El Belén del Nacimiento de Jesús bajo las bombas contra Palestina

El sufrimiento de los palestinos está representado en el pesebre de piedras ruinosas que ha instalado este año la Iglesia Evangélica Luterana de la Natividad de Belén.

La gruta bajo la Basílica de la Natividad de Belén, donde los cristianos creen que nació Jesús de Nazaret, recibía cada Navidad a miles de peregrinos, pero este año está casi desierta. No es de extrañar debido a los ataques israelíes.

Este 15 de diciembre las agencias de prensa notifican un bombardeo israelí contra el edificio de la Defensa Civil en el campamento de refugiados de Nuseirat (centro de Gaza) que mató este domingo a tres de sus trabajadores y a un periodista cuando hacía su trabajo, según confirmaron tanto el propio servicio de emergencias como los medios palestinos. Los nombres de las cuatro personas: el voluntario Jaled Muhammad al Maqadamah y el periodista Ahmed Bakr al Louh, así como los directores de los centros de emergencias de Nuseirat/Bureij y Sheij Radwan, Nidal Aliyan Abu Hajeir y Alaa al Abd al Naizi.   

Al Louh era un periodista que trabajaba como cámara, entre otros medios, para la cadena de Qatar Al Jazeera, el único canal extranjero que podía informar desde el enclave, y contra el que Israel ha emprendido una campaña en su territorio en la que ha llegado a ordenar el cierre de sus oficinas.

Jesús, niño palestino

En Palestina, que es la cuna del cristianismo, viven unos 47.000 cristianos, según el último censo de la Oficina Central de Estadísticas Palestina, elaborado en 2017. La mayoría pertenecen a la Iglesia ortodoxa, aunque prácticamente todas las confesiones están representadas en los territorios palestinos. Los luteranos, son el credo al que pertenecen poco más de 1.500.

Belén apenas tiene 30.000 habitantes, pero concentra más de medio centenar de iglesias e instituciones cristianas por su profunda importancia religiosa. Según los evangelios de Mateo y Lucas, que recogen los “relatos de la infancia” de Jesús, aquí es donde María y José, sus padres, viajaron desde Galilea y donde nació el que consideran su Mesías.

La ciudad de Belén alberga a gran parte de la comunidad cristiana palestina de Cisjordania, junto con Jerusalén Este y Ramala, aunque también hay una pequeña comunidad en Gaza, si no ha sido destruida por los bombardeos constantes de la aviación de Netanyaahu.   

Iglesias bombardeadas

El pasado 19 de octubre, una de las iglesias en las que se está refugiando la congregación cristiana en la Franja, la de San Porfirio, fue alcanzada por un bombardeo israelí, que mató a 18 personas, entre ellos 9 niños, lo que demuestra, según el portavoz religioso responsable, que “nadie está a salvo en Gaza, que cualquier sitio puede ser un objetivo”.

Belén, la ciudad donde la mayoría de los cristianos cree que nació Jesús, era en el pasado para muchos un lugar de peregrinación durante las celebraciones navideñas, ahora se convierte en Valle de lágrimas abandonado a su suerte.

Desde hace años es cada vez menor el número de cristianos que viven allí. Se calcula que hace unos cien años cerca del 40% de la población de Belén era cristiana. Sin embargo, ahora la mayoría es musulmana y sólo aproximadamente el 2% de los residentes palestinos profesan la fe en el Cristo divino, aunque los musulmanes creen que Jesús fue un profeta, pero no un dios. Según algunos, los últimos cristianos habrán abandonado Belén antes de 2025. ¿Pesimismo o realismo?

Según Simon Azazian, de la Sociedad Bíblica Palestina, “en no mucho tiempo en algunas de las aldeas el número de cristianos será cero. Por ejemplo, en Birzavit el 100% eran cristianos, luego cayó al 60%, ahora estan en el 40% y la cantidad sigue bajando”.

“Sabemos que es un hecho, pero estamos tratando de evitarlo”, le dijo a la BBC Simon Azazian, de la Sociedad Bíblica Palestina. 

En Navidad, fechas de la celebración del Nacimiento del Niño Jesús hay que lamentar que lo que fue venerado como cuna de religiones se esté convirtiendo en sepulcro y sepultura de todo un pueblo.

El Consejo de Ministros español, presidido por el socialista Sánchez, aprobó el martes 28 de Mayo de 2024 que España reconozca a Palestina como Estado, aunque en el acuerdo no se definen fronteras concretas. Sin embargo, el presidente del Gobierno, Sánchez, dijo que, si bien no corresponde a España definir las fronteras de otros países, el Ejecutivo no reconocerá cambios en las líneas de 1967 que “no sean los acordados por las partes”. Es decir, este reconocimiento se basa en los límites previos a la Guerra de los Seis Días. Empezó el 5 de Junio de 1967 y supuso un punto de inflexión en la historia de Oriente Medio marcando la hegemonía de Israel sobre los estados árabes, gracias a la ayuda de EE.UU e Inglaterra. El reconocimiento estatal no es mucho, pero es un gesto con repercusión política en Europa.

Parar la guerra es urgente

No hace falta ser religioso, sea cristiano, musulmán o judío para ver lo peligroso de una escalada que puede derivar a un conflicto bélico mayor, a una matanza de seres humanos aún más terrible y trágica.

En más de 14 meses de guerra en una Gaza devastada, 44.976 personas han muerto por la ofensiva israelí (el 70 % mujeres y niños, de acuerdo tanto a las autoridades del enclave como a la ONU), y otras 106.759 han resultado heridas.

Los más elementales sentimientos humanitarios exigen un alto el fuego y parar la guerra.

El sufrimiento de los palestinos está representado en el pesebre de piedras ruinosas que ha instalado este año la Iglesia Evangélica Luterana de la Natividad de Belén.

La gruta bajo la Basílica de la Natividad de Belén, donde los cristianos creen que nació Jesús de Nazaret, recibía cada Navidad a miles de peregrinos, pero este año está casi desierta. No es de extrañar debido a los ataques israelíes.