Un gol del Sporting en el 94 castiga a un Tenerife tacaño

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —
18 de septiembre de 2023 01:03 h

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El CD Tenerife se vio con el 0-1 demasiado pronto y se empeñó luego en un partido con personalidad decreciente, muchos miedos y cambios tras el descanso que lo empeoraron. Ganó el Sporting como premio a la constancia, antes para empatar temprano, luego para penalizar con el remate de Insua otra mala defensa del balón tras un córner que dejó vendido a Soriano ante el cabezazo del central.

Venían los de Garitano de ser también peores que el Albacete, pero lo de este domingo en El Molinón fue una apuesta, antes no vista, por ponerse un chubasquero antes de que empiece a llover. Lo hizo primero dejando a Luismi Cruz en el banco para que Mo Dauda fuera titular porque sí y, en una segunda parte decepcionante, se lio el técnico en una sucesión de cambios que solo envalentonaron a un Sporting apremiado por la grada y premiado por su insistencia. Aquello de: “Ahora, ahora, ahora, Quini, ahora”.

La segunda derrota del curso confirma virtudes y defectos ya conocidos. De medios hacia adelante, solo Teto iguala el nivel de los titulares. Bodiger anda aún tomando los pulsos a todo lo que le rodea y a lo que mejor juega el Tenerife no parece que case con el sitio o la forma de Elady y Dauda. Ángel espera una oportunidad y Pablo debe de andar estudiando qué equipo le viene mejor para una cesión en enero.

Siendo así, el Tenerife queda fiado a evitar los errores con valor de gol, la consistencia de Sergio y Corredera y a lo que le den –a la contra o en el juego corto, tanto da– su cuarteto de atacantes. Ausente hoy Luismi Cruz del once, le dio con una segunda jugada y un pase al área de Waldo para un remate brillante de Roberto López.

La cazó cayéndose el medio punta y le pegó con el interior luciendo pifiada, lo justo para colocarla rasa en un tiro cruzado imposible para Yañez. Era entonces solo el minuto 15. En Huesca marcó Roberto en el mismo minuto y nunca luego se adivinó un enemigo cierto enfrente. En Andorra lo hizo Luismi muy tarde, tras cuidarse el Tenerife casi todo el partido de la verborrea con la pelota de los locales.

Pero este tercer gol de Roberto como blanquiazul fue de esos 0-1 que se prefieren del 75 en adelante. El brío con el que amaneció el Sporting –dos cuchilladas por la banda de Nacho de este Hassan que encara y encara hasta que el lateral lo consiguió fijar– decidió un guion con un equipo determinado a empatar y otro que lucía incapaz de domesticarlo o de volver a pegar.

Y así, en siete minutos, el cuadro de Ramírez igualó el resultado con el único fallo destacable de Loïc Williams –un balón envenenado a la boca del área que cazó, más listo, Gaspar– en lo que el Tenerife meditaba sobre su rol en el partido. Cuando tuvo pausa en la salida tras recuperación se encontró a Mo Dauda recibiendo en medio campo, como un seis cualquiera, y no tuvo otro recurso que dos conducciones francas de Waldo (m.28 y m.35) que acabaron en tiros por fuera.

Y hasta ahí. Luego el entreacto y más tarde una segunda parte que se asemejó más al método Ramis que a lo visto con Garitano hasta ahora. Antes del cuarto de hora, abrió un paraguas sobre el chubasquero. Con Bodiger por Roberto López cambió imaginación por orden. Con Elady por Dauda, siguió pasando lo mismo: una banda menos para atacar. El ingreso del francés mutó el sistema a un 5-4-1, otra vez con Sergio incrustado como tercer central. Solo el ingreso último de Luismi Cruz devolvió a los blanquiazules al 4-2-3-1.

El Tenerife se fue aculando a poquitos en lo que la defensa del 1-1 comenzaba a lucir eterna y Ramírez metía un poco más de pimienta con Queipo y luego con Roque Mesa y Fran Villalba. Garitano optó en el segundo movimiento por Medrano por Nacho –aunque en diez minutos ya no incordiaría su flanco Hassan– y Teto –de interior, eso sí­– por Waldo. Andando el 68, ya se había quedado sin velocidad para una vuelta a campo abierto o una conducción profunda cerca del área.

Enfrente, el Sporting avisó con un tiro libre de Cote (m.71) que tocó Soriano y acabó por devolver a córner el larguero y siguió a lo suyo. Balones cruzados al área y los líos que intentaron sin fruto Otero y Djuka, que escapó de una tarjeta solo por la complacencia del árbitro.

La fe astur movió la montaña y parió un gol por la vía típica del fútbol de estrategia. Un saque de esquina bien trabajado, un defensa (Medrano) que se afloja enfrentado a un morlaco y un cabezazo soberbio de Insua, a tres brazos de Soriano, inapelable. Ganó entonces el que más se lo propuso. Un premio justo cuando el empate es un mal resultado.

(2) REAL SPORTING DE GIJÓN: Yáñez; Pascanu, Insua, Rober Pier (Izquierdoz, m.17), Cote; Hassan (Fran Villalba m.77), Nacho Méndez (Roque Mesa, m.77), Nacho Martín (Varane, m.55), Gaspar (Queipo, m.55); Otero y Djurdjevic.

(1) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, José León, Loïc Williams, Nacho (Medrano, m.68); Sergio González (Luismi Cruz, m.87), Alex Corredera; Mo Dauda (Elady, m.58), Roberto López (Bodiger, m.58), Waldo (Teto, m.68); y Enric Gallego.

GOLES: 0-1, m.14: Roberto López. 1-1, m.21: Gaspar. 1-2, m.90+4: Insua.

ÁRBITRO: Luis Mario Milla Alvéndiz (Comité Valenciano). Amonestó a Nacho Méndez (m.43) e Insua (m.44) y a los visitantes Mo Dauda (m.22), Mellot (m.41), Roberto López (m.49), Elady (m.67) y Loïc Williams (m.69).

INCIDENCIAS: Partido de la sexta jornada de LaLiga HyperMotion (Segunda División) 23-24 disputado en el estadio de El Molinón ante 15.792 espectadores. Antes del inicio del encuentro se guardó un minuto de silencio en memoria de dos jugadores cadetes del club Urraca fallecidos en accidente de circulación esta semana, así como por el periodista Pepe Domingo Castaño y todos los fallecidos en el terremoto de Marruecos y las inundaciones de Libia.