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ZOOXXI, movilización sin precedentes para reconvertir desde Barcelona los zoos del mundo

El movimiento animalista encabeza la primera Iniciativa Ciudadana de Barcelona. Por primera vez en la historia, la capital catalana abre sus puertas a la democracia participativa de la mano, nada más y nada menos, que de una lucha por los derechos de los animales. La Plataforma ZOOXXI empieza a recoger firmas para impulsar el proceso de reconversión de los zoos del mundo, comenzando por el de Barcelona. Una movilización sin precedentes para un cambio sin precedentes.

¿Qué es una Iniciativa Ciudadana?

La democracia participativa tiene por objetivo que la ciudadanía no limite su papel dentro del sistema democrático al ejercicio del sufragio (democracia representativa) para que se empodere y adopte un rol protagonista y activo dentro de la política. En la Iniciativa Ciudadana, una Comisión Promotora, formada por personas de la sociedad civil, redactan un texto de modificación de la normativa actual o solicitando la aplicación de unas políticas públicas para que se abra un proceso de debate en el Ayuntamiento. Para conseguirlo, la Comisión debe recabar una cierta cantidad de firmas de la ciudadanía, que demuestren el soporte que tiene la tramitación de la norma. En resumen, es el equivalente municipal a una Iniciativa Legislativa Popular, recurso con el que en Cataluña se puso fin a las corridas de toros en 2010.

¿Por qué no se puede cerrar el zoo?

Si los zoos nunca hubiesen existido y mañana llegase alguien diciendo: “¡Acabo de tener una gran idea de negocio! ¿Por qué no cazamos animales de diferentes partes del mundo, los encerramos y los exhibimos para que todo el mundo pueda ver en carne y hueso a los individuos más extraños del planeta?” ¿Sabéis cuál hubiese sido la respuesta de la sociedad actual? El rechazo. Pero no partimos de cero, el zoo no es un lienzo en blanco sobre el que podamos pintar todo lo que desearíamos. La ONG Libera! estuvo durante más de 8 años haciendo protestas en la puerta del zoo de Barcelona pidiendo su cierre. Más de 300 protestas. Tras años de investigaciones paralelas llegaron a la conclusión de que los zoos no se podían cerrar. De la autocrítica nació el proyecto ZOOXXI.

Los zoos existen y cerrarlos no es una opción, como muestra el informe realizado por ZOOXXI en el que se estudia el cierre de 97 zoológicos de todo el mundo por diferentes causas, la mayoría de ellas económicas. La conclusión extraída es que el cierre del zoo sería enormemente perjudicial para los más de 2.000 animales que viven en ellos a día de hoy, animales que no pueden devolverse a la naturaleza sin más porque morirían. Estos animales acabarían, en el mejor de los casos, en otros zoos, algo que también les afecta negativamente al cambiar la rutina a la que se han acostumbrado. Otros animales irían a parar a peleterías, cotos de caza o restaurantes de comidas exóticas. Solo una gran minoría de las especies podría ser trasladada a santuarios, probablemente por la falta de oferta.

Pensemos en el caso de los delfines. Tras la noticia de que el zoo de Barcelona cerrará su delfinario, aún se desconoce el destino de estos individuos, no hay una opción a corto plazo. Si no podemos encontrar un santuario para un animal tan carismático como es el delfín, ¿dónde pretendemos enviar al resto de las 300 especies que viven en el zoo? El cierre de estos centros no aliviará el problema de los animales que actualmente se encuentran en cautiverio, solo trasladaría el problema a otra parte. Hay que pasar a otra opción, un centro que pase de utilizar a los animales a convertirse en un centro de provecho para ellos.

ZOOXXI mantiene la semilla libertaria con la se que pedía el cierre, pero eso supondría perder la oportunidad de aprovechar unas instalaciones y unos profesionales capacitados para dar cobijo a todos aquellos animales que no sean perros y gatos, y que necesiten ser rescatados y recuperados. El cierre supondría perder la oportunidad de reconvertir los zoos de todo el mundo.

Los zoos son un error histórico

No, los zoos no pueden cerrarse, los zoos tienen una larga trayectoria y acarrean una larga historia de vergüena. Los zoos nacieron como propaganda imperialista y colonialista: al cazar, traer y exhibir animales exóticos, demostraban haber conquistado territorios lejanos. Y no se limitaron únicamente a traer animales no humanos, también se exhibieron humanos de diferentes etnias y orígenes (mayoritariamente africanos), debido a su supuesta “inferioridad” y “excentricidad” racial. La última exposición de humanos se llevó a cabo en el año 1958, durante la Exposición Universal de Bélgica (podéis encontrar más información sobre esta insólita y denigrante realidad en este informe temático de ZOOXXI). Los zoos son un error histórico y los zoos actuales son herederos de este afán de conquistar la naturaleza y exhibir el dominio.

Como el resto de zoos modernos, el zoo de Barcelona ha evolucionado a lo largo de su historia, desde la colección de animales exóticos y autóctonos que un banquero catalán tenía en su finca, hasta el día de hoy (puedes ver la historia completa aquí).

