Espacio de opinión de Canarias Ahora
¿Ahorro con el gas canalizado?
En un contexto donde el Tribunal Supremo mantiene el no a la autorización administrativa de la regasificadora de Granadilla y la CNMC, ante el temor de que estemos ante una nueva obra injustificada y deficitaria para el sistema gasista, tampoco le da el visto bueno porque falta un estudio de la demanda de gas en la isla y que se demuestre su viabilidad económica.
Con ese marco de fondo el escenario que nos dibuja Goldman Sachs y el gobierno autónomo es el de más infraestructuras para introducir un combustible fósil en forma de gas canalizado, con el argumentario del ahorro económico y menos contaminación, cuando las tendencias futuras indican, como así lo confirma la Agencia Internacional de las Energía Renovables IRENA, dentro de la transición energética en la que nos encontramos, que la reducción de GEI y el ahorro de costes vendrán de la mano de las tecnologías renovables.
Desde la plataforma por un nuevo modelo energético y asamblea ciudadana contra el gas cuestionamos las bondades del gas canalizado que los portavoces de Goldman Sachs y sus cómplices locales enumeran con amplia presencia en los medios. Sobre todo, cuando insisten en el ahorro como principal argumento para captar, con medias verdades, clientes ingenuos para revalorizar las acciones de su estructura financiera de cara a la venta de Redexis Gas, cuyo proceso parece estar bastante avanzado, al consorcio chino CK Infraestructure Holding (CKI), del magnate Li Ka Shing. Aunque la sentencia del TSJC de 9 de marzo, anulando buena parte del articulado del decreto 345/2015 que regula los trámites de concurrencia y de convocatoria pública de los proyectos municipales de aire propanado, significa un serio revés para los planes de Redexis Gas en las islas.
En la Península existe una cultura del gas canalizado justificada por razones climáticas para la calefacción que es una de los consumos principales de este tipo de energía, pero en Canarias ni existe ni es necesaria como lo reconocía Salvador García, ex director de refinería de CEPSA de Santa Cruz, el cual comentaba en una entrevista que en las islas no era necesario el gas porque con el buen clima que hay no se producían consumos altos ni en calefacción ni en aire acondicionado, también, porque no tiene un sector industrial desarrollado y por ser un territorio fragmentado que no justifica las grandes infraestructuras que conlleva esta tecnología y, especialmente, puede ser contradictorio pues a medida de que aumente el volumen de renovables en los sistemas insulares, el consumo eléctrico con energía convencional se irá reduciendo y eso significa que las inversiones que se hagan para rentabilizar el gas cada vez tendrán menos incentivos, porque el consumo de gas no aumentará, sino que disminuirá.
Independiente de lo que diga la normativa sectorial de aplicación en los proyectos municipales de gas canalizado en ocho localidades de Tenerife y Gran Canaria, los alcaldes y los grupos de gobierno de las administraciones locales afectadas no pueden ser cómplices de la estrategia comercial de una multinacional que al final acabe perjudicando las economías familiares, la de pequeñas y medianas empresas del sector servicios y turismo. Puesto que toda entidad pública debiera velar por el interés general de la ciudadanía y el medio ambiente que es lo que corresponde, también, en cumplimiento de los objetivos de la cumbre de Paris del 2015.
Dentro del argumentario de Goldman Sachs (Redexis gas) y sus cómplices localespara captar futuros clientes del aire propanado, primero, y gas natural después, está el del ahorro que tendrían las familias canarias, las empresas y el sector turístico. Desde un 10% a un 60%, según el combustible sustituido. Porcentajes recogidos en el Decreto 345/2015, de 15 de octubre, y que también señala en declaraciones públicas el director de diversificación de negocio de Redexis Gas, Miguel Mayrata (Diario de Avisos, 26/11/17).
