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Casualidades de la vida
Segunda casualidad. La empresa Lifeblood S L era una inmobiliaria hasta mayo de este año. Su capital social era de 3000 euros. Las inmobiliarias, como ustedes saben, venden pisos, alquilan apartamentos, ofrecen tiendas y oficinas para alquilar. En fin, esas cosas que daban tanto dinero antes de la burbuja. Realmente, según los datos que publicó ayer Canarias 7, Lifeblood SL era una mierda de inmobiliaria, porque ni vendía, ni alquilaba, estaba casi muerta como empresa, tú. Pero en mayo el dueño de Lifeblood decide cambiar el objeto social de la empresa y pasa a dedicarse también a la hemodiálisis. ¿Qué tiene que ver el negocio de vender pisos, alquilar tiendas, ofrecer almacenes para alquiler con el método para limpiar los residuos de la sangre, osea la hemodiálisis? ¿Puede un agente inmobiliario ponerse una bata de enfermero y dedicarse a limpiar la sangre de un paciente?¿Puede una enfermera acompañar a visitar un piso a unos señores que están interesados en una vivienda? Pues yo le respondo rápido: No. Pero, aquí está el meollo de la segunda casualidad, ese cambio en el objeto social le vino muy bien a Lifeblood S.L. para poder presentarse al concurso de la consejería de Sanidad y ganarlo.
Tercera casualidad. El Canarias 7 tuvo ayer el mérito de publicar la exclusiva del concurso de hemodiálisis. La información de Manuel Mederos dio unas pistas muy interesantes: el nombre de la empresa ganadora y su cambio en el objeto social. A partir de esos dos datos Alexis González se metió a investigar. La investigación de Alexis González nos llevan a un primer nombre con mayúsculas, Ramón Cerdá. Fue el primer administrador de Lifeblood. El nombre de este señor aparece en las informaciones que hace un año publicó el diario El País sobre la trama Gürtell. Cerdá tiene un vivero de empresas inactivas conocidas como sociedades urgentes que según publica en su propaganda en Internet están disponibles en 24 horas, “con confidencialidad de los socios y sin desembolso de capital inmediato”. Una de esas sociedades fue Good and Better, comprada por Francisco Correa (presunto líder de la trama mafiosa Gúrtell) para facturar servicios digitales (con el dedo de Esperanza Aguirre) en la comunidad de Madrid.
Cuarta casualidad. El segundo nombre propio es el de Francisco Javier Jorcano Otero. Actualmente figura como administrador único de Lifeblood S.L. Jorcano Otero es yerno de Eduardo Fernández, el empresario que se benefició del pelotazo de las Torres del Canódromo durante la imborrable alcaldía de PP Manolo Soria. Además de administrar una inmobiliaria que no vendía pisos pero que tenía la virtud de transformarse en empresa sanitaria y ganar un concurso de casi 125 millones de euros, el señor Jorcano trabaja en la empresa Improcansa, la constructora beneficiada del pelotazo de las torres que se investiga en los tribunales y en el ayuntamiento.
Quinta casualidad. El nuevo consejero de Sanidad reaccionó ayer mostrando su confianza en el anterior equipo de Sanidad. Dijo Fernando Bañolas que no se iba a investigar, que simplemente se revisaría el expediente. La respuesta del consejero tiene su lógica: el número dos de su consejería se llama Guillermo Martinón, que viene a ser el mismo nombre que el número dos de Mercedes Roldós y es que, queridos míos, ¡es la misma persona! No puede Bañolas dudar del equipo que hereda cuando acaba de llegar a la consejería . Pero me da la impresión de que Martinón representa en el caso hemodiálisis lo mismo que Cardona en las Torres del Canódromo, que Pepa Luzardo en el caso Isolux o que el pobrecito Celso Perdomo en el caso eólico. El señor que los nombró a todos ellos, el que más mandaba durante esos casos volvió ayer a sacar la respuesta que tiene en su manual: la culpa es de los técnicos, hay una mesa técnica que lo decide todo y él nunca se mete en eso. Es increíble que estos funcionarios que el presidente del PP siempre veía paseando por la playa, justo pedían el alta médica cuando PP Manolo montaba una mesa técnica para repartir unas perrillas de nada.
Sexta (imprescindible) casualidad . Lo importante es la mano que mece la cuna. Y si repasamos la historia de las jediondeses peperas la mano que levantó las Torres, que compró la Favorita, que se entrometió en la adjudicación de Isolux, que disfrutó del chalé eólico de Esquivel o que levantó la caña de pescar en el país del afortunado promotor de Anfi del Mar, esa mano es la de un señor que nosotros conocemos hace mucho tiempo y algunos colegas están empezando a descubrir ahora. Nunca es tarde, si la hemodiálisis es buena.
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Juan GarcÃa Luján
Segunda casualidad. La empresa Lifeblood S L era una inmobiliaria hasta mayo de este año. Su capital social era de 3000 euros. Las inmobiliarias, como ustedes saben, venden pisos, alquilan apartamentos, ofrecen tiendas y oficinas para alquilar. En fin, esas cosas que daban tanto dinero antes de la burbuja. Realmente, según los datos que publicó ayer Canarias 7, Lifeblood SL era una mierda de inmobiliaria, porque ni vendía, ni alquilaba, estaba casi muerta como empresa, tú. Pero en mayo el dueño de Lifeblood decide cambiar el objeto social de la empresa y pasa a dedicarse también a la hemodiálisis. ¿Qué tiene que ver el negocio de vender pisos, alquilar tiendas, ofrecer almacenes para alquiler con el método para limpiar los residuos de la sangre, osea la hemodiálisis? ¿Puede un agente inmobiliario ponerse una bata de enfermero y dedicarse a limpiar la sangre de un paciente?¿Puede una enfermera acompañar a visitar un piso a unos señores que están interesados en una vivienda? Pues yo le respondo rápido: No. Pero, aquí está el meollo de la segunda casualidad, ese cambio en el objeto social le vino muy bien a Lifeblood S.L. para poder presentarse al concurso de la consejería de Sanidad y ganarlo.
Tercera casualidad. El Canarias 7 tuvo ayer el mérito de publicar la exclusiva del concurso de hemodiálisis. La información de Manuel Mederos dio unas pistas muy interesantes: el nombre de la empresa ganadora y su cambio en el objeto social. A partir de esos dos datos Alexis González se metió a investigar. La investigación de Alexis González nos llevan a un primer nombre con mayúsculas, Ramón Cerdá. Fue el primer administrador de Lifeblood. El nombre de este señor aparece en las informaciones que hace un año publicó el diario El País sobre la trama Gürtell. Cerdá tiene un vivero de empresas inactivas conocidas como sociedades urgentes que según publica en su propaganda en Internet están disponibles en 24 horas, “con confidencialidad de los socios y sin desembolso de capital inmediato”. Una de esas sociedades fue Good and Better, comprada por Francisco Correa (presunto líder de la trama mafiosa Gúrtell) para facturar servicios digitales (con el dedo de Esperanza Aguirre) en la comunidad de Madrid.