Unos 250 yates de hasta 28 nacionalidades diferentes ha comenzado a abandonar a las 13.00 horas de este domingo, tras el cañonazo de la patrullera de la Armada Vencedora, el muelle deportivo de Las Palmas de Gran Canaria, donde han permanecido estas dos últimas semanas pertrechándose de víveres y agua con los que afrontar las dos semanas de travesía hasta la Santa Lucía, en el Caribe.
Se trata de la edición número 25 de esta regata, la más importante de tipo transoceánico que se celebra en el planeta. Por este motivo, en esta ocasión se han organizado actos “especiales”, según el director de la prueba, Andrew Bishop. Entre éstos destacan una charla del veterano navegante Jimmy Cornell, uno de los fundadores de la ARC.
En los últimos años este evento se ha vuelto con cada edición más internacional. Los británicos siguen siendo la nacionalidad predominante (39%), le sigue Noruega (11,0) y Alemania (8,0). Otros países cuyo número de regatistas es significativo son Italia, Estados Unidos, Holanda o Francia.
En cuanto a las características de los barcos, la tipología media es un yate con nueve años de antigüedad, de 14,6 metros de largo. La mayoría tiene entre 12 y 15 metros, aunque hay alguno más pequeño. El de menores dimensiones es el Honningpupp, del año 1979, que tiene 9,5 metros de eslora. Por el contrario, el más largo será el Texel, de Gran Bretaña, con 35 metros de eslora y botado en 1921.
El objetivo es llegar a la Marina de Rodney Bay, que se encuentra a una distancia de 2.700 millas náuticas, travesía en la que los barcos tardarán una media de entre 18 y 21 días. El actual récord está muy por debajo, exactamente en 11 días y 5 horas, a cargo del yate italiano Capricorno en la edición de la ARC de 1995.