Los porcentajes de ahorro los establecen con respecto a los precios actuales, pero no se comenta nada cómo van a evolucionar en el futuro y que, tratándose de combustibles fósiles, van a incrementarse con total seguridad, por lo tanto, cuando menos estos proyectos municipales de aire propanado tienen más incertidumbre que certezas sobre sus bondades.
En este sentido, el objetivo de estas líneas, dentro de la estrategia de la política sectorial oficial de incrementar la demanda de gas natural para justificar la regasificadora de Granadilla, es demostrar por qué la creación del subsector gasista en Canarias, con el actual sistema de peajes de acuerdo al Real Decreto 18/2014, al final no se va a ahorrar como nos está contado Redexis Gas sino, todo lo contrario, encarecerá la factura del gas, aumenta la dependencia, obstaculiza el autoconsumo fotovoltaico y dificulta la mitigación del cambio climático.
Cómo se puede estar haciendo estas afirmaciones, medias verdades, cuando sabemos que la tendencia futura de los precios de los combustibles fósiles va a ser la de subir y los de las energías renovables bajar. La Agencia Internacional de las Energías Renovables IRENA reconoce que desde 2010 el coste de la energía solar ha bajado nada menos que un 73%, mientras que, en el mismo espacio de tiempo, el precio del gas doméstico en España ha subido un 50%. ¿No es una temeridad estar vendiendo a las familias y a las empresas el ahorro como una ventaja del gas canalizado cuando nos encontramos en un contexto de transición energética donde las renovables están desplazando a unos combustibles fósiles que representan el pasado, contaminación y cambio climático?. Y lo que es más grave aún, el silencio sobre los peajes del sistema gasista que encarecerán el recibo del gas, es decir, junto al déficit estructural del sistema que actualmente, con el cierre del almacén subterráneo de gas Castor, supera los 2.000 millones de €, los clientes del gas canalizado tendrán que asumir los costes de infraestructuras fracasadas y que en los peajes para el año 2018 significan una factura de unos 388,9 m€ en unos costes globales del sistema estimados en 3.017 m€.
Veamos a continuación los peajes del sistema gasista para el 2018 publicados en el BOE en la Orden ministerial de 27 de diciembre pasado que van a parar injustamente, lo mismo que se hace con la factura de la luz, a los ciudadanos a través de la factura del gas canalizado y que son los siguientes:
Regasificadora de Musel, 23,5 millones, infraestructura terminada que no ha entrado en funcionamiento por un recurso estimado por el TS.
Almacén Castor, 96,3 millones
Déficit del sistema gasista año 2016, 90 millones.
Ampliación de las regasificadoras de Cartagena y Huelva, 60,8 millones
Laudo arbitral de 2010 a favor de la multinacional gasista argelina Sonatrach y en contra de Gas Natura, 33,5 millones.
Déficit acumulado a 2014 del sistema gasista, 79,4 millones y 5,4 millones déficit de 2015.
Los 388,9 millones de € que encarecerán la factura del gas este año y que, en cantidades similares, lo hará en las siguientes anualidades.
En este sentido, Javier García Breva afirmaba con la claridad y contundencia en su artículo “El coste político del gas: el sector siempre gana” 28/11/17. Lo siguiente:
“La baja demanda, la infrautilización de las infraestructuras gasistas, la falta de competencia y la dependencia del gas importado hacen que los peajes del gas en España sean un 45% más caros que la media de la UE, un 50% más caros que en Francia y seis veces más caros que en Alemania, como ha denunciado la asociación Gas Industrial. La mala gestión empresarial y política se traslada siempre a los consumidores finales”
Por otro lado, en otra dirección, observamos como en buena parte de los ayuntamientos europeos y sector económicos se está haciendo justo lo contrario para acercarse al cumplimiento de los objetivos de la cumbre de París de 2015:
Ámsterdam tiene ya una planificación para ir sustituyendo progresivamente el gas canalizado por tecnologías más limpias.
El recinto ferial de Madrid, Ifema, ha sustituido el gas por geotermia de baja temperatura ahorrando en la factura unos 40.000€ al año y reduciendo en 200 Tm las emisiones de CO2.
