Las cantimploras siempre han sido un fiel compañero de todo montañero que se precie. Sin embargo, echando la vista atrás, vemos que han cambiado… y mucho. En esta ocasión hemos tenido la oportunidad de comprobar de primera mano la evolución de las antiguas cantimploras en distintos formatos que vienen de la mano de Hydrapak. Son artículos muy ligeros y altamente compresibles cuando están vacíos, lo que se agradece a la hora de meter cosas en la mochila.
Para comenzar tenemos el modelo Stash 750. El Stash 750 es una botella plegable que almacena hasta 750 ml de líquido. Puede reducir su tamaño de forma minimalista al tener solamente como parte rígida la base y la zona superior de la botella, plegándose como un acordeón.
El conjunto de la botella nos ha encantado, ya que es muy ligero y fácil de transportar, tanto en la mochila como en el arnés o incluso un bolsillo ya que tiene una cincha que se mosquetonea fácilmente. Como añadido decir que sería importante que el tapón pudiera estar unido de alguna forma al conjunto para evitar su pérdida.
Otra de las botellas probadas es la SF 500, un producto muy similar al Stash. Con una capacidad de 500 ml es muy manejable lo que nos permite guardarlo con facilidad en cualquier bolsillo de la chaqueta o mochila, o incluso colgarlo de un mosquetón en el arnés por ejemplo. Este modelo cuenta con un dosificador como las bolsas de hidratación y llave de cierre para evitar pérdidas no deseadas.
Por último, la Softflask, de 150 ml, es la pequeña de la gama. Lleva también dosificador como las bolsas de hidratación, y aunque su tamaño es escaso para el agua, es ideal para geles y bebidas energéticas. Nos hubiese gustado incluso más si contara con un tapón para evitar pérdidas.
En definitiva, la nueva generación de botellas que presenta Hydrapak nos parece un producto muy divertido y de calidad, además de ligero, útil y cómodo de llevar a cualquier sitio independientemente de la actividad que hagamos.
Precios:
SF150 10,99 euros.
SF500 17,99 euros.
Stash750 19,99 euros.