Pico Chullo. El techo almeriense

Lo primero que hemos de decir es que la Sierra, como se le conoce en las provincias que comprende, Granada y Almería, es un macizo montañoso de casi 80 kilómetros de longitud y que abarca unos 2.000 km2 de superficie. Porque, aunque la inmensa mayoría de la gente piensa que está situada en la provincia de Granada, eso no es correcto. Una gran parte de Sierra Nevada discurre por la provincia de Almería, con picos cuya altura supera los 2.600 metros, y con posibilidades de practicar alpinismo invernal, esquí de montaña, y lo más inverosímil, esquí de fondo en el puerto que delimita ambas provincias, la Ragua, a 2.041 metros de altura.

El macizo montañoso, que pertenece a las Cordilleras Béticas, exactamente al Sistema Penibético, tiene la meritoria segunda posición de altura tras los Alpes en Europa Occidental, concediendo a Andalucía la posibilidad de escalar por la mañana temprano una gran “cara norte”, ascender un tresmil o dar un paseo por la zona almeriense, pudiendo estar tomando el vermú en mangas de camisa en la playa al poco de terminar.

La vertiente granadina es de sobra conocida por el público en general, pero la parte almeriense, bien por desconocimiento, bien por incredulidad, es una zona en la que el gran público ignora que hay al alcance de la mano desde rutas increíbles de bicicleta de montaña hasta corredores de nieve o foqueadas asequibles.

Quizás es una de las zonas más desconocidas y subestimadas de la Península Ibérica debido a su posición al sur de la misma, rodeada de paradisíacos lugares, con medias de 15°C en invierno, pero no por ello esta zona deja de ofrecernos interesantes actividades, como ya hemos dicho.

Respecto a su clima, es una zona expuesta a grandes variaciones térmicas, y sobreexpuesta a los vientos, vengan de donde vengan, lo que hace a veces poco menos que imposible el paso por determinados collados. Por poner un ejemplo, en la mañana de Año Nuevo puedes salir de la costa a las 7 de la mañana a 20°C, y llegar aparcando a -10°C en el Puerto de la Ragua a 2.000 metros... ¡No es broma!

Pero no todo son malas noticias, pues de la misma manera que el mal tiempo es temible, en periodos de anticiclón, las ascensiones, travesías y escaladas que realicemos nos depararán recuerdos para toda nuestra vida, con vistas impresionantes desde sus cumbres, y pudiendo incluso vislumbrar África desde las cimas más altas los días claros.

Su orografía nos deja unos suaves relieves en las laderas sur, muy aptas para los recorridos con esquís de travesía o raquetas, pero no así las norte, donde nos encontramos con vertiginosos escarpados de varios cientos de metros, especialmente la vertiente granadina, surcados de bonitos canutos de nieve y hielo, con múltiples tramos de mixto, que en invierno harán las delicias de los más intrépidos.

Desde luego, no podemos dejar de hablar de la zona donde está situada la Sierra Nevada almeriense, la Alpujarra, un lugar increíble con pueblos encalados que se distinguen en la distancia en las inclinadas pendientes. 

Con una historia muy particular y “revoltosa”, hasta en el origen del nombre, esta curiosa región tiene varias versiones. Indudablemente, el topónimo Alpujarra proviene del árabe, pero una dice que proviene del término  al Busherat (al-Busherat) que podría traducirse como “la tierra de hierba” o “la tierra de pastos”, y la otra, cuenta que proviene de abuxarra, o lo que es lo mismo en árabe, “la rencillosa, la pendenciera, la indomable”.

La Alpujarra, tierra siempre habitada desde que hay registros, fue colonizada por distintos pueblos prerromanos, por la propia Roma, los Visigodos, y como no, como el resto de la Península Ibérica excepto un terruño al norte de la misma, los árabes.

La conquista musulmana marcó para siempre su idiosincrasia, y un simple vistazo desde el llano o desde la vertiente contraria en sus valles nos traslada, sin duda alguna, a zonas del Atlas marroquí, con sus pueblos encalados en terrazas y antiguos sistemas de regadío abandonados casi en su totalidad.

Pese a caer Granada y su Reino en 1492, a los moriscos se les permitió seguir con su vida y costumbres en tan dura tierra, hecho que acabó con la Rebelión de los Moriscos en 1568, cuando se determinó su destierro para evitar males mayores. 

Tras ella se repobló con gentes del norte de la Península, que pese a contar con la ayuda de cierta población local para intentar mantener los sistemas de regadío y terrazas, el fracaso fue total acabando importando técnicas de otros lares. Prueba de colonos al lado contrario del mapa son topónimos tales como Capileira, Pampaneira o Lanteira. A algún gallego le sonará...

Lo que está claro es que es una tierra en la que merece invertir una visita a sus poblaciones, cortijos, probar su gastronomía, ver la cerámica que se hace, alfombras y jarapas, restos culturales de hace siglos, aparte de dejarnos embrujar por sus montañas, ya que las excursiones no son muy largas, y si vamos en verano, el día es muy largo y no es recomendable estar andando a pleno sol en las horas centrales... No debemos olvidar donde estamos.

Y dicho esto, la propuesta que haremos será una sencilla cima, la del techo de Almería, el Chullo, de 2.611 metros, que nos permitirá subir andando sin más si no hay nieve, o si la hubiese con crampones o esquís de montaña.

Pero, ¿y por qué esta cima? Pues porque aparte de ser un sitio especial como techo de una provincia, es un lugar en el que podremos ir dando un paseo con tranquilidad, solos o acompañados. Incluso podremos ir con niños de corta edad, al ser casi todo senda o terreno casi llano, con muy poco desnivel, y pudiendo volver al vehículo en caso de necesidad en poco tiempo.