El sector agrícola holandés que consume el 10% del total del gas del país, especialmente en la climatización de invernaderos, para cumplir los objetivos de emisiones y hacer frente al aumento del precio del gas natural, se está sustituyendo esta tecnología por geotermia consiguiendo ahorros de hasta un 50%.
En un comentario sobre el artículo “El gas natural: un 30% de ahorro frente al diésel y un 50% con la gasolina” del Confidencial 4/11/15, se decía lo siguiente: …yo también me acuerdo cuando hace 5 años pagaba menos que la mitad que lo que me clavan ahora por el gas natural que consume mi caldera de casa para la calefacción y el agua caliente. Si llego a saber lo que me esperaba de factura todos los meses, hubiera removido Roma con Santiago para buscar una alternativa más económica…
Con este panorama y que la política energética del 2018, en islas con abundantes recursos renovables, esté justificando la construcción de costosas infraestructuras para la introducción de un nuevo combustible fósil cuando ya Canarias depende en más de un 90% del petróleo, es un indicativo de que el gobierno de turno no está entendiendo los retos actuales del debate energético. Dicha política es errónea y obstaculiza, alargando en el tiempo, la transición de los sistemas insulares hacia un modelo energético basado en la generación distribuida con renovables, el ahorro y la eficiencia.
La consejería de industria y energía del gobierno autónomo y el cabildo de Tenerife, sin política energética propia, lo que están haciendo es apoyar el gas natural porque es necesario para la transición que le interesa a Endesa, REE y Enagás puesto que conserva la generación concentrada en el sistema insular que constituye la base de su monopolio, impidiendo su descentralización que es lo que habría que priorizar en estos momentos a través de la generación distribuida, el ahorro, la eficiencia y el autoconsumo con contadores reversibles para el balance neto y, posteriormente, la digitalización de la energía con las baterías en red.
Por lo tanto, los proyectos municipales de gas canalizado hay que situarlo en el contexto de buscar clientes para incrementar la demanda de gas en Tenerife, quedado en evidencia las medias verdades del argumentario de los que quieren prolongar nuestra dependencia de los combustibles fósiles, al mismo tiempo, que alejarnos del autoconsumo fotovoltaico muchísimo más barato que cualquiera de sus ofertas y, sobre todo, indigna el silencio sobre el incremento que los peajes del sistema gasista producen en la factura del gas canalizado, peajes que estamos padeciendo, también, en la factura eléctrica actual.
En consecuencia, los ayuntamientos y los ciudadanos no podemos participar en una estrategia comercial engañosa que pretende convertirnos en titulares de una deuda, resultado de una mala planificación sectorial, que no se corresponde con los costes de los servicios energéticos que vamos a recibir.
1.-Cómo sabe este señor la evolución futura de los precios del gas?
2.-Cuando el precio del gas doméstico ha subido desde el 2010 un 70%, cómo se atreve a hacer semejante afirmación.
Desde 2010 el coste de la energía solar fotovoltaica ha bajado nada menos que un 73%, según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA),
3.-Cuando en los últimos 10 años la factura media de la luz y el gas ha subido un 66,7%, mientras que en el mismo periodo el IPC se incrementó el 14,6%.
4.-Cuando sabemos que los combustibles fósiles van a ser cada vez más caros y las renovables más baratas, tendrán siempre el mismo precio, gratis.
Cómo se atreve a decir lo que dice.
5.-Con los peajes del gas canalizado una nueva estafa, junta a la del recibo de la luz.
6.-En Ifema, Madrid, han sustituido el gas por geotermia ahorrando unos 40.000 € al año en la factura y 200 Tm menos de CO2. Eso si es ahorro.
7.-El sector agrícola holandés consume el 10% del total del gas que consume el país, especialmente en la climatización de invernaderos. Se está sustituyendo el gas natural por geotermia consiguiendo hasta un 50% de ahorro.
