La importancia del segundo de cordada

Por Evaristo Vaz “Varis”

13 de julio de 2017 10:15 h

La importancia de la comunicación

La información es el pilar básico previo a cualquier actividad. Ésta tiene que tener lugar antes de la actividad, y se debe dar entre todos los miembros de una cordada, más aún si éstos nunca han escalado juntos antes. De esta manera no solo aprenderán, si no que serán objetivos y previsores con los futuros acontecimientos que se puedan dar durante la actividad.

Conocer el manejo y funcionamiento del material para poder utilizarlo de manera correcta es fundamental, tanto como ver si la persona con la que vas a escalar está preparada y poder prever a tiempo si es necesario un cambio de actividad o línea a seguir.

Es muy importante ser honestos y sincerarse con nuestros futuros compañeros antes de empezar la actividad y contarles las actividades que realmente hemos realizado recientemente, y no las de hace diez años… El hoy representa tú estado actual como escalador. Tampoco tiene sentido asumir la responsabilidad de otros cuando éstos no están preparados o uno no está dispuesto a enseñarles. En tal caso, lo mejor es tratar de que busquen a alguien preparado y titulado para este vital aprendizaje. En España se cuenta con muy buenos profesionales “Técnicos Deportivos” que no solo te enseñarán, si no que te recomendarán la actividades reales que puedes practicar, aunque en un primer momento sea como segundo de cordada.

Una vez aclarado el nivel deportivo, y tras familiarizarse con el material, tendremos que conocer las distintas maniobras a realizar en pared, tanto de ascenso como de descenso en vías de un solo largo, para así posteriormente disfrutar y saber que estamos haciendo en cada momento y por qué.

Dentro del marco de la comunicación previa a la actividad, también es muy importante hablar sobre las palabras clave que se usarán durante la cordada. Éstas tienen que ser pocas, pero claras y en caso de no escucharse, se deben dejar claros los mecanismos de actuación, ya que es igual de importante poder comunicarse de manera silenciosa.

Reunión: solo cuando está montada y uno está asegurado al menos a dos puntos.

Libre: cuando sacamos las cuerdas del aparato de aseguramiento (siempre que esté claro, si no es así no sacaremos las cuerdas del aparato hasta el final).

Sal, cuando quieras o estés listo: la reunión está montada, las cuerdas en el aparato de aseguramiento y tensas.

Escalado: el segundo inicia la escalada y el primero recoge cuerda.

Estas son algunas palabras básicas durante la escalada, pero cada uno tiene su estilo propio o trucos, por lo que siempre conviene hablarlo antes de empezar, aún llevando aparato de comunicación ya que éstos a veces fallan.

Aseguramiento

Por muy bueno que sea el primero de una cordada, o muy fácil que sea la vía, siempre estará asegurado por un segundo que en caso de ser inexperto si se produjese una caída, ésta podría ser fatal. Siempre conviene llevar al menos un guante para poder asegurar con un aparato no automático, ya que la vida de tu compañero estará en tus manos y convienen que éstas estén bien protegidas. Una posición activa y dinámica permite afrontar una caída, mas aún cuando te encuentras a varios metros del suelo (y muchas más incluso si existen grandes diferencias de peso). Hace unos días estuve formando a un grupo que llevaba varios años escalado de manera autodidacta y nunca se habían caído ya que siempre escalaban vías fáciles. Sin embargo, tras experimentar varias caídas reales, los aseguradores se sorprendieron de la dificultad de frenar una caída y sobre todo de la diferencia existente entre su forma de actuar habitual y la que se debe seguir según los protocolos de seguridad que adquirieron durante el curso. Un aseguramiento a medias sobre seguros flotantes, no es un aseguramiento.

El material y cómo recuperarlo

Para recoger de manera correcta los seguros flotantes colocados por el primero de cordada se tiene que conocer su funcionamiento, emplazamiento y manejo, ya que si no, es probable que no podamos sacar alguna pieza, bien sean friends o empotradores que son los materiales más empleados, o no sepamos como hacer un uso correcto y funcional de las herramientas de recuperación de material. No hay que olvidar también que como regla general conviene primero sacar la pieza de la pared antes que la de la cuerda, no sea que ésta salte y caigamos al vacío, circunstancia muy peligrosa ya no solo por la situación en sí, sino porque nos podríamos quedar sin piezas para proteger el siguiente largo. Una vez extraída, la colocaremos en el portamaterial si vamos a escalar nosotros de primero. Si vamos a seguir escalado de segundo podemos ir colocando las piezas en una cinta puesta como bandolera para así ahorrar tiempo al pasarle todas las piezas al primero de cordada. É l ya se las colocará a su gusto. ¡Ojo! No pasar el material si éste no está enganchado a algún cabo antes, ya que en caso de caerse perderíamos todas las piezas.