Guía práctica Pico Chullo (2.611 metros)

Distancia: 8 km. 

Desnivel: +600m/-600m.

Tiempo: de 3h a 3h30´.

Punto de partida y llegada: Puerto de la Ragua (2.041 metros).

El pico Chullo tiene dos posibilidades de acceso, ya se venga del norte o del sur. Desde el norte, viniendo por la A-92, a la altura de La Calahorra (no dejar de admirar su castillo), hay que desviarse para seguir por una carretera estrecha de montaña que nos llevará hasta el puerto. Desde el sur, si se llega desde la vertiente mediterránea hay que ir hasta la población de Laroles normalmente, ya que es la que mejor carretera de acceso tiene, y de ahí, por una sinuosa carretera de montaña, pero bastante ancha, seguir hasta el puerto.

En el mismo puerto hay una estación de esquí de fondo que, dependiendo de temporadas, abre o no. El refugio no suele estar abierto, así que hay que llamar antes. Es una pena porque con una buena gestión podría ser una base de operaciones muy buena para realizar montañismo con niños o grupos de senderismo y BTT. 

El Puerto de la Ragua está dedicado a la práctica del esquí de fondo y de otras actividades deportivas compatibles con el entorno. Sus actividades conviven en armonía con el paraje natural que la envuelve.

Situado en la parte menos conocida del Parque Nacional de Sierra Nevada, el Puerto de La Ragua se presenta como paso natural entre las provincias de Granada y Almería. 

Desde la Estación Recreativa del Puerto de La Ragua, situada a 2.000 metros de altura y escoltada por los picos Chullo (2.611 m.), al este, y el Morrón Sanjuanero (2.602 m.), al oeste, puede contemplarse La Alpujarra, las playas almerienses, el Cabo de Gata, las sierras de Baza, Cazorla, Segura y las Villas y El Marquesado. La estación de La Ragua ofrece una completa gama de servicios e instalaciones entre los que destacan:

• Albergue-refugio. Con capacidad para 32 personas. Dispone de los siguientes servicios: aseos, duchas, calefacción, salón, servicio de bar-restaurante y en la planta sótano existe un servicio de alquiler de material de esquí de fondo (botas, bastones, esquís) y trineos.

• Pistas de esquí de fondo. Forman en su totalidad un dominio esquiable de 15 kilómetros.

• Circuito de Bayárcal. Con 5,5 kilómetros de recorrido circular.

• Circuito de Ferreira. Con 7,5 kilómetros de recorrido circular y diversas variantes de enlace.

• Pista de Laroles. Con 2 kilómetros de recorrido lineal.

• Pista cara norte del Chullo. 9 kilómetros, cuando la nieve lo permite.

• Pista al Hornillo. 5 kilómetros, cuando la nieve lo permite.

• Circuito de acondicionamiento físico. Situado a lo largo de la pista de Bayárcal, consta de 21 puntos para la realización de ejercicios de mantenimiento.

• Circuitos permanentes de orientación. Siete circuitos de diferente longitud y dificultad.

• Red de Senderos. Entre los que destaca un tramo del GR-7, la subida al Chullo, la subida al Hornillo, el Mirador de la Alpujarra, el Mirador de Aldeire y el de la Laguna Seca.

• Recorridos y circuito. De habilidad para bicicletas de montaña.

Al ser un itinerario circular, solo explicaremos la ida, ya que la vuelta es sencillamente deshacer la subida.

Tanto para hacer la excursión a pie como con esquís de montaña es el mismo recorrido. La única diferencia será hacer las diagonales que nos obligue el terreno o técnica, o tener en cuenta la dureza de la nieve para tener que usar crampones o no.

El terreno es sumamente tumbado, y el peligro de aludes es prácticamente nulo, recordando que el riesgo 0 no existe en el momento que hay nieve en el suelo.

La progresión con nieve o hielo, al igual que con esquís, puede obligarnos a usar crampones, mientras que el piolet, pese a que se debe llevar, puede que nos resulte inútil para la progresión, siendo más útiles un par de bastones. Insistimos que las pendientes son mínimas, excepto en la parte inicial, que por otra parte, suele estar pelada de nieve o tener escalones grandes en el cortafuegos.

ITINERARIO

La ruta comienza remontando el  cortafuegos  que queda justo detrás del refugio (este), y tiene un sendero muy pino y muy marcado.

Una vez sobrepasemos ese primer repecho, la cosa cambia para bien en el sentido del esfuerzo, ya que tumba totalmente. Buscar la clara senda que va hacia el este siempre. Nos desviaremos antes de sobrepasar el espolón que baja del mismo Chullo, a nuestra derecha, siguiendo hasta la cima sin pérdida posible. Un poco antes de la cima hay un viejo refugio que podría servir en caso de necesidad.

¡Atención si hay niebla o está metida la nube! Lo más grave que puede pasar es que acabásemos mucho más abajo y en otro valle, pero siempre hay una pista forestal o carretera para volver al inicio. No subestimar de todas formas nunca la montaña, por asequible que sea ésta.

MATERIAL NECESARIO

Con presencia de nieve/hielo: piolet y crampones siempre. Se puede ir también con raquetas o esquís de montaña. 

En verano hay que llevar mucha agua y protección solar para todo el cuerpo, especialmente la cabeza.

Siempre: plano, brújula, altímetro, o elementos de navegación que nos ayuden a orientarnos (GPS, smartphone, etc.).

MEJOR ÉPOCA

Todo el año. Para esquí de montaña, de finales de diciembre a principios de marzo. En años de buena innivación, estad atentos a las nevadas vía internet (Facebook, Instagram, etc.), ya que las condiciones pueden llegar de repente y desaparecer en cuestión de días.