Desde 2010 el coste de la energía solar fotovoltaica ha bajado nada menos que un 73%, según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA),
¿Ahorro con el gas canalizado?
Las medias verdades de Goldman Sachs (Redexis Gas) y sus cómplices locales
En un contexto donde el Tribunal Supremo mantiene el no a la autorización administrativa de la regasificadora de Granadilla y la CNMC, ante el temor de que estemos ante una nueva obra injustificada y deficitaria para el sistema gasista, tampoco le da el visto bueno porque falta un estudio de la demanda de gas en la isla y que se demuestre su viabilidad económica.
Con ese marco de fondo el escenario que nos dibuja Goldman Sachs y el gobierno autónomo es el de más infraestructuras para introducir un combustible fósil en forma de gas canalizado, con el argumentario del ahorro económico y menos contaminación, cuando las tendencias futuras indican, como así lo confirma la Agencia Internacional de las Energía Renovables IRENA, dentro de la transición energética en la que nos encontramos, que la reducción de GEI y el ahorro de costes vendrán de la mano de las tecnologías renovables.
Desde la plataforma por un nuevo modelo energético y asamblea ciudadana contra el gas cuestionamos las bondades del gas canalizado que los portavoces de Goldman Sachs y sus cómplices locales enumeran con amplia presencia en los medios. Sobre todo, cuando insisten en el ahorro como principal argumento para captar, con medias verdades, clientes ingenuos para revalorizar las acciones de su estructura financiera de cara a la venta de Redexis Gas, cuyo proceso parece estar bastante avanzado, al consorcio chino CK Infraestructure Holding (CKI), del magnate Li Ka Shing. Aunque la sentencia del TSJC de 9 de marzo, anulando buena parte del articulado del decreto 345/2015 que regula los trámites de concurrencia y de convocatoria pública de los proyectos municipales de aire propanado, significa un serio revés para los planes de Redexis Gas en las islas.
En la Península existe una cultura del gas canalizado justificada por razones climáticas para la calefacción que es una de los consumos principales de este tipo de energía, pero en Canarias ni existe ni es necesaria como lo reconocía Salvador García, ex director de refinería de CEPSA de S/C, el cual comentaba en una entrevista1 que en las islas no era necesario el gas porque con el buen clima que hay no se producían consumos altos ni en calefacción ni en aire acondicionado, también, porque no tiene un sector industrial desarrollado y por ser un territorio fragmentado que no justifica las grandes infraestructuras que conlleva esta tecnología y, especialmente, puede ser contradictorio pues a medida de que aumente el volumen de renovables en los sistemas insulares, el consumo eléctrico con energía convencional se irá reduciendo y eso significa que las inversiones que se hagan para rentabilizar el gas cada vez tendrán menos incentivos, porque el consumo de gas no aumentará, sino que disminuirá.
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Salvador García: ´El gas no es una necesidad para Canarias´ Diario de Avisos, 26/06/12
Independiente de lo que diga la normativa sectorial de aplicación en los proyectos municipales de gas canalizado en ocho localidades de Tenerife y Gran Canaria, los alcaldes y los grupos de gobierno de las administraciones locales afectadas no pueden ser cómplices de la estrategia comercial de una multinacional que al final acabe perjudicando las economías familiares, la de pequeñas y medianas empresas del sector servicios y turismo. Puesto que toda entidad pública debiera velar por el interés general de la ciudadanía y el medio ambiente que es lo que corresponde, también, en cumplimiento de los objetivos de la cumbre de Paris del 2015.
Dentro del argumentario de Goldman Sachs (Redexis gas) y sus cómplices locales para captar futuros clientes del aire propanado, primero, y gas natural después, está el del ahorro que tendrían las familias canarias, las empresas y el sector turístico. Desde un 10% a un 60%, según el combustible sustituido. Porcentajes recogidos en el Decreto 345/2015, de 15 de octubre, y que también señala en declaraciones públicas el director de diversificación de negocio de Redexis Gas, Miguel Mayrata (Diario de Avisos, 26/11/17).