Cuando recuperemos el material de una reunión, en primer lugar dabemos tener las cuerdas tensas por encima de nosotros y saber que estamos asegurados por el primer escalador en la siguiente reunión. No está de más, que estemos con nuestro cabo de anclaje sobre la última pieza a quitar o sobre un anclaje fijo si lo hubiera, mientras nos colocamos el material, para no estar en movimiento con el chicleo de las cuerdas.

La progresión del segundo de cordada

Aún recuerdo hace algunos años en Los Galayos, como el guarda del refugio Victory, José María Alonso “El Majara”, rescataba a dos escaladores cuando el segundo de cordada había caído 10 metros sobre una repisa y el primero nervioso se quedó totalmente bloqueado sin entender que había pasado. La respuesta en aquella ocasión fue fácil, el segundo escalador había empezado a escalar antes de que el primero comenzase a recoger cuerda, sin darse cuenta hasta caer. El segundo escalador tuvo la confianza o despiste, de trepar sin esperar a que la cuerda se fuese recogiendo y tensando a su vez. Por lo tanto es muy importante adaptarse al ritmo de recogida de la cuerda, sobre todo en terrenos fáciles donde a veces no se puede recoger la cuerda a la misma velocidad que se escala. Los seguros, por norma general, se suelen colocar normalmente a la altura de los ojos, por lo tanto a la hora de quitarlos la maniobra será similar. Pero, por visión y por la posibilidad de una posición más cómoda, en caso de no estarlo, hay que dejar colgada la pieza sobre la cuerda y ya la recogeremos cuando encontremos un lugar más cómodo para hacerlo.

¿Y si son dos segundos?

Aquí la cosa cambia, ya que hay que tener en cuenta más factores. Por ejemplo, en las travesías debemos dejar la cuerda del último escalador en el lado del valle para que no nos arrastre en caso de caída, siempre que se pueda. En caso de que no, siempre tiene que haber una pieza que frene al tercero o si no tendrá que esperar. El segundo dejará siempre la cuerda del tercero dentro de los seguros para que éstos guíen y protejan mientras escala el tercero, sobre todo por travesías o cambios de dirección. Además deben de guardar las distancias por si hubiera una caída del segundo escalador o algún objeto.

Una buena manera para comenzar a escalar es mediante una cordada de tres, así siempre el que no sabe puede ir en medio experimentando y aprendiendo lo que hacen sus dos compañeros más expertos hasta aprender el manejo básico y poder realizar por si mismo una lectura de la pared.

Pasos difíciles

En ocasiones, el segundo escalador se ve imposibilitado a la hora de progresar en algún paso, quizás porque el primero no se había percatado de la dificultad que el paso supondría para el segundo. Esto se puede resolver de varias maneras, pero la más sencilla frente a un paso así es utilizar una cinta sobre los seguros a modo de estribo o peldaño. Así podremos alcanzar el agarre que queremos y seguir, o repetir la misma operación durante un par de pasos. Si esto es muy seguido te pueden ayudar desde arriba con un polipasto o realizar tú mismo alguna maniobra de progresión sobre cuerda que ya hemos visto en artículos anteriores. Si realmente es demasiado difícil, el primero de cordada te puede descender hasta la anterior reunión para que te ancles y él bajar después para tomar alguna decisión. Si no existe reunión, más vale que sepas montar una donde estaba antes o encontrar una repisa cómoda con alguna fisura y poder colocar algún seguro hasta que el primera decida que se puede hacer.

Rápel, descender por una pared vertical

¿Te imaginas tener que rapelar por una pared de 200 metros sin antes haberlo probado en un sitio con menos altura? Pues si, ha pasado e incluso a gente que no sabía que era un descendedor. Esto no debe ocurrir jamás, bien seas el escalador experto o aquel que motivado por la experiencia de tu compañero te aventuras sin antes haber rapelado por una pared más corta o al menos haber probado el funcionamiento del rápel.

Es fundamental saber utilizar bien un descendedor, haberlo colocado y probado previamente, porque en un descenso de varios rápeles es muy importante que baje primero el escalador más experimentado, que sabrá encontrar el siguiente descuelgue y el segundo tendrá que saber rapelar. Si no es así, lo mejor es que se lo coloque el más experimentado, y luego descienda para que el menos experimentado solo tenga que quitar el cabo.

Estas son algunas recomendaciones básicas que os podemos hacer, pero si verdaderamente quieres escalar vías de pared, en primer lugar debes aprender con alguien que esté dispuesto de verdad a enseñarte, o bien realizar algún curso con profesionales que te enseñen a tener una visión más objetiva de las maniobras y funcionamiento en pared, lo que te ayudará a ganar en seguridad y confianza.