La realidad es que cuando eres uno de los pocos privilegiados en el mundo que tiene en sus manos una mochila que aún no ha salido al mercado, a la par que la exprimes a tope, también te exprimes el cerebro para ver lo que todavía no se ha podido comprobar.
De la misma forma, la responsabilidad es máxima, ya que los fabricantes y representantes depositan su confianza en tu propio criterio, basado en la experiencia y espíritu crítico que has de tener para no caer en el conformismo.
Recibida hace unos meses, antes del fin del Curso de Montaña, se nos antojaba un producto perfecto para irnos de expedición al Karakorum. Y sí, ha habido tiempo de someterla a todo tipo de “perrerías”. Usada intensamente y arrastrada por roca caliza hiperabrasiva mientras escalábamos con ella, como compañera en largas jornadas de aproximación durante la expedición, pero también en marchas tranquilas en familia o simples porteos fijando cuerda por los glaciares pakistaníes.
Desde luego, lo que no debemos buscar es un precio de ganga tipo marca generalista, ya que nada tiene que ver con ese tipo de competencia. Damos fe de que tras estos meses de uso intenso y casi diario, no tiene ni un miserable rasguño. Nada en absoluto. Lo único que hemos hecho es lavarla cuando ha hecho falta al llevarla por terreno y zonas donde ha sufrido (terreno desértico, Sierra Nevada…) ya que al ser de color blanco se nota mucho la suciedad. Y la estética, lo diga quién lo diga, es algo que nos gusta cuidar en general.
Volumen aprovechable y capacidad real
Cuando adquirimos una mochila, en multitud de ocasiones, nos fijamos más en los detalles técnicos y la estética que en el uso para el que está pensado el macuto, es decir, acarrear equipo y material a la espalda lo más cómodamente posible. Una de las características que muchas veces olvidamos es precisamente la de poder cargar con facilidad el equipo y material previsto, acceder a ella fácilmente, y aprovechar la capacidad que nos venden las marcas. En este modelo, ese factor está realmente conseguido, y gracias a su forma no se pierde ni un cm3 del volumen.
En el cuerpo de la mochila, un solo bolsillo externo, con una potente y minúscula cremallera nos permite guardar alguna cosa que queramos llevar a mano. También tiene otro interno, en el que guardar material sensible o que no queramos que se caiga al manejar la mochila en marcha.
No contentos con proporcionarnos esos dos bolsillos, en las hombreras hay un bolsillo por cada una. Barritas, geles, teléfono, walkie-talkie... lo que queramos llevar a mano.
Cómoda, ultrarresistente y extremadamente ligera
480 gramos para 20 litros de volumen. El detalle a tener en cuenta es el tejido exterior, una mezcla de Cordura 210D reforzado con Spectra Ripstop/Hidroshield Dura. No exageramos. A todos nos vienen a la cabeza las mochilas baratas de una marca muy conocida, pero a un mismo uso, ésta se podría decir que es indestructible. Damos fe.
Las hombreras, la primera vez que se ven, dan miedo. Literalmente. Son transparentes, dan la impresión de que se van a romper al cogerlas y, para colmo, serán incómodas. Exactamente lo contrario. Muy, pero muy resistentes, y muy, pero que muy cómodas. No me pidáis que os explique el por qué. Yo solo lo uso y digo lo que pruebo y siento. El resto, el trabajo de creación, es cosa de los ingenieros de RAB.
Al hablar de los márgenes de peso acarreado recomendados por el fabricante, debo decir que en este modelo no aparecen. Pero, probada con más de 10 kilogramos en material de escalada, tanto cuerdas como material duro, resultó muy cómoda desde el primer momento.
A la espaldera le pasa lo mismo que a las hombreras. No tiene refuerzos ni regulación, pero si colocamos bien las cosas dentro de la mochila, como se ha de hacer por norma, puedes andar o escalar horas con ellas sin enterarte.
Detalles y complementos
Uno de los detalles que nos ha sorprendido más es que no dispone de bolsillo para bolsa de hidratación, algo tan de moda. No obstante, en nuestro caso, para actividades alpinas, no lo hemos echado de menos para nada.
El cinturón pectoral es de una ligereza sorprendente y tiene dos tensores que permiten usarlos de forma simple o combinada, fijando la mochila al pecho de manera muy precisa.
El cinturón ventral, que se puede retirar fácilmente, es cómodo pese a su apariencia. Y la hebilla, lo cierto es que no sé como definirla. Simplemente ¡mágica! Se pone rápido, y se quita sencillamente tirando de un hilo. Cosas del siglo XXI.
La mochila se cierra mediante un tirador con tanka muy logrado, y una cinta tensora que sirve de sujeta-cuerda también.
En la parte frontal, una Daisy-chain nos permite desde portear material a colocar la esterilla con una cordino o elástico. Dichos aros terminan en los portapiolets, de acabado tradicional. No será fácil romperlos, al contrario de los de tipo elástico y pasador tan de moda.
Dos portamateriales en la parte baja de la mochila nos permitirán llevar nuestro material mientras estamos escalando. Detalles de calidad.
En definitiva, la RAB Latok 20 nos parece una mochila cómoda, muy ligera, extremadamente resistente y muy versátil, con un rango de uso hasta 10kilogramos de carga. Es ideal para salidas de una jornada en cualquier tipo de actividad al aire libre, especialmente si es alpinismo y escalada.