El estadio de Gran Canaria se estrena en Primera

El último recuerdo sobre el verde de los amarillos en un partido oficial de Primera está en el Insular. En la temporada que Las Palmas descendió a Segunda A (2001/2002) el calendario quiso que en la penúltima jornada se jugasen la permanencia frente al CD Tenerife.

No fue mala la temporada de los jugadores de Fernando Vázquez, entrenador de Las Palmas por aquel entonces; mientras que los blanquiazules estuvieron casi siempre en los puestos bajos de la clasificación, destituyendo a Pepe Mel por Javier Clemente con la esperanza de enderezar la situación.

Pero los amarillos, con una muy mala segunda vuelta, llegaron a ese partido con 39 puntos y los blanquiazules con 35. La salvación ese año estaba en 42 puntos y Las Palmas dependía de sí misma.

Y marcó Marioni en el minuto 33 con un gol de vaselina batiendo a Orlando Quintana y silenció el insular. Esa temporada descendieron ambos equipos, dando lugar a una travesía de trece años entre la segunda división A y B.

El Insular aún sería la casa amarilla una temporada más en la división de plata y se despidió con victoria (4 a 1 frente al Elche) y quintos en la tabla.

Más grande, pero más lejos.

Las Palmas cambiaba su residencia en la temporada 2003/2004. Con la intención de ser un espacio deportivo multiusos, el estadio de Gran Canaria tenía la pista de atletismo que alejaba a los aficionados de los jugadores, haciéndolo más frío, pero más grande, con capacidad para algo más de 32.000 personas.

En el curso de su estreno, a falta de dos jornadas para finalizar la temporada, el estadio de Gran Canaria veía cómo los amarillos descendían doce años después a Segunda B, donde permanecerían durante dos temporadas.

En la División de Bronce queda para el recuerdo los dos llenos absolutos que tuvo el estadio de Gran Canaria.

En la temporada 2005/06, Las Palmas se la jugaba en su casa para clasificarse a los playoff de ascenso a la categoría de plata. Era la penúltima jornada de liga, la UD era cuarta y el Rayo Vallecano quinto. Con 64 puntos, Las Palmas debía ganar sí o sí y la afición respondió con creces. Se llegó a sobrepasar la capacidad del estadio, entrando 35.000 persona y quedando fuera otros 4.000.

El resultado: uno a cero a favor de los amarillos con gol de Marcos Márquez de penalti y consiguieron clasificarse. El Linares era el rival contra el que Las Palmas se jugaba el ascenso a Segunda División esa misma temporada. Con un empate a dos en la ida (Nauzet Alemán y de Marcos Márquez) todo se jugaba en la vuelta, en el estadio de Gran Canaria con lleno absoluto.

En el minuto 82, como siempre, sufriendo, Las Palmas obtuvo el gol que le daría el ascenso a la división de plata, donde permanecería hasta la pasada campaña.

Además de ver a los amarillos ascender, el estadio de Gran Canaria ha vivido el debut de Luis Aragonés en 2004 con la selección nacional frente a Venezuela (victoria de la roja por 3 a 2) y un partido clasificatorio para la Eurocopa de 2008 contra Irlanda del Norte en 2007 (uno a cero).

Ahora se encuentra en obras para acercar las gradas al césped con 1.820 localidades más. La Grada Curva ya está lista y se espera que tanto como Tribuna y Grada Sur estén finalizadas el 15 enero.

Y es que la historia del estadio de Gran Canaria sólo se ha escrito durante nueve años en segunda división A y dos temporadas en segunda división B. En la memoria, reciente están los recuerdos del empate a uno frente al Córdoba en el último minuto durante la temporada 2013/2014, postergando al año siguiente el ascenso en casa por dos a cero contra el Zaragoza. Este domingo, el estadio de Gran Canaria comenzará a albergar los recuerdos de Primera.