La otra cara de la moneda

Moneda de dos euros que emitirá Grecia en 2023 en conmemoración del 100º aniversario del nacimiento de María Callas.

Elena González González

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Cuenta la leyenda que Candaulo, rey de Lidia, estaba casado con la mujer más bella del mundo y sufría de melancolía porque nadie le envidiaba. La razón era una ley que condenaba a muerte a todo aquel que pusiera sus ojos sobre una reina desnuda, de manera que solo él sabía de su total belleza. Su desesperación llegó a ser tal, que le rogó a su edecán, de nombre Giges, que se ocultara tras los cortinajes del baño para contemplarla desvestida, haciéndole saber que la suya era la mujer más hermosa que había visto nunca. Giges, que al principio se resistió, tuvo que ceder.

Cuando la reina deja caer sus ropas, Giges se asombra de tal manera que revela su posición. Ella le descubre y, tras conocer el motivo de su presencia, suelta: «un hombre que precisa acudir a sus inferiores para conocer el valor de lo que posee, no merece ser rey. Empuña tu daga e híncasela a mi marido entre las escápulas». Y añadió: «siendo así que nadie debe verme desnuda más que el rey, tú serás el próximo rey de Lidia».

Giges no sólo está obligado a matar a su rey, también debe, por defecto, considerar a la reina como la mujer más bella del mundo. Y ya no es libre: está condenado a valorar. Dice Félix de Azúa, al respecto de esta historia en su artículo «La reina de Lidia y los más grandes escritores del siglo» (El País, 1986): «sólo es capaz de dar valor a aquello que carece de todo valor una potencia invisible, oculta y secreta. El valor que emana de esa fuerza invisible es respetado porque es inalcanzable e incognoscible. Este suceso tiene lugar en sociedades complejas, con burocracia pagada en moneda y una cúspide abstracta e imponente, condiciones que se daban en la Lidia del siglo VII a. C.». Es precisamente entonces, y allí, donde se acuña la primera moneda de la historia.

El pasado enero, el Banco de la República de Colombia emitió una moneda conmemorativa dedicada a la heroína de la Independencia del país, Policarpa Salavarrieta –más conocida como «La Pola»– en conmemoración del bicentenario de su sacrificio. Su puesta a disposición de los ciudadanos en distintas sucursales provocó un furor desmedido que dio como resultado largas colas para hacerse con una de estas 20.000 monedas acuñadas en 2019. Se trata de una moneda de curso legal, por lo que puede ser usada para realizar una transacción monetaria por el equivalente de su valor facial: 10.000 pesos (alrededor de 2 euros). Sin embargo, el mismo día en que se puso en circulación alcanzó veinte veces su valor nominal en Internet. El pueblo sabía de la significancia de esa moneda. Fue la marabunta la que determinó su verdadero valor.

Los países miembros de la Eurozona, por su parte, pueden acuñar hasta dos monedas conmemorativas o de celebración al año, siendo las de 2 euros las destinadas a esta causa, cuyas tiradas, limitadas, también son de curso legal. Así, podemos encontrar que por ejemplo Finlandia le dedicó una a Tove Jansson en 2014, Francia a Simone Veil en 2018, Italia a Maria Montessori en 2020 o la Ciudad del Vaticano a Madre Teresa de Calcuta en 2022. De las pocas monedas, si no las únicas, dedicadas a referentes femeninos, si obviamos las de mujeres pertenecientes a la realeza o las que de forma global conmemoran el Día de la Mujer o el aniversario del sufragio femenino. Este año Grecia dedicará una a Maria Callas por el centenario de su nacimiento e Italia a Raffaella Carrá coincidiendo con el segundo aniversario de su muerte. España bien podría dedicar una a, por ejemplo, Lola Flores, ya que comparte con la soprano de ascendencia griega la celebración del que sería su centésimo cumpleaños. Pero no. España hace alarde de sus –ya reconocidos– sitios declarados Patrimonio Mundial de la UNESCO.

No obstante, existe la categoría de moneda de coleccionista. Con motivo del 8M, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre - Real Casa de la Moneda (FNMT) ha emitido este 2023 una moneda conmemorativa que rinde homenaje a María de Maeztu, quien impulsó la educación universitaria para mujeres en España con la creación de la Residencia de Señoritas, de la que fue fundadora y directora. Esta moneda pertenece a una serie vinculada al Día Internacional de la Mujer que comenzó en 2021 con Emilia Pardo Bazán y fue seguida en 2022 por Clara Campoamor, cuyo valor facial es de 10 euros y el precio de venta al público, de 60 más IVA. Un impulso insuficiente que no responde a que monedas con la imagen de mujeres que son relevantes para el conjunto de la nación española circulen por nuestros monederos. Es decir, al no pasar de mano en mano, se resta su valor. O, dicho de otro modo: no por ser piezas de coleccionista se las aprecia más (a María, a Emilia, a Clara).

Según la paradoja del valor de Adam Smith, mencionada en su obra La riqueza de las naciones (1776), que se preguntaba aquello de qué es más valioso, si el agua o el diamante, nos topamos con el factor de utilidad, teniendo en cuenta la escasez, la abundancia y el uso. A nivel de precio, el diamante es más caro que el agua, si bien el agua es vital para la supervivencia. A nivel de uso, el diamante no es imprescindible en comparación con el agua, su utilidad satisface un deseo, no una necesidad; es un símbolo de distinción y ostentación que multiplica su precio en el mercado contemplando variables como su escasez o su manipulación (talla). El agua, en cambio, es asequible y, de momento, un recurso abundante. Tiene sentido deducir, sin embargo, que el agua es más valiosa que el diamante, aun cuando el precio de éste es infinitamente mayor al de aquélla, aun cuando la piedra preciosa escasea y el agua abunda. Trasladando esta lógica al campo de la numismática que nos ocupa, el precio de la moneda de «La Pola» no determina su valor de la misma manera que el precio de la moneda de María de Maeztu sí determina su valor de uso.

