Espacio de opinión de Canarias Ahora
Actas que no son por Nicolás Guerra Aguiar
Existen también las actas oficiales, pero estas ya están redactadas por una “persona que por oficio público da fe de escritos y actos” (notarios, secretarios de corporaciones públicas). Y estos, nombrados en los boletines oficiales, certifican hechos que les constan o que lo escrito en las actas corresponde a la verdad de lo tratado en las correspondientes convocatorias.
Sin embargo, de manera hábil pero muy interesada, miembros del PP y de medios de comunicación afines hablan de “actas de reuniones” entre representantes del Gobierno psocialista y miembros de ETA. Que tales encuentros se hayan realizado no debe llamar la atención (se hizo con el IRA en Irlanda, y se consiguió la paz; el Gobierno del señor Aznar lo intentó -Suiza-, y aunque no llegaron a un acuerdo, durante el tiempo de las conversaciones nadie fue asesinado. Solo por salvar una vida, bien valieron la pena aquellas buenas intenciones del Partido Popular).
Pero lo que resulta malintencionado y poco serio es que algunos miembros del PP hablen de “actas”, es decir, de documentos escritos por un secretario, quizás hasta consensuado por ambas partes (¡qué casualidad: era de ETA quien daría fe de lo que dice ETA que allí se habló!). Y como de la burocracia nadie nos libra, ETA enviaría el acta al Gobierno para su posterior aprobación, si así lo estimaba. De coña.
Aquellos pocos miembros del PP saben que no hay actas. Y saben también que muchas veces no percibimos algo conscientemente, pero influirá en nuestra conducta (los psicólogos usan la voz subliminal). Y así, el término acta nos lleva, sin darnos cuenta, a considerar como verosímil lo que en aquellos papeles de ETA estuviera escrito, pues lo relacionamos con la voz notarial, es decir, que nuestro subconsciente considerará como acta notarial lo que no es más que un conjunto de palabras escritas por ETA porque así le conviene, porque forma parte de su estrategia. Y el acta notarial sí es la “relación fehaciente que hace el notario de hechos que presencia o que le constan”, dice el DRAE.
Tales voceros del PP saben que lo único que hay son textos escritos por ETA los cuales, ¡oh casualidad!, benefician a ETA y perjudican al Gobierno. ¡Mira por dónde, ETA colabora con el PP de manera indirecta: se inventa las “actas” y gente del PP las lanza como dardos envenenados contra un Gobierno que puede llegar a acabar con la banda terrorista! ¿Será ese el temor de algunos miembros del Partido Popular?
En conclusión, muy hábil estratagema lingüística la de tales componentes, pero cavernosa y poco digna del elemental respeto, pues hay medios elegantes y creíbles para criticar al contrincante, o para arrinconarlo, si ha delinquido. Y deben saber que si tras las reuniones que el PP tuvo con ETA -mayo de 1999, Suiza- hubieran aparecido actas de ese tipo, tampoco las habría considerado como creíbles porque tengo pruebas de seriedad y rigor en muchísima gente del PP. Pero hay otros que se disparatan.
Nicolás Guerra Aguiar
Existen también las actas oficiales, pero estas ya están redactadas por una “persona que por oficio público da fe de escritos y actos” (notarios, secretarios de corporaciones públicas). Y estos, nombrados en los boletines oficiales, certifican hechos que les constan o que lo escrito en las actas corresponde a la verdad de lo tratado en las correspondientes convocatorias.
Sin embargo, de manera hábil pero muy interesada, miembros del PP y de medios de comunicación afines hablan de “actas de reuniones” entre representantes del Gobierno psocialista y miembros de ETA. Que tales encuentros se hayan realizado no debe llamar la atención (se hizo con el IRA en Irlanda, y se consiguió la paz; el Gobierno del señor Aznar lo intentó -Suiza-, y aunque no llegaron a un acuerdo, durante el tiempo de las conversaciones nadie fue asesinado. Solo por salvar una vida, bien valieron la pena aquellas buenas intenciones del Partido Popular).