité los zapatos y me metí en el río, en ese punto el cauce no es profundo. Enseguida encontré también al otro perro y más allá la caja de vino en donde los habían lanzado al agua”.
David y su pareja comenzaron a tratar de reanimar a los cachorros, llegando incluso a hacerles el boca a boca. Les salvaron la vida. Después, salieron corriendo hacia el cuartel de la Guardia Civil de Chiclana para interponer la correspondiente denuncia. Prestaron declaración informando de todos los detalles, entre ellos la matrícula del coche y la descripción del individuo. Desconocemos si, a día de hoy, este delito sigue impune.
Kiko y Kira salen adelante
Los cachorros tenían aún los ojitos cerrados. La protectora 'Uno Más' se hizo cargo de ellos. “Tres meses y tres días cuidé de los perritos. Les ponía una mantita eléctrica, les daba el biberón y me quedaba acariciándoles hasta que se dormían”, recuerda su madre de acogida.
'Uno Más' es una asociación formada por cuatro gaditanas y dos madrileñas que luchan codo con codo por los animales de Cádiz. Pasados unos meses, comenzaron a buscar una buena familia para los hermanitos. “Teníamos claro que queríamos una adopción conjunta, porque ambos estaban muy apegados. Sobre todo Kiko estaba muy unido a Kira”, me cuenta Maribel, vicepresidenta de la protectora, y se le quiebra la voz por primera vez durante nuestra conversación. No será la última.
La adopción
En el mes de mayo apareció una de esas adoptantes que parecen perfectas. La mujer, que vivía sola en Elche, pasó con buena nota todo el proceso. “Su cuestionario era impecable. Al ser una adopción conjunta, intervenimos varias compañeras. Recuerdo que hicimos algunas videollamadas y ella nos enseñó la casa a todas”, explica Maribel.
Desde la protectora hicieron mucho hincapié en la enorme responsabilidad que es adoptar dos cachorros, que necesitarían acompañamiento y una correcta socialización. “Estuvimos también en contacto directo con su veterinario y ella nos enviaba fotos y vídeos de los cachorros corriendo por la casa”.
Maribel todavía no se explica lo que pasó después, “el contrato de adopción especifica que, ante cualquier problema, deben ponerse en contacto con la protectora. Por nuestra parte, siempre le transmitimos que estábamos aquí para lo que hiciera falta. Eran nuestros pequeños”.
La adoptante es denunciada por maltrato animal
Las últimas fotos que recibió la protectora gaditana llegaron a principios de noviembre del 2019. Kiko y Kira tenían 9 meses. “Dejó de enviarnos fotos, pero es lo que suele ocurrir y la verdad es que no te imaginas nada malo. Solo mucho más tarde descubrimos que se había mudado de Elche a Teruel y no nos había avisado”.
En el mes de diciembre, los cachorros viven en Teruel en un patio a la intemperie, rodeados de heces y famélicos. Su adoptante es denunciada por maltrato animal y se avisa al Seprona. En ese momento, la protectora de Cádiz desconoce todo lo que está pasando, y nadie se lo cuenta. “El Seprona, como ve que estaba todo en regla, con sus vacunas y esterilizados, no retira a los animales ni nos avisa, a pesar de que los perros seguían a nombre de nuestra asociación”, recuerda Maribel.
Muerte en el pantano
“Atados por el cuello y por las patas, con piedras para que se hundieran, así aparecen Kiko y Kira ahogados en el embalse del Arquillo de San Blas el 25 de mayo de 2020. Tenían un año y tres meses”, explica María Jesús Rojo, abogada que lleva junto a la protectora la acusación particular en el caso. Unos jóvenes que estaban pasando el día en la zona ven los cuerpos, que se encontraban a poca profundidad, y llaman a las autoridades.
Bomberos, policía científica y policía judicial retiran los cadáveres, pero no se realiza ninguna necropsia.
No será hasta principios de agosto del 2020 que las responsables de la protectora 'Uno Más' son informadas del crimen. “Nos avisan de que habían aparecido dos animales nuestros en Teruel”, nos cuenta Maribel. “Mis compañeras me decían, Kiko y Kira, pero yo creía que eso era imposible. Podría esperarme que me los devolvieran, ¿pero esto?, jamás”.
Justicia para Kiko y Kira
Recientemente se ha decretado la apertura del juicio oral por el ahogamiento de los perros, aunque todavía no hay fecha para el mismo. Se ha sabido que la adoptante, acusada de dos delitos de maltrato animal con resultado de muerte, había intentado regalar a los dos animales en el conocido portal de compraventa por internet MILANUNCIOS.
Aunque la acusación particular no ha querido incluir indemnización por daños morales en su escrito, ya que para ellas esto no es un asunto monetario, el Ministerio Fiscal sí la ha solicitado. “Por ese motivo, el juez que instruye el caso ha pedido a la acusada una fianza de 8.000€ para hacer frente a las responsabilidades pecuniarias”, indica la abogada Rojo.
“Como acusación particular solicitamos la pena máxima de cárcel de 18 meses y 4 años de inhabilitación para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de los mismos, por cada uno de los delitos cometidos”, añade la letrada, que considera que la celebración de este juicio “es una buena noticia, que debe servir para que la sociedad se conciencie de que el maltrato animal es un delito tipificado por el Código Penal y castigado con penas de prisión”.
Las integrantes de 'Uno Más', David y todas las personas que han seguido el caso en las redes sociales confían en que se haga justicia y en que la muerte de Kiko y Kira no sea en vano. “Aunque nadie nos los va a devolver. Su sufrimiento es algo que nos ha marcado y que no habrá manera de sanar. ¿Por qué los torturó tanto?”, se pregunta Maribel. “No me entra en la cabeza, si nosotras estábamos ahí para ayudarla”.