Los porcentajes de ahorro los establecen con respecto a los precios actuales, pero no se comenta nada cómo van a evolucionar en el futuro y que, tratándose de combustibles fósiles, van a incrementarse con total seguridad, por lo tanto, cuando menos estos proyectos municipales de aire propanado tienen más incertidumbre que certezas sobre sus bondades.
En este sentido, el objetivo de estas líneas, dentro de la estrategia de la política sectorial oficial de incrementar la demanda de gas natural para justificar la regasificadora de Granadilla, es demostrar por qué la creación del subsector gasista en Canarias, con el actual sistema de peajes de acuerdo al Real Decreto 18/2014, al final no se va a ahorrar como nos está contado Redexis Gas sino, todo lo contrario, encarecerá la factura del gas, aumenta la dependencia, obstaculiza el autoconsumo fotovoltaico y dificulta la mitigación del cambio climático.
Cómo se puede estar haciendo estas afirmaciones, medias verdades, cuando sabemos que la tendencia futura de los precios de los combustibles fósiles va a ser la de subir y los de las energías renovables bajar. La Agencia Internacional de las Energías Renovables IRENA reconoce que desde 2010 el coste de la energía solar ha bajado nada menos que un 73%, mientras que, en el mismo espacio de tiempo, el precio del gas doméstico en España ha subido un 50%. ¿No es una temeridad estar vendiendo a las familias y a las empresas el ahorro como una ventaja del gas canalizado cuando nos encontramos en un contexto de transición energética donde las renovables están desplazando a unos combustibles fósiles que representan el pasado, contaminación y cambio climático?. Y lo que es más grave aún, el silencio sobre los peajes del sistema gasista que encarecerán el recibo del gas, es decir, junto al déficit estructural del sistema que actualmente, con el cierre del almacén subterráneo de gas Castor, supera los 2.000 millones de €, los clientes del gas canalizado tendrán que asumir los costes de infraestructuras fracasadas y que en los peajes para el año 2018 significan una factura de unos 388,9 m€ en unos costes globales del sistema estimados en 3.017 m€.
Veamos a continuación los peajes del sistema gasista para el 2018 publicados en el BOE en la Orden ministerial de 27 de diciembre pasado que van a parar injustamente, lo mismo que se hace con la factura de la luz, a los ciudadanos a través de la factura del gas canalizado y que son los siguientes:
Regasificadora de Musel, 23,5 millones, infraestructura terminada que no ha entrado en funcionamiento por un recurso estimado por el TS.
Almacén Castor, 96,3 millones
Déficit del sistema gasista año 2016, 90 millones.
Ampliación de las regasificadoras de Cartagena y Huelva, 60,8 millones
Laudo arbitral de 2010 a favor de la multinacional gasista argelina Sonatrach y en contra de Gas Natura, 33,5 millones.
Déficit acumulado a 2014 del sistema gasista, 79,4 millones y 5,4 millones déficit de 2015.
Los 388,9 millones de € que encarecerán la factura del gas este año y que, en cantidades similares, lo hará en las siguientes anualidades.
En este sentido, Javier García Breva afirmaba con la claridad y contundencia en su artículo “El coste político del gas: el sector siempre gana” 28/11/17. Lo siguiente:
“La baja demanda, la infrautilización de las infraestructuras gasistas, la falta de competencia y la dependencia del gas importado hacen que los peajes del gas en España sean un 45% más caros que la media de la UE, un 50% más caros que en Francia y seis veces más caros que en Alemania, como ha denunciado la asociación Gas Industrial. La mala gestión empresarial y política se traslada siempre a los consumidores finales”
Por otro lado, en otra dirección, observamos como en buena parte de los ayuntamientos europeos y sector económicos se está haciendo justo lo contrario para acercarse al cumplimiento de los objetivos de la cumbre de París de 2015:
Ámsterdam tiene ya una planificación para ir sustituyendo progresivamente el gas canalizado por tecnologías más limpias.
