El juez Santiago Pedraz ha enviado a prisión sin fianza al presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar, por haber tejido un “entramado” y una red de “clientelismo” que permitió el desvío de millones de fondos públicos y privados del ente federativo.
En un auto, el magistrado también ha dictado prisión incondicional para su hijo Gorka y para el presidente de la federación tinerfeña y vicepresidente de la RFEF, Juan Padrón, mientras que al secretario de ese organismo provincial, Ramón Hernández Baussou, le ha impuesto una fianza de 100.000 euros para salir de prisión, todo ello tras tomar declaración a los cuatro durante todo este jueves.
Los detenidos han sido conducidos esta mañana a la Audiencia Nacional tras su arresto el pasado martes en la operación Soule, en la que se les acusa de lucrarse en beneficio propio con las arcas del ente federativo.
En el auto, el magistrado explica que Villar, presidente de la federación desde hace 29 años, creó esa red corrupta, que englobaba a las federaciones territoriales y a organismos vinculados a ellas, “con conocimiento y consentimiento de los principales dirigentes de esos organismos y con la voluntad de enriquecerse y/o favorecer el enriquecimiento de terceros”.
Según el juez, usó varias sociedades para el desvío del dinero y estableció además un “clientelismo tanto en la contratación del personal, que recae fundamentalmente en familiares, como en la presunta adjudicación arbitraria de contratos de suministro y prestación de servicios a empresas vinculadas, bien directamente bien a través de familiares”.
Esto lo hace, explica Pedraz, “al menos desde 2009, en el ámbito de todo el territorio nacional”.
Entre sus conductas irregulares, destaca una serie de “excesos en las facultades de administración del patrimonio y recursos de la RFEF” y también sobre la selección española de fútbol, ya que a Villar le corresponde proponer al seleccionador nacional y el lugar de celebración de los partidos internacionales.
Concretamente, detalla excesos en los nombramientos de la Asamblea de la federación y la concesión de beneficios a sus miembros “para el favorecimiento del presidente”, de manera que “se garantiza la mayoría necesaria” para ser reelegido.
En este último aspecto, indica el juez que Villar concedió “beneficios a algunos de los presidentes de las federaciones en cuyo ámbito no tenía asegurado el apoyo, disponiendo del patrimonio ajeno que administra, esto es, el de la RFEF”.
Favoreció a dos federaciones territoriales en particular, la de Murcia (FFRM) y la de Cantabria (FCAF), pero también “en un pasado cercano el investigado habría favorecido económicamente de manera singular” a la de Madrid (FFM) y Ceuta (FFCE), cobrando “esos favores” en forma de apoyo a su candidatura para la presidencia a la RFEF.
Estos favores se apoyan en varias conversaciones pinchadas y en algunas de ellas aparece el ex seleccionador nacional Javier Clemente.
Villar, quien “ha pretendido desvincularse de la percepción de subvenciones públicas con la finalidad de eludir el control financiero y contable consecuencia de la aplicación de la Ley de Transparencia”, hizo asimismo un gasto desproporcionado en personal de la federación.
“La inexistencia de un criterio formal que determine las cuantías de la retribución variable de los empleados y la ausencia de contratos escritos con el personal reputado de alta dirección” es una de sus actuaciones irregulares a este respecto, según explica el juez citando una auditoría que se hizo sobre este aspecto.
Detalla Pedraz que las retribuciones anuales de 40 empleados de la RFEF suman unos 5 millones y medio de euros y que en la causa hay diversos fragmentos de conversaciones telefónicas “relacionados con la contratación excesiva de personal, los altos sueldos y la baja productividad de parte de éste”.
De hecho, Villar otorgó altos salarios a determinados cargos directivos “por mor de su amistad o conveniencia”, lo que le reprochó su propio hijo Gorka en un pinchazo: “Tienes que empezar a dejar de confundir la lealtad hacia las personas con la incapacidad... te meto tal cosa o te jubilo de puta madre”.
Otra de las irregularidades es el pago de 300.000 euros a la secretaria general de la RFEF, Esther Gascón, como indemnización de despido para posteriormente ser nuevamente contratada.
En cuanto al hijo de Villar, Pedraz afirma que resultó, a través de su empresa Sports Advisers, el “mayor beneficiado a través de su padre” del dinero de la RFEF.
“Son múltiples las conversaciones telefónicas que han venido demostrando el cada vez mayor control de Gorka en la federación, pese a no tener ningún cargo o vinculación laboral”, incluyendo la organización de partidos amistosos de la selección de los que se habría beneficiado.
Entre estos partidos menciona los celebrados con Corea del Sur en 2010 y 2012, y otros con Chile en 2008, 2011 y 2013, con México en 2010, con Colombia en 2011 y 2017 y con Argentina en 2009 y 2011.
En todos ellos, la empresa del hijo de Villar cobró diferentes cantidades en concepto de asesoría jurídica posiblemente irregulares.