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Cine por obligación

Empiezo a estar muy cansada de que me digan qué beber, qué comer, qué fumar, y ahora, también qué ver. Yo creo que cuando vamos al cine elegimos la película que nos atrae, al margen de su procedencia. Hay españoles que hacen buenas pelis, como Almodóvar, Amenábar o León de Aranoa, por citar a los principales. Y estos llenan salas, y nadie tiene problema en programar sus producciones. Pero igual que cualquiera que escribe un libro no es un escritor, y no siempre vende lo que espera, cualquiera que hace una película no puede considerarse director y esperar que su trabajo se imponga en las salas por real decreto.En España se hacen más de 150 películas cada año, y un buen porcentaje de ellas ni siquiera llega a estrenarse. Ahora bien, la mayoría goza de ayudas públicas en mayor o menor medida. No conozco a ningún pintor, a ningún escultor, a ningún cantante, a ningún escritor que reciba una subvención cada vez que inicia un proyecto. Y que además la ley imponga sus obras en el mercado.Habrá que comenzar a mentalizarse de que no todo el mundo vale para todo. No todos pueden triunfar, ni ser estrellas, ni dedicarse al cine. Hay gente que vale y gente que no. En el arte lo que se cotiza es el talento. Y, guste o no guste, y por más que el Ministerio de Cultura intente camuflar esta realidad, quien finalmente decide lo que vale y lo que no vale es el público. Que es a quien están destinadas las películas. ¿O no? Me temo que para algunos pseudocineastas algunas producciones no pasan de meros actos de onanismo y como tales los recibe la taquilla. Esperanza Pamplona

Empiezo a estar muy cansada de que me digan qué beber, qué comer, qué fumar, y ahora, también qué ver. Yo creo que cuando vamos al cine elegimos la película que nos atrae, al margen de su procedencia. Hay españoles que hacen buenas pelis, como Almodóvar, Amenábar o León de Aranoa, por citar a los principales. Y estos llenan salas, y nadie tiene problema en programar sus producciones. Pero igual que cualquiera que escribe un libro no es un escritor, y no siempre vende lo que espera, cualquiera que hace una película no puede considerarse director y esperar que su trabajo se imponga en las salas por real decreto.En España se hacen más de 150 películas cada año, y un buen porcentaje de ellas ni siquiera llega a estrenarse. Ahora bien, la mayoría goza de ayudas públicas en mayor o menor medida. No conozco a ningún pintor, a ningún escultor, a ningún cantante, a ningún escritor que reciba una subvención cada vez que inicia un proyecto. Y que además la ley imponga sus obras en el mercado.Habrá que comenzar a mentalizarse de que no todo el mundo vale para todo. No todos pueden triunfar, ni ser estrellas, ni dedicarse al cine. Hay gente que vale y gente que no. En el arte lo que se cotiza es el talento. Y, guste o no guste, y por más que el Ministerio de Cultura intente camuflar esta realidad, quien finalmente decide lo que vale y lo que no vale es el público. Que es a quien están destinadas las películas. ¿O no? Me temo que para algunos pseudocineastas algunas producciones no pasan de meros actos de onanismo y como tales los recibe la taquilla. Esperanza Pamplona