En este sentido, cabe destacar la iniciativa estadounidense «American Women Quarters», un programa de monedas de 25 centavos que durante cuatro años (desde 2022 hasta 2025) homenajea los logros y contribuciones de varias mujeres al desarrollo y la historia de Estados Unidos en diversos campos, con cinco diseños por año. «Al honrar a estas pioneras, la Casa de la Moneda de EE. UU. continúa conectando a todo el país a través de las monedas que son como pequeñas obras de arte que cargamos en nuestros bolsillos», expresó Ventris C. Gibson, directora de la institución. De esta manera, los diseños del año pasado reconocían a Maya Angelou, Dr. Sally Ride, Wilma Mankiller, Nina Otero-Warren y Anna May Wong. Este año estarán en curso rostros como el de Bessie Coleman o Eleanor Roosevelt y, para el 2024, el de Celia Cruz. Además, el anverso de estas monedas muestra el diseño que la escultora Laura Gardin Fraser hizo de la imagen de George Washington en 1931 para el concurso que conmemoraba el 200º aniversario del nacimiento del presidente, el cual, a pesar de ser el favorito, fue finalmente desbancado por el diseño de John Flanagan. Antes de formar parte de esta iniciativa con la que poner en el foco su obra, se rindió tributo al diseño de Laura en 1999, que fue acuñado como una pieza de oro conmemorativa de cinco dólares.

De igual modo, podemos hacer alusión a la colección del Banco Central de Reserva de Perú «La Mujer en el Proceso de Independencia del Perú», la cual comenzó a circular a finales del 2020 con una serie de tres soles dedicados a las Heroínas Toledo, Brígida Silva de Ochoa y María Parado de Bellido, a modo de tributo a la imagen e historia de las mujeres peruanas que lucharon para lograr la independencia del país, defendiendo hasta la muerte el proceso de emancipación. Al respecto, es sintomática la elección que cada Estado hace de sus referentes femeninos a la hora de ponerles el cuño conmemorativo. Unos destacan a sus mártires, a la heroicidad patriótica; otros la lucha por la consecución de derechos en clave racial y de género; también los logros en materias entonces reservadas al hombre, como el ámbito científico; su calado en el tejido humanitario-social o la impronta en el ámbito cultural. Mujeres de las que, como [inserte aquí su nacionalidad], nos sentimos orgullosos, porque su impacto revierte positivamente en nuestra sociedad y en nuestra cultura, a nivel local y global.

Mujeres de las que nos enorgullecemos por el hecho de ser mujeres que, por méritos propios, llegaron a gobernar un espacio o marcaron un precedente, cuestionando y enfrentándose al status quo. Como hoy día puede ser ocupar puestos de responsabilidad, sin ir más lejos como el de la citada Ventris C. Gibson, primera afroamericana en dirigir la Casa de la Moneda de Estados Unidos, o como Christine Lagarde, primera mujer en dirigir el Fondo Monetario Internacional (cargo que ahora ostenta otra mujer, Kristalina Gueorguieva) y actual presidenta del Banco Central Europeo. No es –al menos no ya– una cuestión de demostrar que pueden estar ahí como lo puede estar cualquier persona, faltaría más que aún se dude de ello. Es una cuestión de normalizarlo sin tener que evidenciarlo, porque es una opción más a la que pueden aspirar si así lo desean. Ya nadie se cuestiona que una mujer pueda votar, por ejemplo. De ahí que visibilizar el recorrido que la mujer ha tenido que sortear para alcanzar la igualdad sea una responsabilidad de Estado, haciendo justicia a la Historia y dando voz a las que con sus inquietudes hicieron por cambiar su curso.

Don Quijote, Dante Aliguieri, Giuseppe Verdi, Galileo Galilei, Louis Braille, Franc Rozman-Stane, Fernando de Magallanes, Paul Keres, Jan van Eyck o Leonardo da Vinci son algunos de los referentes masculinos seleccionados para las mencionadas monedas conmemorativas de la zona Euro. Sus aportes están más que justificados y vemos, que, en el fondo de la causa, su elección está en sintonía con la de sus semejantes femeninos, a diferencia de las otras monedas que se han comentado a lo largo del artículo, que parten de la condición de género para visibilizarlas. «Con estas monedas se pretende proyectar la imagen de nuestro país y nuestra cultura» dice la web de FNMT acerca de estas tiradas de 2 euros, un mensaje extrapolable a sus homólogos europeos. A simple vista, son dos los aspectos que llaman la atención entre las monedas dedicadas a hombres y a mujeres: por un lado, los referentes femeninos tienden a ser más actuales, más cercanos en el tiempo, lo cual tiene cierto sentido. Por otro, son bastante menos en comparación con las tiradas que homenajean a los referentes masculinos. Con su puesta en valor se evidencia la necesidad del cuestionamiento del relato que se hereda y el que se construye. Pero, sobre todo, con su puesta en valor se nos define como una sociedad que rinde sus cuentas y no siempre paga sus deudas.

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