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Los hermanos Pou buscan la aventura de su vida: escalar en libre el Pilar Oeste del Baghirathi III (6.454 metros)

A escasos días de su salida hacia la India, Iker y Eneko explican en su web su próximo reto:

“Cuando a finales del mes de julio de 1999 abandoné junto a mis compañeros del Equipo Nacional de Jóvenes Alpinistas el campo base del Baghirathi III no tenía nada claro que volvería. El lugar me pareció increíble, rodeado de montañas que te quitan el hipo como el Shiviling, el Meru o el propio Baghirathi, pero no recuerdo haber vivido una buena experiencia. Básicamente las circunstancias no acompañaron -venía un mes antes de casi perder la vida en el Annapurna y no tuvimos mucha suerte en esta expedición-, y todo ello se acumuló en una cabeza excesivamente cansada para grandes empresas.

Pero han pasado quince años de aquella experiencia, y puede ser el momento para ahuyentar aquellos fantasmas, con un proyecto duro y bonito, como es intentar escalar por primera vez en libre el Pilar Oeste del Baghirathi III de 6.454metros, uno de los grandes retos inéditos en el Himalaya.

1.300 metros verticales nos separaran de su cumbre, de los cuales, 1.000 serán de roca y 300 de hielo y mixto.

Se ha intentado con anterioridad en libre pero hasta la fecha nadie lo ha conseguido. La razón es obvia: superar la dificultad de séptimo u octavo grado por encima de los 6.000 metros y en una ruta tan mantenida y larga no está al alcance de todo el mundo.

Quizás del nuestro tampoco, pero a día de hoy atesoramos la suficiente experiencia y madurez como para intentarlo.

Partiremos el 24 de abril y volveremos a casa el 5 de junio.

Volaremos de Bilbao a Delhi. Dos días de preparativos en la capital esperamos que sean suficientes para en dos jornadas más de autobús llegar al pueblo de Gangotri a pie del Gharwhal (Himalaya de la India). Desde aquí en tres o cuatro días de aproximación deberíamos arribar a nuestro campo base.

Tendremos un mes entero para intentar nuestro objetivo. Debería ser suficiente.

1.000 metros de desnivel separan nuestro campo base del inicio de la escalada, trayecto que usaremos para aclimatar.

Utilizaremos un estilo ligero para intentar la ascensión, ya que solo seremos dos personas en la pared, para poder trasportar todo el peso en una ruta que se puede alargar hasta quince días de esfuerzos con sus respectivas noches durmiendo suspendidos de nuestras hamacas.

Nos acompañará en esta empresa Jordi Canyigueral, nuestro cámara habitual en las últimas aventuras, que se encargará de filmar y fotografiar cada uno de nuestros pasos.

El 31 de mayo abandonaremos la montaña, para volver a casa el 5 de junio.

La apuesta es muy difícil y comprometida, pero puede suponer uno de los grandes retos de nuestra carrera.

Al igual que en muchas de nuestras experiencias anteriores, ésta tiene todos los componentes para convertirse en una gran aventura.“