José Antonio Sosa Espinel, entrenador de la Unión Deportiva Vecindario, expresó su propósito de que bajo su doctrina “se vea un equipo honrado” cada vez que actúe, en el que asume “toda la presión” y matizó que “por los grandes cambios sufridos” en la plantilla, sus futbolistas van a necesitar “paciencia”.
“Emprendo esta etapa profesional con toda la ilusión que se puede tener y sabiendo que llego a un club en el que se exige siempre el máximo. Así se lo he hecho ver a los futbolistas durante el último mes para poder afrontar la competición oficial a tope y tratando de obtener esos resultados positivos que nos refuercen”, consideró.
Sosa Espinel, que asegura tener “una sintonía perfecta” con Manolo Torres, director deportivo del club, y también con la directiva, confiesa que pensar ahora en el ascenso “es descabellado”, pese a que el Vecindario ha sido catalogado como uno de los candidatos a los puestos altos por su condición de recién descendido.
Respecto al potencial de sus futbolistas, auguró que “a base de sacrificio y unión” podrán dar “el rendimiento esperado”.
Cuestionado por el encuentro inaugural frente al Leganés, previno de las complicaciones que comportará: “Ha mantenido el bloque del año pasado y, sin duda, será muy peligroso. Siempre parte con máximas aspiraciones y supondrá una prueba de gran nivel para nosotros, aunque jugamos en casa y esperamos que eso se note”.
Los lesionados Dorta y Atxabal así como Carlitos, que ha sufrido una fiebre que le ha impedido entrenar con normalidad, son los únicos jugadores descartados para esta cita.
El partido Vecindario-Leganés se disputará el domingo en el Estadio Municipal, a partir de las 12.00 horas, y será arbitrado por el colegiado tinerfeño García Cabrera.