Ahora, Gobierno, progreso y estabilidad

España va a tener finalmente un Gobierno progresista porque así lo decidió claramente la ciudadanía el 10 de noviembre. Estamos ante un momento histórico, el primer gobierno de coalición de izquierdas en la democracia reciente. Las recetas viejas han perdido validez. Pactar es una necesidad y un valor en un contexto socioeconómico complejo que requiere de políticas de cohesión social y territorial.

Los mismos que lamentaban que la izquierda fuese incapaz de llegar a acuerdos ahora critican que lo hagamos. Pese a quien pese, este acuerdo surge sin embargo de la responsabilidad y de la urgencia de romper el bloqueo, pues es imprescindible formar ya un Gobierno para hacer frente a los grandes retos que tenemos como país. Los problemas del día a día de la ciudadanía no pueden seguir esperando.

Un Gobierno cohesionado, para cuatro años, defensor de los valores comunes de la izquierda: el feminismo, el ecologismo, la igualdad, la solidaridad y la justicia social. Es lo que ha decidido la mayoría de este país.

Frente a quienes cuestionan los grandes consensos sociales, quienes niegan derechos o quienes quieren una España excluyente, este acuerdo garantiza un Gobierno de progreso centrado en lo que más preocupa a la mayoría social: la generación de empleo y la lucha contra la precariedad laboral, la ampliación de nuevos derechos, la lucha contra el cambio climático y avanzar en la transición ecológica, políticas feministas y lucha contra la violencia de género, así como justicia fiscal para avanzar en justicia social.

Canarias es ya un ejemplo de acuerdo con un Gobierno progresista que avanza en la necesaria cohesión social de nuestra tierra. Un Gobierno comprometido en la justicia social, la economía solidaria y el desarrollo sostenible.

Para las islas, este acuerdo para la gobernabilidad de España resulta alentador, con la posibilidad de un Gobierno en Madrid y en Canarias con valores compartidos.

Es hora de altura de miras, incluso para el resto de formaciones políticas, que tienen ahora la posibilidad de facilitar la estabilidad que este país necesita evitando el bloqueo en la próxima sesión de investidura. Apelamos a la responsabilidad para que no bloqueen y respeten que gobierne quien ha ganado las elecciones. La alternativa sería unas nuevas elecciones. Quienes dicen oponerse a la formación de un Gobierno progresista, ¿qué nos están diciendo? ¿Que prefieren ir de nuevo a elecciones?

La ciudadanía ha hablado. Diez millones de votos progresistas legitiman este acuerdo. Ahora, toca Gobierno, progreso y estabilidad.

España va a tener finalmente un Gobierno progresista porque así lo decidió claramente la ciudadanía el 10 de noviembre. Estamos ante un momento histórico, el primer gobierno de coalición de izquierdas en la democracia reciente. Las recetas viejas han perdido validez. Pactar es una necesidad y un valor en un contexto socioeconómico complejo que requiere de políticas de cohesión social y territorial.

Los mismos que lamentaban que la izquierda fuese incapaz de llegar a acuerdos ahora critican que lo hagamos. Pese a quien pese, este acuerdo surge sin embargo de la responsabilidad y de la urgencia de romper el bloqueo, pues es imprescindible formar ya un Gobierno para hacer frente a los grandes retos que tenemos como país. Los problemas del día a día de la ciudadanía no pueden seguir esperando.