Hasta el C2 (6.039 metros) situado en la misma base de la pared, ascendieron por una rampa de hielo y nieve de unos 700 metros y desnivel sostenido de entre 60º y 80º que no ofrecía repisa ni descanso alguno. Completaron este primer tramo de escalada siguiendo la misma ruta que abrieran Stephan Siegrist y sus compañeros alemanes en el año 2004. Lo equiparon al completo con cuerdas fijas para así facilitar la subida del material hasta el C2. Fue, precisamente, el 6 de septiembre cuando los seis miembros de la expedición establecieron una hamaca a 6.039 metros. Pasaron tres noches aquí, y el cuarto día lograron llegar hasta el rapel que une el Pilar Noroeste que han escalado con la ruta normal, 520 metros en total.
“Ha sido una escalada muy lenta, a ratos en hielo, pero en artificial casi en su totalidad. Aunque la roca era de muy buena calidad, hemos encontrado las fisuras llenas de hielo y hemos tenido que hacer uso del piolet para limpiarlos; sobre todo salía hielo, pero también nieve cuando la pared se tumbaba. Todo ello, unido al hecho de trabajar en temperaturas por debajo de –10ºC, siempre en la sombra y por encima de los 6.000m ha complicado y ralentizado mucho nuestro avance. De todas formas, también han salido algunos largos preciosos. Son reseñables, entre otros, el fantástico techo de 30 metros del cuarto largo, con un ‘patio’ increíble; también el offwidth del séptimo largo; o el techo negro del octavo largo que durante tantos días nos ha servido de referencia y que, una vez superado, supimos haber superado también las mayores dificultades, pasando además al lado soleado”.
El 11 de Septiembre arrancaron la jornada a falta de tres largos para terminar de escalar el Pilar y con el ataque a cumbre ya en mente para el día siguiente. Pero la noche se les vino encima cuando todavía no habían superado el offwidth y, por lo tanto, tampoco pudieron alcanzar la cota prevista para el C3. “Cometimos un segundo error, aunque en realidad fue mala suerte: al subir las mochilas con las poleas, uno de los agarres se soltó, y el bulto cayó al abismo. Con aquella mochila perdimos también el material personal de escalada de dos miembros, por lo que el ataque a cumbre del día siguiente quedó descartado”.
De modo que los seis compañeros regresaron al C1 (5.300 metros). Después de una jornada de descanso, ascendieron de nuevo, esta vez hasta el punto donde se unen el Pilar y la ruta normal. Pero el parte meteorológico auguraba tiempo revuelto para los próximos dos días, y los días de permiso se les agotaban, así que decidieron dar la vía por concluida en ese mismo lugar.
“No hemos hollado la cumbre, por lo que no podemos dar por cumplido nuestro objetivo. Pero nos hemos empleado a fondo y ‘Askatasun Taupadak’ es el resultado, y un reto para los repetidores”.