Espacio de opinión de Canarias Ahora
¿Estado Central? De bordones a prima
En los habituales corrillos de reunión se tocan los puntos de charla tal que los dedos acariciando una guitarra. Saltamos de los bordones a la prima en mágicos arpegios. Desde la discusión de monarquía vs. república, a la reconversión del Estado en uno Central. Todos somos economistas, antes seleccionadores de fútbol. ¡Cómo cambian los tiempos!
Básicamente, se está planteando la conveniencia de un estado menos estado, adelgazarlo, y que la iniciativa privada asuma un importante y preponderante papel. Voces como la de la presidenta de la comunidad de Madrid dejan ver claramente una posición que comparten muchos españoles, y que no conviene desdeñar, el adelgazamiento e incluso desaparición de las autonomías.
Sin entrar en detalle en este interesante debate, cabe considerar, como premisa, si realmente este estado de las autonomias lo es a causa de la ambición política de Cataluña y País Vasco principalmente o si surgió como una manera de desdeñar todo lo anterior.
Sigo pensando en la misma tesis de que se pretendió articular un modelo de estado de arriba a abajo para satisfacción de las “nacionalidades históricas”, café para dos y descafeínado para el resto. España ni es un estado federal ni es centralista. Inventamos “el modelo de las autonomías”.
Evidentemente es irrazonable que, asuntos de turismo, por ejemplo, sean dirigidos en ayuntamientos, diputaciones/cabildos, autonomías y gobierno central. En esta época de vacas flacas no queda otra que aligerar la carga fiscal y para ello apretar dónde más se gasta.¿ Se podría calcular cuanto dinero nos ahorraríamos de desaparecer los gobiernos y parlamentos autonómicos, y ese interminable número de concejalías ? ¿Sería necesaria la práctica desaparición de la Ley de Dependencia, las conquistas sanitarias y educacionales, laborales, etc.? Probablemente, no. Mantendríamos las conquistas sociales de estos últimos decenios.
En la era de Internet, de la inmediatez, de la gestión informatizada, ¿que razón de ser tiene tanto acercamiento de la administración al ciudadano si éste, sentado en su casa, puede gestionar cualquier asunto? ¿No sería mejor proporcionar medios para que las relaciones mediante certificado digital o DNI electrónico asumieran el rol que corresponde en esta época?
El modelo de estado debe ser tal, que la administración no tenga que estar subiendo y bajando en faraónicos edificios, papeletas, cartas, oficios, etc. Se deja al descubierto que no le interesa a quienes son profesionales de la política. Quedarían vacíos de contenido y de continente aunque realmente de contenido poco hay y mucho de continente de florero.
No se trataría de volver atrás, entre otras cosas porque es imposible, sino de ajustarse a los tiempos modernos. Cabría preguntarse si realmente nos daríamos una Constitución como la actual si tuviéramos que hacerla de nuevo, en la era de la inmediatez. ¿Qué o quienes nos lo impedirían?
No se trata de concesiones políticas; estamos en tiempos de pragmatismo, y se trata de evitar lesionar por encima de todo a quienes han dejado su vida en el trabajo para que ahora vengan estos “mindunguis”, me da exactamente igual el partido político que sea, a imponer el repago sanitario, los gravísmos recortes en dependencia, el aumento de tramos fisclaes, la amnistía fiscal a los chorizos, y que clames a la Justicia su exasperante lentitud. Por citar algunos ejemplos.
¿Estarían dispuestos los políticos autonómicos a prescindir de la erótica del poder e irse a sus casa con viento fresco? Dígamelo usted, mismamente.
Carlos Juma
En los habituales corrillos de reunión se tocan los puntos de charla tal que los dedos acariciando una guitarra. Saltamos de los bordones a la prima en mágicos arpegios. Desde la discusión de monarquía vs. república, a la reconversión del Estado en uno Central. Todos somos economistas, antes seleccionadores de fútbol. ¡Cómo cambian los tiempos!
Básicamente, se está planteando la conveniencia de un estado menos estado, adelgazarlo, y que la iniciativa privada asuma un importante y preponderante papel. Voces como la de la presidenta de la comunidad de Madrid dejan ver claramente una posición que comparten muchos españoles, y que no conviene desdeñar, el adelgazamiento e incluso desaparición de las autonomías.