El Museo Thyssen de Barcelona mezclará pintura catalana de los siglos XIX y XX con artistas actuales de primer nivel
La expectación en el Saló de Cent del Ajuntament de Barcelona parecía la de una boda. Acaso por lo civil, dado el escenario laico y municipal del evento. Personalidades de la cultura, el mundo de las finanzas, el turismo y la política se han reunido esta mañana entre abundante prensa para cubrir la presentación del Museu Carmen Thyssen, la próxima sede de la colección de la baronesa, que ella misma define como “un largo sueño hecho por fin realidad”.
Los rumores y las especulaciones sobre las cifras, la posible implicación municipal o la orientación artística del museo crecían en los bancos de la solemne sala hasta que apareció el trío protagonista: Carmen Cervera y Jaume Sabater –consejero delegado del fondo inmobiliario Stoneweg– de “novios” y el alcalde Collboni oficiando de sumo sacerdote de esta unión económico artística en la que la baronesa aporta su nombre, y parte de su colección de pintura catalana de los siglos XIX y XX, y Stoneweg el capital. El trío venía acompañado por María del Carmen Thyssen Cervera, hija de la baronesa que formará parte del patronato de la fundación privada Arte y Legado, que será quien gestionará el museo.
Por el momento, Stoneweg ha desembolsado 100 millones de euros para la compra del Palau Marcet, el edificio de los antiguos Cines Comedia, pero se desconoce a cuánto ascenderá el monto de la remodelación. Lo que sí queda estipulado en el acuerdo es que el fondo se hace con los derechos de explotación del museo, que como ha declarado Sabater, “nace hoy”, si bien ha matizado que no espera que esté operativo hasta 2027 como muy pronto.
Un museo 100% privado e híbrido
Además, de ser, tal como el alcalde Collboni se ha encargado de subrayar, “un museo 100% privado en el que el ayuntamiento barcelonés solo ha acogido la presentación solemne del acuerdo y se compromete a agilizar los procedimientos burocráticos”, el nuevo Museu Carmen Thyssen será novedoso en cuanto a contenido, funcionamiento y explotación comercial.
Cervera ha explicado que el museo, por un lado, acogerá su colección particular de pintura catalana de los dos siglos anteriores, pero también será un centro de “exposiciones temporales de artistas contemporáneos de primer nivel”. Preguntada por este medio, la baronesa no ha dejado claro si los cuadros de su colección aportados al nuevo museo comprenden también los que ahora tiene en cesión en el MNAC (Museu Nacional d'Art de Catalunya), o los del centro de arte que tiene en Sant Felui de Gixols. Solo ha explicado que “fluirán las obras entre los varios museos donde reside mi colección”.
La idea es que quepan tanto muestras de pintura como de artes decorativas, moda y joyería. Adicionalmente, en el folleto explicativo que se ha repartido se especifica que “el museo ofrecerá una experiencia completa a través de una concept store con productos exclusivos relacionados con las colecciones y una oferta gastronómica inspirada en la creatividad y el diseño”.
Barcelona como un referente cultural global
El mismo tríptico añade que “las exposiciones temporales únicas estarán diseñadas para acompañar y dialogar con la colección permanente, ofreciendo una oferta cultural diversa que posicionará Barcelona como un referente cultural global”. Sobre esta posición, de la ciudad en el mundo de la cultura y el arte, ha abundado en su parlamento Collboni, que ha querido destacar que desde que él está en el cargo “se han acelerado las gestiones para que el proyecto llegara a buen puerto”.
Para Collboni, Barcelona “ya es un referente cultural internacional”. El primer edil se ha mostrado eufórico por el dinamismo cultural de la ciudad. Ha destacado que “en breve comenzarán las obras de ampliación del MACBA [Museu d'Art Contemporàni de Barcelona] y ya se ha iniciado la segunda fase del concurso que otorgará el proyecto ganador para ampliar el MNAC”. En total, el consistorio barcelonés ha desembolsado 61 millones de euros para la reforma de ambos museos, además del espacio escénico Mercat de les Flors.
Preguntado por el motivo para apadrinar un museo privado, el alcalde ha replicado que no es el único existente en la ciudad y ha reivindicado “su contribución para consolidar un turismo de calidad frente a otros modelos turísticos menos sostenibles”. Pero ha avisado de que el nuevo museo tendrá también la misión de “consolidar el arte catalán de los siglos XIX y XX a nivel internacional en la posición que se merece”.
Un largo sueño no exento de interrogantes
Carmen Cervera ha declarado repetidamente su amor por su tierra natal y el idioma que la caracteriza: el catalán. “Entiendo y leo en catalán, aunque no lo hablo muy bien, pero mi corazón está en catalán”, ha llegado a decir. Seguidamente ha insistido en la idea de que el museo es un sueño hecho realidad, aunque durante la presentación ni ella ni Jaume Sabatér han querido despejar apenas los interrogantes que por ahora se ciernen sobre el proyecto.
El pasado mayo la baronesa anunció que quería establecer en Barcelona una sede permanente para parte de su colección, una noticia que generó división de opiniones tanto en el ámbito cultural público como en los medios. En un primer momento los rumores apuntaron a que el futuro museo acogería la parte de la colección de Carmen Cervera referente a los pintores catalanes, pero los expertos expresaron dudas sobre si posee suficientes obras catalanas para crear un museo atractivo al público, ya que sí se desveló que sería un museo privado.
Se especuló entonces con que la baronesa decidiría recuperar los cuadros que prestó en 2012 al MNAC (Museu Nacional d'Art de Catalunya). Thyssen se ha declarado en repetidas ocasiones insatisfecha con la citada cesión por considerar que sus obras precisan una sala más destacada. Preguntado al respecto, Pepe Serra, director del MNAC, declaró hace unas semanas que el museo “no necesita en absoluto las obras de la baronesa Thyssen para ser el museo que es actualmente”, dejando así claro que no le preocupaba que Cervera quisiera recuperar sus cuadros. “A lo mejor somos nosotros los que le tenemos que dejar cuadros a ella”, replicó.
En la actualidad, Carmen Thyssen posee una extensa colección de arte catalán del siglo XIX y XX. La tiene depositada en museos en Málaga y Andorra, además de un espacio expositivo en Sant Feliu de Guíxols (Girona), así como en obras “alquiladas” a la Fundación Thyssen-Bornemisza de Madrid o cedidas al citado MNAC, que actualmente guarda 27 piezas.
Entre estas últimas destacan La catedral de los pobres, de Joaquim Mir –una de las pocas obras a las que el director del MNAC atribuye una importancia capital–; Picador ferit, de Marià Fortuny; Interior al aire lliure, de Ramon Casas, además de lienzos de Joaquim Mir, Hermenegildo Anglada Camarasa, Joaquim Sunyer, Carlos Casagemas o Santiago Rusiñol. La colección de arte más contemporáneo comprende a su vez obra de Tàpies, Torres García, Cuixart y otros. Actualmente, todas estas obras permanecen en el museo, en una sala específica que reconoce a la coleccionista, en régimen de cesión gratuita.
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