Cuando entramos en la Cascada de Seracs del Glaciar del Honbroc, por su ramal de la izquierda, sabíamos que nos costaría encontrar el camino, pero comienzan a aparecer puntos sobre las íes. Nadie dijo que fuese fácil.
Ayer, se consiguió fijar más de 200 metros por el laberinto por terreno relativamente amable, y eso, tras los días de inactividad en el Campo Base debido a la horrorosa meteorología, ha dado algo de alas al grupo.
Hoy se ha vuelto a subir por esas cuerdas revisando y reforzando los puntos de anclaje tras la tórrida jornada de ayer, dada la poca amistad entre el sol y calor y el hielo.
Tras superar el último punto alcanzado, la realidad se pone de manifiesto en el glaciar. Seracs como edificios, grietas abisales, búsqueda del itinerario a derecha e izquierda, puntos de seguro, equilibrio. Juega a nuestro favor, que pese a la temible pinta del terreno, es sorprendentemente estable, permitiendo movernos con bastante seguridad.
Hoy particularmente se comienza a vislumbrar la cohesión del equipo, con 9 alpinistas trabajando en plena sintonía, unos en unas labores, otros en otras. De esta forma, mientras 2 cordadas continuaban con el tajo de exploración y fijando cuerdas, 5 miembros superaban los más de 800 metros de desnivel desde el Campo Base hasta la línea de meta alcanzada, porteando material para continuar la labor y montar un Campo I en cuanto el terreno lo permita.
En este torneo, habrá que ir jugando partido a partido, paso a paso, metro a metro, intentando ganar metros a este Laberinto de Minos en el que estamos buscando nuestra salida, para poder llegar a lo más alto posible con la mayor seguridad posible.