El recinto ferial de Madrid, Ifema, ha sustituido el gas por geotermia de baja temperatura ahorrando en la factura unos 40.000€ al año y reduciendo en 200 Tm las emisiones de CO2.
El sector agrícola holandés que consume el 10% del total del gas del país, especialmente en la climatización de invernaderos, para cumplir los objetivos de emisiones y hacer frente al aumento del precio del gas natural, se está sustituyendo esta tecnología por geotermia consiguiendo ahorros de hasta un 50%.
En un comentario sobre el artículo “El gas natural: un 30% de ahorro frente al diésel y un 50% con la gasolina” del Confidencial 4/11/15, se decía lo siguiente: …yo también me acuerdo cuando hace 5 años pagaba menos que la mitad que lo que me clavan ahora por el gas natural que consume mi caldera de casa para la calefacción y el agua caliente. Si llego a saber lo que me esperaba de factura todos los meses, hubiera removido Roma con Santiago para buscar una alternativa más económica…
Con este panorama y que la política energética del 2018, en islas con abundantes recursos renovables, esté justificando la construcción de costosas infraestructuras para la introducción de un nuevo combustible fósil cuando ya Canarias depende en más de un 90% del petróleo, es un indicativo de que el gobierno de turno no está entendiendo los retos actuales del debate energético. Dicha política es errónea y obstaculiza, alargando en el tiempo, la transición de los sistemas insulares hacia un modelo energético basado en la generación distribuida con renovables, el ahorro y la eficiencia.
La consejería de industria y energía del gobierno autónomo y el cabildo de Tenerife, sin política energética propia, lo que están haciendo es apoyar el gas natural porque es necesario para la transición que le interesa a Endesa, REE y Enagás puesto que conserva la generación concentrada en el sistema insular que constituye la base de su monopolio, impidiendo su descentralización que es lo que habría que priorizar en estos momentos a través de la generación distribuida, el ahorro, la eficiencia y el autoconsumo con contadores reversibles para el balance neto y, posteriormente, la digitalización de la energía con las baterías en red.
Por lo tanto, los proyectos municipales de gas canalizado hay que situarlo en el contexto de buscar clientes para incrementar la demanda de gas en Tenerife, quedado en evidencia las medias verdades del argumentario de los que quieren prolongar nuestra dependencia de los combustibles fósiles, al mismo tiempo, que alejarnos del autoconsumo fotovoltaico muchísimo más barato que cualquiera de sus ofertas y, sobre todo, indigna el silencio sobre el incremento que los peajes del sistema gasista producen en la factura del gas canalizado, peajes que estamos padeciendo, también, en la factura eléctrica actual.
En consecuencia, los ayuntamientos y los ciudadanos no podemos participar en una estrategia comercial engañosa que pretende convertirnos en titulares de una deuda, resultado de una mala planificación sectorial, que no se corresponde con los costes de los servicios energéticos que vamos a recibir.
En un contexto donde el Tribunal Supremo mantiene el no a la autorización administrativa de la regasificadora de Granadilla y la CNMC, ante el temor de que estemos ante una nueva obra injustificada y deficitaria para el sistema gasista, tampoco le da el visto bueno porque falta un estudio de la demanda de gas en la isla y que se demuestre su viabilidad económica.
Con ese marco de fondo el escenario que nos dibuja Goldman Sachs y el gobierno autónomo es el de más infraestructuras para introducir un combustible fósil en forma de gas canalizado, con el argumentario del ahorro económico y menos contaminación, cuando las tendencias futuras indican, como así lo confirma la Agencia Internacional de las Energía Renovables IRENA, dentro de la transición energética en la que nos encontramos, que la reducción de GEI y el ahorro de costes vendrán de la mano de las tecnologías renovables.