¿Qué prácticas actuales se han quedado estancadas en el siglo XIX? ¿Cuáles podemos seguir manteniendo en el siglo XXI?

¿Qué prácticas actuales se han quedado estancadas en el siglo XIX? ¿Cuáles podemos seguir manteniendo en el siglo XXI?

La conservación de especies. Extrayendo datos de la propia página web del zoo de Barcelona, comprobamos que la mayoría de los individuos que viven allí no tienen interés alguno para la conservación puesto que no están en peligro real en la naturaleza. Teniendo esto en cuenta, podemos concluir que la inmensa mayoría de los animales del zoo que están en programas de cría en cautividad no disponen de un programa de reintroducción efectivo. De todos modos, el peligro de muchos animales en la naturaleza no reside en las dificultades para reproducirse, sino en la desaparición de su hábitat natural debido a la presión humana. ¿Qué sentido tiene entonces la cría en cautividad si no se hacen verdaderos esfuerzos para la conservación de los hábitats? Los programas de conservación in situ son infinitas veces más efectivos que los programas ex situ. De los pocos programas de reintroducción exitosos que realiza actualmente el zoo, la mayoría son de especies autóctonas.

La reproducción de los animales y el culling. ¿Para qué se reproducen animales entonces? Para que los zoos se conserven a sí mismos, para tener qué exhibir en un futuro. Una reproducción sistemática de animales salvajes que no están en peligro de extinción y que jamás serán reintroducidos no responde a una estrategia ecológica sino económica. Una visión totalmente mercantilista del animal, de tal manera que, cuando la reproducción “se les va de las manos” y no saben qué hacer con el animal, lo matan. ¿Permitir que los animales se reproduzcan para matar a aquellos que luego les resulten un “inconveniente”? Esta práctica se conoce como culling y se encuentra recogida en el manual de buenas prácticas de las dos asociaciones internacionales EAZA y WAZA de las que el zoo de Barcelona forma parte.

  • La reproducción de los animales y el culling. culling

La investigación en cautividad. Actualmente los científicos del zoo de Barcelona estudian a los animales en cautividad. Como muestran los 4 dossieres temáticos elaborados por la Plataforma ZOOXXI, que comparan la vida en cautividad con la vida en libertad de cuatro especies (el oso pardo, el delfín mular, el elefante africano y el jaguar), el nivel de coincidencia entre ambas realidades es casi anecdótico. No coinciden ni las franjas climáticas, ni las dimensiones de sus territorios, ni sus comportamientos sociales, ni su alimentación, ni sus enfermedades, etc. La cautividad no es inocua y tiene graves efectos en la salud física y psíquica de los animales. Los estudios extraídos de estas investigaciones ex situ nunca podrán aplicarse a los animales en libertad. Acabaremos creyendo que la verdadera realidad de estos individuos es la cautividad, y que las jaulas son sus hábitats.

La cultura del bullicio. En el zoo de Barcelona se celebran bodas, conciertos y fiestas, hay un tren dando la vuelta al parque con una campanita sonando constantemente, obras que han llegado a estar activas las 24 horas del día... Más que un centro de conservación, estudio y educación parece un parque de atracciones donde cada pocos metros tenemos algún reclamo comercial, ya sea una foto con los animales, una vuelta en poni o una parada de comidas varias (resulta curioso que en un centro dedicado a la naturaleza no podamos encontrar un solo punto de comida ecológica, vegetariana o vegana). ¿Qué sentido tiene entonces pedir a los usuarios que no golpeen los cristales, que no griten o sean irrespetuosos con los que ahí habitan? ¿Cómo pedir respeto cuando el propio zoo promueve una cultura del bullicio? ¿Dónde quedan la conservación y la educación? El zoo está pensado para el disfrute del visitante y no para el bienestar del habitante, donde animales nocturnos deben cambiar su naturaleza y donde animales que desean esconderse y desaparecer de la vista humana lo tienen imposible.

La cultura del bullicio

La transparencia. El zoo de Barcelona es una entidad de servicio público, pero es totalmente opaca. Un ejemplo claro de ello fue la necesidad de intervención del Síndic de Greuges para que, después de dos años de que la ONG Libera! pidiese la lista de defunciones de animales y sus causas, hiciese público estos datos. Toda la información se debe conseguir mediante investigaciones porque el zoo no explica, no publica y no justifica nada de lo que hace sin una denuncia previa.

  • La transparencia

ZOOXXI, porque ha llegado el momento

La ciudadanía tiene algo que decir al respecto. Basta de políticas a 20 años vista que cambian cada 4 años. Barcelona merece una política de Estado sobre su zoo. Un zoo que deje el modelo del siglo XIX y se adapte a la sensibilidad y los conocimientos del siglo XXI. Un zoo hacia afuera, capaz de proteger los hábitats y ejercer presión para cambiar las políticas medioambientales.

