El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.
Querido noviembre: luchemos por el fin del especismo
Los meses de septiembre y octubre fueron teñidos de verde por las activistas por el clima de Fridays for Future -el movimiento internacional inspirado por Greta Thunberg- y de Extinction Rebellion -una ola global de desobediencia civil para denunciar la inacción de los poderosos frente al desastre medioambiental-, que tomaron las calles de las principales ciudades del mundo con sus reivindicaciones
Noviembre es, desde hace varios años, el mes antiespecista, convocando marchas en Madrid como la del próximo sábado día 2, cuyo principal objetivo es defender la liberación animal frente a la injusta discriminación especista, recordando al tiempo que no se puede combatir la crisis climática sin rechazar las prácticas y las consecuencias de la explotación animal
Noviembre es un mes raro para marcarse objetivos, pero también un nuevo símbolo de lucha. Bajo el lema 'Respeto y libertad para los animales. Luchemos hasta el fin del especismo', el próximo sábado 2 de noviembre tendrá lugar en Madrid la segunda manifestación Noviembre Antiespecista promovida por el colectivo del mismo nombre, formado por diversos grupos de acción madrileños como la Asociación Las Carolas (ACAF) o Ecofeministas Antiespecistas Madrid (EFAM). La marcha, que saldrá de Plaza de España a las 17:00 horas y recorrerá las calles del centro de la capital hasta culminar en Atocha con la lectura del comunicado 2N Antiespecista, espera convertirse por segundo año consecutivo en punto de encuentro entre defensoras y defensores de la liberación animal procedentes de todo el Estado.
¿La idea de fondo? Según las organizadoras, “hacerse grandes en número y gritos para que, noviembre tras noviembre, el mensaje se expanda y llegue cada vez a más gente”. En 2018, Noviembre Antiespecista tomó el relevo de la Asamblea Antiespecista de Madrid al frente de la organización. Esta se retiró tras coordinar las manifestaciones de 2016 y 2017, aunque el origen de la convocatoria se remonta a 2015 y a la agrupación anarquista vegana Straight Edge Madrid. Ese año 2015 se llevó a cabo una primera marcha, a la que acudieron entre cien y doscientas personas, según datos facilitados por el colectivo. Si continúa la tendencia creciente del año pasado, se espera que este 2N la asistencia se cuente por miles.
La cita llega justo después de un septiembre y un octubre teñidos de verde, donde activistas por el clima de Fridays for Future, el movimiento internacional inspirado por Greta Thunberg, y Extinction Rebellion, una ola global de desobediencia civil para denunciar la inacción de los poderosos frente al desastre medioambiental, han tomado las calles de las principales ciudades del mundo con sus reivindicaciones. El color del futuro ha cambiado la esperanza por la revolución.
Y ahí el veganismo tiene mucho que decir. Porque no se puede combatir la crisis climática sin rechazar la ganadería industrial y el exterminio de recursos naturales que suponen sus prácticas (entre otros, deforestación y erosión del suelo, contaminación del agua y sequías, emisiones masivas de gases de efecto invernadero); la pesca (el 48% de los plásticos depositados en el mar proceden de restos de redes); o la producción de miel (sin abejas no hay polinización, sin polinización no hay plantas y, sin plantas, no hay animales).
Por qué un pulpo y por qué antiespecismo
El pulpo de Noviembre Antiespecista saluda al sistema recordándole los valores del antiespecismo. Sus tentáculos no solo hablan de respeto y libertad para todos los animales de una manera simbólica sino que, como el activismo al que representan, también pelean a diario para abolir toda forma de explotación.
Para entender el antiespecismo, primero hay que entender que el veganismo, su expresión más cotidiana, no es una dieta, ni tampoco un estilo de vida. Las personas veganas rechazan el supuesto antropocéntrico de que el ser humano haya de considerarse superior a otras especies por razones biológicas, culturales o históricas, al igual que los hombres no son superiores a las mujeres, la raza blanca no es superior a la raza negra o el capital no es superior a la clase obrera. Se trata de no utilizar las diferencias para justificar, legitimar y perpetuar la discriminación. Hablar de antiespecismo equivale a hablar de principios. De ética. De los valores que la preceden y del posicionamiento político que la sigue.
Así lo explican desde Noviembre Antiespecista: “No queremos reformas, no queremos jaulas más grandes, no queremos promesas superfluas que solo sirven para regenerar la imagen de la industria y de los gobiernos y, de ese modo, seguir adoctrinando a la ciudadanía. No queremos que al trato injusto que se da a los animales no humanos se le sigan aplicando excusas: queremos que se le ponga fin. Las otras especies no están en el mundo para servirnos. Están en el mundo por y para sí mismas”.
“En 2019, nos hemos movilizado contra el macromatadero de Binéfar, que ya está en funcionamiento y en el que se asesinarán 32.000 cerdos al día. Este año, hay alarma por el clima y la gente se echa las manos a la cabeza e intenta salvar el planeta cerrando el grifo mientras se lava los dientes o sustituyendo las bolsas de plástico por las de papel en los supermercados. Pero muy pocas personas entienden que la ganadería industrial es la principal causa de la crisis climática, por encima del transporte o de otros sectores altamente contaminantes”, añaden.
“Luchemos por que nuestro entorno haga la conexión, por que comprenda que todas somos de la Tierra, que nosotras le pertenecemos a ella y no ella a nosotras, y que los animales no humanos tienen el mismo derecho y deseo de vivir que los animales humanos. Primero, por ellos. Y, después, por nosotras y por nuestra casa. Seamos conscientes, seamos el cambio, seamos las que luchen y las que conviertan el planeta en un planeta vegano. Seamos la revolución”.
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El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.