El Vecindario, equipo canario de segunda división B, motivó la anécdota de la jornada de Copa del Rey de este miércoles al no presentarse a disputar su encuentro contra el Real Unión, conjunto de Irún de la misma categoría, al aducir que había sido imposible lograr un vuelo a Bilbao.
El Unión, que ya tenía confirmación oficial desde la propia Federación Española a las dos y media de la tarde de que no se iba a jugar este encuentro, aprovechó la oportunidad para entrenarse en el estadio Gal al que no acudieron sus aficionados, conocedores asimismo desde horas antes de la incomparecencia del Vecindario.
El árbitro y sus asistentes, avisados desde la Federación, tampoco hicieron acto de presencia.
El club irunés, por medio de su Jefe de Prensa Gorka Bergés, mostró su malestar por la actitud del Vecindario ya que ello ha provocado un quebranto económico por los gastos en publicidad, comida y bebidas para los bares del campo y la venta de entradas anticipadas al precio de cinco euros que ahora tendrán que devolver a los que las adquirieron.
Bergés se mostró esperanzado con que el Comité de Competición decida otorgar directamente el triunfo al Real Unión al entender que había ausencia de motivos por parte del club isleño para no haber venido a Guipúzcoa máxime, como se hacía constar en el fax recibido de la federación, “cuando sabían desde el 25 de julio, al celebrarse el sorteo, que les tocaría el Zalla o nosotros y ello les obligaba al mismo desplazamiento en avión hasta Bilbao”.
Bergés, por otro lado, no entendió el presunto malestar por parte de la directiva del Vecindario que afirmaba que el partido se habría podido disputar ayer, martes, aprovechando que el pasado domingo jugaron en Madrid encuentro de Liga, pero que el Real Unión se había negado.
“Se recibió una llamada de teléfono, nada oficial porque estas cosas se hacen vía fax, y no nos interesaba adelantarlo porque estamos muy cargados de partidos y nos obligaba a un esfuerzo extra”, declaró Berges.