El Equipo Femenino de Alpinismo se prepara para su expedición a la Patagonia chilena

FEDME

El Equipo Femenino de Alpinismo (EFA) partirá de expedición a la Patagonia chilena del 20 de octubre al 15 de diciembre. Tiene el objetivo deportivo fijado en la ascensión al Cerro San Lorenzo, de 3.706 metros de altura, situado en Chile pero cerca de la frontera argentina. Se trata de una montaña muy alpina, de las más altas de la Patagonia, en su base hay tres grandes glaciares y su ubicación es totalmente privilegiada, al sureste del Campo de Hielo Norte con fácil acceso a la base y con una vista extraordinaria desde la cumbre principal, dominando el Fitz Roy, el San Valentín, la árida pampa argentina y la rica Patagonia chilena repleta de ríos, glaciares y montañas.

La primera ascensión a esta montaña se realizó en 1943 y este itinerario servirá para que el grupo se aclimate durante los primeros días de actividad y para que se sitúe en la montaña, conociendo el descenso más asequible y seguro camino hacia el campo base; intentarán la cumbre principal por la vía original.

Posteriormente, dentro de los objetivos está presente la ascensión a alguna de las cumbres vírgenes de la poco conocida pero extraordinaria Cordillera del Avellano, situada en la provincia de Coyhaique, XI Región de Aysén en Chile. Son montañas alejadas, muy abruptas con grandes paredes graníticas y glaciares en su base: tienen todos los ingredientes para realizar un alpinismo de vanguardia, un alpinismo de descubrimiento que tan difícil es en nuestro continente.

Las chicas del EFA han contactado con distintos alpinistas chilenos y argentinos que las han podido informar y asesorar sobre varias posibilidades y actividades en la zona. El valle del Avellano, conocido por algunos como la Cordillera Cristal, no aparece en los mapas, sólo se muestra como S. V. E. (sin visión estereoscópica), o sea que solo figura como una gran mancha blanca y, por esta razón, desconocemos el nombre de las agujas que hay en el valle y la altitud de las mismas, aunque que rondarán todas ellas entre los 2.200 a 2.500 metros de altura.

El grupo realizará el tipo de alpinismo que ha aprendido, un alpinismo respetuoso con el medio ambiente, ético con el deporte, sin cuerdas fijas ni ayuda exterior, ligero, rápido, en el que importa más el cómo se hizo que no lo que se hizo. Un alpinismo que sabe medir las dificultades del objetivo a la vez que calibra bien las capacidades del grupo, la prudencia y el sentido de solidaridad entre sus miembros.