Arnés Jay III de Edelrid

La sencillez de su construcción, a la par que una configuración muy ergonómica de las partes críticas, ofrece comodidad para sus variados usos en diferentes escenarios. Nosotros le hemos dado un uso casi diario estas últimas semanas, y ha sido principalmente en vías clásicas de montaña largas en la zona de Picos de Europa, así como otras escalada en Riglos y de autoprotección en el Pirineo francés.

Lo hemos usado tan sólo en deportiva, y ha sido suficiente para comprobar sí era tan cómodo en las caídas como aparentaba colgado en las reuniones.

También lo usamos en una ocasión en una ferrata próxima, durante la que pasamos largos ratos colgados, cual chorizo secando al sol, y nos permitió comprobar su comodidad en terreno menos comprometido, pero quizás, más aéreo que las vías fáciles de escalada. Esta última prueba, al menos para mí en lo que respecta a la comodidad del Edelrid Jay III, es la que confirma ese factor, ya que tanto la cintura como las perneras están muy conseguidas, y para un arnés que entra en unos pesos bajos para tratarse de un arnés clásico totalmente regulable, es un aspecto a tener muy en cuenta.

Así que tras estar probándolo durante estas últimas semanas, y haberlo puesto a prueba en todas las situaciones y escenarios antes descritos (vías de pared, deportiva, ferratas, etc.), creemos que el uso preferente al que le podemos sacar más partido es en vías de largos de grado medio de autoprotección, alpinismo y vías ferratas.

Apuntar aquí que tiene dos soportes para mosquetones porta-tornillos y que, pese a no haber tenido la oportunidad de usarlo escalando en hielo dadas las fechas y latitud del test, creemos que en este modelo Edelrid lo ha clavado para este tipo de actividad ya que ha colocado las trabillas entre los anillos portamateriales, y no dentro, lo que sumado a que es muy ajustado y no oscilan nada los mosquetones lo hacen muy completo.

Muy cómodo y ligero dentro de su categoría

Una de las primeras cosas que notamos al caer en nuestras manos es que es un arnés completo muy ligero. Hay que tener claro que los hay más ligeros siendo totalmente regulable, pero de los probados hasta ahora, sin duda, el Jay III está en el pódium de los más cómodos, y si miramos también precio, se lleva la palma.

Un aspecto a tener en cuenta a la hora de haber conseguido que se ajuste a la perfección es su cinturón “flotante”, independiente del resto de la cintura, con lo cual, a la hora de posicionar el anillo ventral en el centro de nuestro cuerpo no dependerá de esos centímetros que hay de margen entre dos personas de la misma talla y diferente anchura, sino que, directamente quedará la misma distancia en un lado y otro del aro sin molestar la hebilla.

Con un peso desde 400 gramos en talla M, y comparándolo con otros modelos de la competencia más selecta, no podemos dejar de insistir en lo muy bien aprovechado que está para conseguir lo que pedimos los escaladores que pasamos horas colgados por las paredes a un arnés: comodidad.

Práctico y estético

El cinturón lumbar, que es especialmente ancho comparado con los modelos similares, es más que suficiente para que nos abrace la cintura sin que lo notemos. Ni por exceso, ni por defecto.

En el Edelrid Jay III las perneras también son anchas... muy anchas. Y preformadas. Son regulables, y eso nos da un margen de uso a los montañeros típicos de fuertes cuádriceps que necesitamos de más talla para ir cómodos. O cuando se usa ropa invernal, que también pasa...

Detalles y acabados

Este modelo dispone de cuatro portamateriales, simétricos, y de un material rígido, orientado hacia el exterior del cuerpo. Podría parecer una tontería, pero cargando los portas con material de autoprotección y cintas para ir a la guerra, siempre está en posición de ser usado el material, evitando esa mala sensación de que los portas se esconden debajo del arnés.

Dispone además de dos cintas para mosquetones portatornillos, muy ajustadas, en el que no se moverá ni un milímetro el mismo por muchos que pongas.

Un portamaterial minúsculo, perfecto para magnesera, complementa los portas.

La hebilla de cierre “Easyglider” de 28mm, una única para la cintura, es de metal, recia y fácil de usar. Como ya hemos dicho, el cinturón lumbar es “flotante”, y no sólo no molesta a la hora de regularlo, si no que ajusta a la perfección.

Las perneras se pueden soltar en su parte trasera gracias a un minúsculo tridente, facilitando esas tareas poco dignas que nos sorprenden en las reuniones menos indicadas para ello.

El único “pero” que le hemos sacado es su reducido tamaño en los puntos de encordamiento para pasar cuerdas gruesas. Algo que no es limitante, ni mucho menos, pero si queremos poner un cabo de anclaje o similar, con doble cuerda es algo molesto.

Respecto al encordamiento, una de las características que diferencian a Edelrid, en general, y al arnés Jay III, en particular, es su certificación para poder escalar de primero tanto atándonos con un nudo de 8 a los puntos clásicos de anclaje, como al propio anillo ventral. Algo que choca a muchos escaladores, incluso a grandes expertos, pero es algo que no por ser inusual no es seguro.

Si algo queda por definir es la durabilidad a largo plazo del arnés Jay III, ya que el tiempo que lo hemos estado probando no ha sido muy extenso, pero a buen seguro, en la marca Edelrid ya lo habrán hecho para garantizarnos esa durabilidad.

Trazabilidad mediante Chip RFID

Una de los aspectos más críticos en la historia de los materiales de escalada es el control y seguimiento de los mismos.

Este arnés dispone de un alojamiento para portar un Chip RFID, el cual, una vez insertado, nos permite de forma digital controlar su seguimiento, y tanto si somos de una empresa o colectivo en el que se nos exija el control de los EPI,s como particulares meticulosos, este detalle nos ayudará a ello de una forma cómoda y segura.

En definitiva, un arnés muy completo, ligero en su categoría, y extremadamente cómodo, con todos los requisitos que le podemos exigir para todo tipo de estilos de escalada y en todo tipo de terreno.