Espacio de opinión de Canarias Ahora
Apostar por Canarias
El pasado martes, tuve el honor de defender en el Congreso de los Diputados la propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias. En esta nueva oportunidad histórica para Canarias, desde el PSOE hemos vuelto a decir con total convencimiento que defendemos una modificación que es vital para las Islas.
No, no es exagerado atribuirle tal importancia a este procedimiento. La reforma es una necesaria actualización que permitirá afrontar los nuevos retos y el futuro del Archipiélago con garantías de éxito. Somos conscientes de que para gran parte de la ciudadanía, procesos como este pueden resultar ajenos a su vida, por lo que los representantes políticos y las instituciones públicas debemos hacer un especial esfuerzo para traducir su significado.
Reformar el Estatuto es reiterar, en primer lugar, la defensa de los derechos, las libertades y la igualdad de todos los canarios y canarias, independientemente del lugar donde vivan. Estatuto de Autonomía es identidad, son valores, pero también es apostar por el empleo, por el equilibrio y la solidaridad entre islas, por nuestro medio ambiente, por las instituciones que velan por nuestros intereses.
Estatuto de Autonomía es también autogobierno, es descentralización, es impulso al sector primario, es apuesta por nuestros comercios, por nuestros productos, por nuestros jóvenes, por nuestros mayores, por la innovación, por la formación, por la sanidad, por dinamizar nuestra economía y por tantísimas cosas que forman nuestro día a día.
¿Por qué hay quienes se oponen a actualizar este derecho de autogobierno que nos reconoce la Constitución Española? Simplemente porque no han querido entender la importancia ni la urgencia de este texto. La nueva política mezcla con frecuencia ese afán de innovar con el vicio de criticar, al margen de contenidos. Por eso derivan resultados tan insólitos como el rechazo a esta reforma, tan ansiada y trabajada pero que ellos desprecian más por ignorancia y por dar el titular que por cualquier consideración relativa al fondo del asunto.
Llegamos esta semana al Congreso para debatir el texto que salió del parlamento de Canarias en 2015 tras las mejoras incorporadas desde el Gobierno regional en 2014, con el PSOE cogobernando en las Islas. Antes llevábamos casi una década inmersos en este proceso de reforma, mientras otras comunidades iban sacando adelante sus nuevos estatutos.
Apostar por un nuevo Estatuto es apostar por preservar la Comunidad Autónoma como la representación del pueblo canario, del interés general autonómico; es garantía de igualdad de derechos de todos los ciudadanos de las Islas en el acceso a los servicios públicos; es fortalecer el desarrollo autonómico; es poner al día su ordenamiento; es responder a nuestros problemas; es afrontar los retos actuales; es corregir las insuficiencias de nuestras instituciones; es ampliar nuestras competencias.
Un Estatuto actualizado supondrá un nuevo catálogo de derechos para una mayor y mejor protección social en materia de salud, educación, igualdad, familia, acceso a la vivienda, empleo y tantas cuestiones sobre las que construimos nuestra vida cotidiana. Queremos también que nuestro nuevo estatuto posibilite un sistema electoral que represente todas las sensibilidades políticas del Archipiélago y que legitime en mayor medida la representación ciudadana.
La propuesta contiene una nueva cobertura jurídica para reforzar nuestro histórico y singular régimen económico y fiscal, da nuevas herramientas al Gobierno canario para hacerlo más eficaz y prácticamente suprime el discutido aforamiento de los parlamentarios. Importante también es que esta reforma incluya que las próximas modificaciones sean sometidas a voluntad popular, dando voz así a todas y todos los canarios.
No se puede negar a Canarias lo que ya se ha dado a otras autonomías. No digo que merezcamos más, obviamente tampoco menos, pero sí es necesario insistir en que somos un territorio particular. Estamos lejos y somos islas en medio del Atlántico Medio. El mar con el que tanto nos identificamos y al que tanto necesitamos es también nuestro mayor obstáculo.
El mundo está cambiando para todos a una enorme velocidad. No podemos continuar bajo la vigencia de un texto que no se adapta a la realidad actual, porque en Canarias tenemos nuevas aspiraciones, también nuevas oportunidades y nuevas potencialidades, por lo que el resto de España y de Europa han de comprender que desde aquí podemos, sin falsas modestias y también sin complejos, contribuir activamente a hacer cosas importantes para el país y para el continente.
No quiero dar por concluido este artículo sin, primero, dar las gracias, tal y como lo hice en la tribuna del Congreso este martes, a las muchísimas personas que han empujado para que llegar hasta aquí. De nuevo un cariñoso y merecido reconocimiento a Juan Carlos Alemán. Gracias también a todos los grupos políticos que durante años y años han trabajado para conseguirlo, conscientes de la transcendencia que este texto tiene para nuestras Islas. Gracias por su esfuerzo y por la convicción de que es realmente necesario.
En el nuevo camino que se abre ahora, vuelvo a apelar al entendimiento. No volvamos a fracasar y coloquemos a Canarias por encima de intereses de partidos, porque actualizar el estatuto de autonomía es mejorar la vida de las personas. Esto es lo que la ciudadanía está esperando de todos nosotros y nosotras. No perdamos más el tiempo y concluyamos con éxito, un éxito que no nos pertenece, sino que es de todo el pueblo canario.
El pasado martes, tuve el honor de defender en el Congreso de los Diputados la propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias. En esta nueva oportunidad histórica para Canarias, desde el PSOE hemos vuelto a decir con total convencimiento que defendemos una modificación que es vital para las Islas.
No, no es exagerado atribuirle tal importancia a este procedimiento. La reforma es una necesaria actualización que permitirá afrontar los nuevos retos y el futuro del Archipiélago con garantías de éxito. Somos conscientes de que para gran parte de la ciudadanía, procesos como este pueden resultar ajenos a su vida, por lo que los representantes políticos y las instituciones públicas debemos hacer un especial esfuerzo para traducir su significado.