Es prioritario dejar a un lado la visión mercantilista y colonialista del modelo de zoo actual, dejar de ser un mero espacio de exhibición para pasar a ser un espacio de conservación y protección de la fauna autóctona a largo plazo. Un zoo que trabaje la cultura de la paz, que eduque en la empatía hacia los animales (lo cual redunda tanto en la reducción del bullying y el acoso escolar como en el aumento de comportamientos cooperativos, mutualistas y pro-sociales). Un zoo ciudadano con una mayor presencia de universidades, ONG, asociaciones vecinales y educativas para conformar una Fundación capaz de tomar decisiones basadas en la ciencia, la ética y el bien común.

Años atrás decían que los animalistas eran los que sentían que luchaban contra los que sabían. Esto ya no es así: nos hemos nutrido hasta el punto de que la propia matriz de la Plataforma ZOOXXI es el propio comité científico. Sentimos y sabemos, queremos un cambio y nos estamos movilizando para ello.

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A las calles por los animales

Para que el proyecto salga adelante la Plataforma ZOOXXI necesita un mínimo de 14.000 firmas, cifra que espera triplicar gracias a la red que tejen desde hace años y a la experiencia de haber impulsado la Iniciativa Legislativa Popular que puso fin a las corridas de toros en Cataluña en el año 2010.

El movimiento social se pone en pie a través de la movilización pacífica y organizada. Cuenta con más de 400 personas inscritas para las funciones de fedatario/a, coordinador/a de célula o agente de movilización, y con más de 80 activistas vinculados a los grupos de trabajo. La cifra irá aumentando a medida que avancen los 120 días que tiene para conseguirlo.

Fedatarios/as

Las/os fedatarias/os son las personas que “darán fe” durante la Iniciativa Ciudadana. Son personas fundamentales para el éxito de la Iniciativa ya que serán quienes recojan las firmas de aquellas otras que quieran dar soporte al proyecto. Las personas a las que el Ayuntamiento autoriza para este trabajo. Deben ser mayores de 18 años, tener la ciudadanía o la residencia europea y estar empadronados/as en un municipio catalán.

ZOOXXI ha organizado a este grupo de activistas adaptándose a su disponibilidad. Así, pueden escoger entre recoger firmas únicamente entre su círculo más cercano o bien recoger muchas más, sumándose a las movilizaciones coordinadas por la Plataforma al incorporarse a una de las células, cada una coordinada por una persona. Parte de la Comisión Promotora, dando de alta a los primeros fedatarios/as durante la última asamblea antes de la recogida de firmas

Coordinadores/as de células

Para coordinar el trabajo de los y las activistas y evitar que salgan solas a las calles, ZOOXXI organizará a los y las fedatarias a través de células compuestas por grupos de 5 a 15 personas, que estarán integradas tanto por zonas de afinidad (personas de un mismo barrio para salir a recoger firmas por su zona) como por personas que ya se conocían previamente y se sientan afines para crear una célula de trabajo.

Las coordinadoras y coordinadores de célula deberán informar a las y los fedatarios sobre nuevos argumentos, recomendar publicaciones, avisar de los eventos donde se pueden recoger un número importante de firmas y a los que sería útil asistir como célula, etc. Será la persona encargada de programar las salidas y el nexo de unión entre la coordinación general de la Plataforma ZOOXXI y las personas que pertenecen a su célula.

Agentes de movilización

Estas personas serán las encargadas de organizar a las y los coordinadores de células, formar a gente en la campaña, informar a sus coordinadoras/es y asistir sus dudas. El objetivo es crear seguridad y conocimiento a las personas coordinadoras de células.

Puntos fijos

ZOOXXI cuenta con unos 30 puntos fijos, espacios donde las personas pueden ir a firmar la Iniciativa, espacios que se sienten parte de la Plataforma. Las personas encargadas de estos puntos ofrecerán a la ciudadanía la posibilidad de firmar para sumarse a la movilización que transforme el zoo de Barcelona.

Por primera vez se está teniendo un debate político sobre el modelo de zoo que queremos, apartando los debates a puerta cerrada y poco transparentes. Hacemos un llamamiento a la participación ciudadana, porque la ciudadanía tiene algo que decir. ¿De qué manera podemos crear una nueva ciudad sin tener en cuenta su sensibilidad? Eso incluye a los animales. Desde diferentes ideologías nos unimos en un movimiento común. Barcelona será el primer paso de un largo camino que acabará transformando todos los zoos del mundo. Un cambio tan radical que el reto es mucho mayor que cerrar un zoo. Si lo conseguimos, será un cambio sin precedentes, pues será el primer zoo del mundo en aplicar un modelo del siglo XXI, aunque probablemente no será el último.

El movimiento animalista encabeza la primera Iniciativa Ciudadana de Barcelona. Por primera vez en la historia, la capital catalana abre sus puertas a la democracia participativa de la mano, nada más y nada menos, que de una lucha por los derechos de los animales. La Plataforma ZOOXXI empieza a recoger firmas para impulsar el proceso de reconversión de los zoos del mundo, comenzando por el de Barcelona. Una movilización sin precedentes para un cambio sin precedentes.

¿Qué es una Iniciativa Ciudadana?